Me comentan en la Universidad Complutense de Madrid que, al parecer, la pre-inscripción será sobre el 20 de Junio y la asignación de plazas, un mes más tarde. Se alarga la agónica espera.
En la Universidad Autónoma de Madrid ha comenzado hoy y es hasta el 31 de Mayo, así que en cuanto pueda me presento allí y formalizo mi pre-inscripción. Pero vamos, que como ya he comentado, esta opción la tengo como posible rescate en caso de una catástrofe, que no se va a producir, en la Complutense. ¡De hecho no he acudido ni a recoger las notas a la UAM!
Mientras llega el momento de comenzar las clases, estoy trabajando para una multinacional. Me levanto a las seis de la mañana y regreso a casa a las siete menos cuarto de la tarde.
Medio día literalmente haciendo una tarea que detesto, con unas responsabilidades estúpidas, en un ambiente en el que me siento más desubicado que un chupete en el culo.
Y eso eleva mis ganas de comenzar a estudiar Medicina.
Si amas lo que haces, no es trabajo.
Hoy, bajaba por las escaleras del edificio en el que me pudro diez horas diarias, con una sensación terrible de hastío, y me decía a mi mismo, «si esto fuese un consultorio médico, un hospital, un plató de cine, etc., ¡qué diferente sería mi actitud aunque tuviese el mismo horario!«. Y es que es bien cierto que, cuando uno ama lo que hace, no es trabajo.
Mi momento y una mirada a la Eternidad.
Por momentos me siento mayor. Ando ya en esa época de la vida en la que, los recuerdos, comienzan a poblarse de demasiados rostros que ya están durmiendo el sueño de los justos.
El pasado fin de semana visitaba el cementerio de Carrizosa, con Mitita, mi madre, Chester y Chelo (los padres de Mitita) y me estremecí; tantas caras conocidas grabadas en las lápidas del camposanto, te dan una aproximación extremadamente realista a tu propia realidad.

El tiempo pasa, considero que, hasta ahora he tenido una vida bonita y satisfactoria, pero creo que lo mejor está por llegar.
El reto de conservar la ilusión.
Sí, ya lo sé. He leído multitud de veces en diversos blogs, que la ilusión del estudiante de Medicina se va diluyendo con el paso del tiempo y los sinsabores de la carrera. Pero un servidor ya ha catado multitud de amarguras y la mayor parte sin una contra-prestación satisfactoria. En este caso, me consta que pasaré malos ratos, ¡pero el hecho de saber que, un día, estaré aliviando el dolor de las personas es algo por lo que mi lucha cobrará sentido de inmediato!
De algún modo escribo estas líneas como acicate para esos futuros momentos. Recuerda, Óscar del futuro, que antes de comenzar tenías un hambre de Medicina inconmensurable. Y recuerda también lo miserable que es la vida cuando desempeñas un trabajo que detestas. No hay dinero que lo compense. Así que si lees esto en mitad de un ataque de pánico por exámenes o volumen de estudio, tenlo muy, pero que muy presente.
Me quedo con esta frase de Pío Baroja, genio del 98 que, pocos saben, fue también médico: «Una vida de sacrificios es más agradable, casi siempre, que una de amarguras». - Compártelo
Cerrando ciclos.
Hoy he tomado una decisión sobre un asunto del pasado que, de algún modo, seguía rondando mi vida. Sí, hoy le he puesto punto y final.
En ocasiones es necesario detenerse y retirar el barniz del cariño para contemplar, en toda su desnudez, la realidad que queríamos evitar ver. Nada aportaba ya a mi vida una persona con la que compartí mis días hace la friolera de un cuarto de siglo. Y hoy, en mi existir, si no sumas, es que restas. Y ya tengo suficiente con descontar días como para que alguien reste a los restantes.
Así las cosas, sin malos sentimientos de por medio, he puesto punto y final a un ciclo.
La vida es ese universo de puertas que abres y cierras sin garantía alguna. Pero hoy, he comprendido que, tras esa puerta no quedaban sino restos de un naufragio. Y como el pecio que es, solo podía hallar retazos de un ayer tan hermoso como inerte e inútil. En verdad, y de corazón, deseo que la vida siga sonriéndole. Ya sin mi.
Demasiadas hojas de calendario cubrían el desdibujado mapa de un amor que, amarilleado por el tiempo y cubierto por el polvo de la indiferencia, no tenía nada positivo que aportar.
Hasta siempre.
(Se escucha el sonido suave y definitivo de una pesada puerta cerrándose)
Mitita dice
Mayor???!! NADA MÁS LEJOS!!! Cada día más guapo, sabio, interesante, valiente… Y yo orgullosa de cada una de las decisiones que tomas. Vas a ser el médico más maravilloso del mundo…
Me encanta la fotito. Algún día muy lejano serán nuestros nietos los que nos visiten, orgullosos de su abuelo polifacético.
Te quiero…
P.D: orgullosa de que hayas tomado la decisión de cerrar esa puerta.
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Óscar dice
Muchísimas gracias Mitita linda, única en tantas cosas. ¡Incluso única lectora de estas líneas!
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