Es uno de los terrores ancestrales. Ser enterrado en vida. En el siglo XIX, en pleno Romanticismo, fue uno de los temas de moda. Y ocurría.
Hay que tener en cuenta que los límites entre la vida y la muerte son, en ocasiones, difusos. Incluso hoy en día, con la tecnología a nuestro alcance, un electroencefalograma tampoco ofrece una fiabilidad completa, pero casi…
Así las cosas, ¿qué es la catalepsia?
Empezaremos diciendo que no se considera una enfermedad, es un síntoma de otro tipo de trastorno. Podría darse con el Parkinson, la epilepsia, la esquizofrenia y, ojo, por el consumo de cocaína. También se han encontrado evidencias de que el uso de Haloperidol (un medicamento anticonvulsivo y antipsicótico) y la Ketamina (un anestésico) pueden provocarlo.

La catalepsia se caracteriza por la falta de respuesta a estímulos externos. Los síntomas son muy similares a los de la muerte ya que el pulso y la respiración permanecen casi imperceptibles y además el cuerpo toma una acentuada palidez lo cual tampoco ayuda demasiado, claro. Hay casos en los que la persona que sufre este ataque de catalepsia es consciente de todo lo que acontece a su alrededor y, simplemente, no puede moverse ni hablar. El estado de catalepsia o muerte aparente puede durar minutos, horas o días. Visto así, ¡qué horror!
Pero esto de la catalepsia, ¿podría ocurrir hoy en día?
Podría. Aunque es difícil.
Podría en situaciones en las que la «muerte» se produjera fuera de los cauces sanitarios «normales». Me explico.
Sufres un ataque de catalepsia y te coge de viaje en un país cuya asistencia sanitaria no sea la idónea. Te declaran muerto, te entierran y… SOR-PRE-SA.
Pero en realidad, aquí, en España, es muy poco probable. Hoy en día mueren al año en nuestro país unas 180.000 personas en hospitales y unos 8.000 en su casa. En TODOS los casos es necesario que un médico certifique la muerte. De acuerdo, no en todos los casos se hace un electroencefalograma pero sí se llevan a cabo otros procedimientos para certificar el óbito.
En otras palabras, en España no vale eso de «se ha muerto la abuela, llamad a la funeraria». No, aquí tiene que certificar un médico la muerte. Por cierto, el certificado médico hay que comprarlo y se vende en farmacias.

La catalepsia en el mundo.
¿Y fuera de aquí? Hay algunos datos, escasos, sobre el asunto.
- En 2012 en Brasil un niño de cinco años se despertó en su velatorio, pidió un vaso de agua y se volvió a tumbar y a morir, como se puede leer aquí. Los padres denunciaron a los médicos por mala praxis.
- Un año antes, en 2011, en Sudáfrica, un hombre se despertó dando voces dentro de la cámara frigorífica del tanatorio. Simplemente la familia creyó que había muerto y sin certificación médica alguna, avisaron a la funeraria. Lo puedes leer aquí.
- En Yemen, en Junio de 2012, otro caballero se despertó en la tumba a punto de ser enterrado. Dio una fiesta como puedes leer aquí .
- En Venezuela, en el año 2007 y tras sufrir un accidente de tráfico, se dio por muerto a otro hombre que despertó en su propia autopsia. Salvó la vida, como curiosidad, alguien le había robado los 600 mil bolívares que llevaba encima, la cadena de nacimiento y hasta el anillo de matrimonio.
- De nuevo en 2012 (debió ser el año de las resurrecciones), en China, una señora de 95 años se despertó durante su velatorio y se lió a hacer la comida. Aquí lo cuentan muy bien.
- Finalmente en Rusia, otra mujer de 49 años se despertó en su velatorio. La llevaron al hospital donde murió definitivamente.
Pues visto así parece que sí se da, ¿verdad? Pero no, porque lo cierto es que ninguno de estos casos tiene aspecto de estar relacionado con la temida catalepsia.
En la mayor parte de los casos se trata de errores en la cadena de decisiones que se tomaron tras el aparente deceso de la persona. Es decir, a excepción del pobre niño de Brasil y tal vez el caballero venezolano, el resto ocurrió porque la familia decidió que su allegado estaba muerto y, ni cortos ni perezosos, llamaron a la funeraria y aquí paz y después Gloria, nunca mejor dicho.
Así pues si tras leer el artículo sigues con miedo a ser enterrado vivo siempre te queda la alternativa de adquirir un ataúd con alarma, como estos que se ofertan en Chile…
Si no quieres usar Facebook para comentar, puedes hacerlo aquí: ¡Me encantaría que escribieras un comentario!