Aún sigo impresionado y conmovido. Mucho.
La muerte de dos jóvenes de 17 años ayer en Madrid de un modo aterrador; cayendo por el hueco del ascensor desde un noveno piso porque una de las paredes se desprendió, es algo que no se asume con facilidad. No es digerible en un mundo, el nuestro, en el que morir con 70 años es ya una tragedia.
Y de hecho me está haciendo reflexionar sobre la muerte. Sobre el destino. Sobre la mala o buena suerte.
Todos vamos a morir. Es una certeza matemática y aceptada (o no). Pero cuando alguien fallece en unas circunstancias tan increíbles como estas me surgen tantas preguntas…
La mala suerte.
Que se desprenda una pared de la cabina de un ascensor es algo surrealista. Nunca antes lo había escuchado. De hecho las posiblidades de sufrir el desplome de un ascensor es de 0,00000015% o lo que es lo mismo, una entre ciento cincuenta millones, imaginaos cuál será la de que se caiga una pared y el suelo. Para cotejar, os cuento que las posibilidades de que te toque el Gordo de Navidad es de 0,00001%, o sea, una entre cien mil.
Pero ayer, en Madrid, ocurrió.
Y a partir de aquí, me pongo a pensar en el sumatorio de circunstancias que se dieron, a cual peor, y ya me parece casi imposible.
Aceptando que la pared se desprenda, ¿no podía haber ocurrido en el bajo o en el primero?
No. En el noveno.
¿No podía haberse desprendido a las dos de la madrugada, cuando nadie usara el ascensor?
No. A las cinco menos cuarto de la tarde, con dos jóvenes en su interior que comenzaban a soñar con un futuro; el de ambos.
¿No podía haber dado el aparato un leve indicio del mal estado antes de entrar?
No, el cacharro estaba prácticamente recién revisado.
Casi todos los chismes que se me han roto en mi vida me llevaban avisando tiempo. De acuerdo, acepto que hay fallos imprevistos pero, maldita sea, ¿tenía que ocurrir en un noveno? ¿En el día que terminaban sus estudios? ¿Y un fallo tan letal? ¿No podría haberse desprendido, por ejemplo, el techo, o haberse agrietado una de las paredes o…?

¿Somos conscientes de lo que tenemos?
A veces me sorprende la facilidad con la que vivimos sin pensar en lo efímero de nuestra existencia. Pasamos los días ensimismados en nuestros problemas, la mayor parte de ellos estupideces banales que olvidaremos en poco tiempo y no somos conscientes de lo maravilloso, la fortuna que tenemos de estar vivos. De despertarnos por la mañana y tener por delante otras 24 horas para decirle a la persona que tenemos al lado que la amamos, de gozar con la luz del sol, con la contemplación de la luna, con la llamada o el mensaje de un amigo.
Pero no.
La maldita fuerza de la costumbre nos hace postergar muchos de esos momentos para una mejor ocasión. ¿Y sabéis? Tal vez nunca llegue. Todo lo que estos dos muchachos tuvieran reservado para un mejor momento, ya no lo harán. Pobrecitos, Dios mío, solo tenían 17 años…
No hay mejor momento que éste, el presente. La vida y la muerte, ambas inesperadas y ambas no solicitadas.
Lo efímero.
Pasado mañana no serán noticia y se convertirán en olvido para la gran mayoría. Habrán pasado por la historia de puntillas, tan efímeros y breves como lo fueron sus vidas. Tal vez los traigamos de nuevo a nuestras mentes cuando se celebre el juicio y alguna empresa aseguradora se tenga que hacer cargo de una cochina indemnización que no consolará, ni un solo segundo, a dos familias que, desde ayer, nunca podrán recuperarse de esta tragedia.
Pero lo cierto es que una negligencia o un cúmulo de circunstancias, que no siempre las cosas tienen un responsable, han segado para siempre dos vidas llenas de ilusiones, sueños y futuros.
No perdáis un minuto y, hoy mismo, decidle a la gente que os importa precisamente eso, que os importa.
Belén, José, que el Señor os acoja en su seno y mande fuerza a vuestras familias. Ahora ya estaréis juntos para toda la Eternidad.
Qué tristeza, joder.
Actualización 23 de Mayo: La familia de los chicos ha publicado una preciosa canción. «Me tengo que ir, me llaman de arriba»
M. Ángeles dice
Desde que me enteré de esta triste noticia no he dejado de pensar en el trágico suceso, he sentido mucha rabia e impotencia. Sus palabras me han llegado al corazón.
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Óscar dice
Es una de esas tragedias que te tocan profundamente por lo cruel y bárbaro del hecho. No sabes cuantísimo me alegra haber llegado a tu corazón, la sensibilidad es algo que se echa de menos en estos tiempos. ¡Muchas gracias por comentar M.Angeles!
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Nieves Tasis dice
Para mi no es una reflexión,es una descripción autentica que todos hubiesemos queridotransmitirlo tan maravillosamente como lo has hecho tu.Dios ha querido que estén con el Ya sin dejarles vivir y ahora no va dejar vivir a sus familias durante muchos muchos años.Yo he tenido siempre fe y creía en Dios y en La Virgen.Ahora no.Mi Marido,según subía las escaleras para irse a dormir, delante de mis hijas Nieves te quiero,tres veces yo no le conteste.Al día siguiente,un hombre q no había tenido ni un resfriado en su vida,medijo me mareo,era medico y. Dijo creo que me esra dando una lipotimia………
.Mal diagnostico,con lo buen médico que era,vinieron dos ambulancias uvi pero nada .Murió en 45 minutosRotura de ahorta.pobres jóvenes ,pero sus familias……Lo que les queda por delante,solo para ellos va a ser.Ojalá tengan mucha fe y no la pierdan,eso les puede ayudar.Enhorabuena por tu articulo ,para mi es como si lo hubiera escrito un periodista
!!
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Óscar dice
Nieves, te agradezco muchísimo la generosidad de contar tu experiencia. Nadie está preparado para marcharse, pero cuando la vida te sonríe es aún más cruel y doloroso el golpe.
Efectivamente, a las dos familias les queda un universo de dolor que, en el caso de los padres, solo la muerte aliviará. Ojalá y en esa otra vida el reencuentro sea tan precioso e intenso como el dolor de la despedida lo es ahora. Gracias, de veras, por comentar.
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María José perdigón vara dice
Es una pena pobres chavales a causa de una negligencia k les ha costado la vida pobrecillos y pobres familias.
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Óscar dice
O la maldita fatalidad. Pero sí, estoy contigo, una pared y el suelo de un ascensor no se pueden derrumbar por apoyarse. Desgraciadamente no hay consuelo alguno para las familias. Muchas gracias por comentar María José.
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Ana Magdalena dice
Gracias por tus palabras…. es lo que estamos pensando todos, pero tú lo has descrito a la perfección.
No lo olvidemos, como siempre pasa, la vida es este instante, y es ahora, ahora!!!
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Óscar Parra dice
¡Eso es! ¡AHORA, es la palabra que deberíamos grabar en el espejo del baño para verla cada mañana!
Gracias por comentar Ana.
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Óscar Parra dice
Gracias a ti, Magda, por leerme. Y sí, la vida es aquí y ahora, ¿el resto? Dios dirá, pero hoy, solamente tenemos eso, hoy.
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Paloma dice
No puedo ver tu respuesta. Solo me deja ver este último comentario…
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Óscar dice
Hay problemas con la web, espero se solventen en breve Paloma. Muchas gracias.
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Merche dice
Me ha encantado como lo has contado pero entristecido a la vez, por que estas palabras te hacen reflexionar, Que en los tiempos k vivimos va todo muy rápido y no tenemos casi tiempo. Y cuando pasa algo como esto o algún familiar, te das cuenta que en el último año has estado con él hablando y abrazando 2 o 3 veces, Que todo lo demás lo has hecho a través de este pequeño aparatejo que nos va alejando poco a poco de las personas.
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Óscar dice
Así es, ¿cuántos te quiero nos dejaríamos en el aire si desapareciésemos dentro de cuatro segundos?
¡Aprovechemos!
Gracias por comentar Merche.
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