A pesar de que siempre me gustó Alejandro Sanz, sí, incluso cuando «solo» era un cantante de niñas, a pesar de ello digo, no me apetecía nada de nada ir a este concierto único de +ES+ en Madrid. Acudí a regañadientes por acompañar a Gemita y, la verdad es que me lo pasé bien. ¡Bueno, que salí encantado! Me recordé a mi bisabuelo que siempre decía que no le gustaba el chocolate hasta que lo probó y exclamó, ¡Coño, pues está bueno esto!
La Zona VIP del concierto.
La presencia policial era extremada en los alrededores del estadio. Grandes furgones de la Policía Nacional atravesados en la M-30 disuadían a un posible hijo de puta de armar alguna. La entrada se hizo de forma cómoda y sin demasiadas esperas. Y lo cierto es que la Zona VIP era exactamente eso.
Una acreditación elegante, una fiesta cóctel agradable y sin saturar. Gemita disfrutó de lo lindo haciéndose fotografías en cada rincón acondicionado para ello. Aquí nos tenéis posando con una de las guitarras de Alejandro.
El ambiente era festivo; demasiado para muchos que optaron, desde el minuto uno, por liarse a tomar copas como si fuese barra libre. ¡Y es que lo era! La verdad es que me divertí; no había pisado nunca el templo de los colchoneros y hacerlo en estas circunstancias se me antojó un guiño del destino. La vida tiene estas curiosas piruetas. No me gusta el fútbol y, sin embargo, he terminado acudiendo a la despedida definitiva de uno de los estadios de Madrid.
Dando un paseo por la sala, percibí a muchos novios y maridos arrastrados y algunos otros que se veían en su salsa. Me entretuve saboreando los distintos aperitivos que componían el excelente surtido con que nos agasajaron. Y poco a poco se acercaba la hora del concierto más ensayado (dicho por él), de Alejandro Sanz. Del gran Alejandro Sanz.
El concierto: técnicamente deficiente.
Estaba previsto que comenzase a las 21:30, cosa que no se creía nadie porque a esa hora el sol aún pegaba de lleno sobre el graderío este del Estadio Vicente Calderon. Pero es que además la emisión en streaming ¡NO FUNCIONABA!. Un conocido mío, técnico de todas estas cosas, me comentó que, en Twitter, querían ahorcar al responsable. Y se comprende puesto que la emisión era de pago.
Sea por lo que sea, comenzó a las 22:15. Y nada más empezar arrancaron los problemas técnicos. Un escenario espectacular, digno de una super-estrella, que disparaba haces de luz y color en todas direcciones nos sorprendió. El público enardecido (con Gemita a la cabeza) y, de pronto, un disparo de streamers (unas cintas tipo confetti que habréis visto en algunas celebraciones futboleras) que alcanzan de lleno a la Spidercam (una cámara montada sobre cables que sobrevuela los estadios) y la atasca. ¡Un comienzo de lujo para los chicos de la Spidercam! Los imaginaba gritando y acordándose de la madre del coordinador de efectos especiales; o tal vez haya sido un error por parte de los chicos de la cámara que se acercaron demasiado al escenario. Aquí veis la cámara arrastrando las cintas.

Al rato las pantallas comenzaron con un problema de doble imagen que se solucionó, ¡apagando las pantallas! El público comenzó a pitar y a gritar ¡Pantallas! ¡Pantallas!. Y esa intermitencia de imágenes ahora sí, ahora no, nos acompañó durante todo el espectáculo. De hecho a Orozco hubo que intuirle porque ni rastro del tipo en las pantallas.
¿Y qué tal se escuchaba?
El sonido, bueno… Pues es que es un estadio de fútbol, no un auditorio. Sin ser una maravilla (apenas se entendía algo cuando hablaban los artistas), era potente y brillante. Le faltó definición; habrá que esperar a la edición en Blu-Ray para disfrutar de las canciones de este +ES+ en condiciones. Yo, que sufrí de acúfenos y una ligera hiperacusia el año pasado, me parapeté tras unos tapones de silicona que aislan los agudos y así pude disfrutar con tranquilidad del evento. Luego me he enterado que la actriz Silvia Abascal también acudió con sus tapones y cascos y es que, la pobrecilla, sigue con los malditos acúfenos.
La emoción del directo.
Pero todo eso empalidece ante la emoción de saberte asistiendo en directo a un concierto mítico desde su nacimiento. La celebración de los 20 años del insuperable MÁS de Alejandro Sanz. Gemita cantó, bailó, se emocionó y lloró. Y eso es lo que me vale. Después de todo, muchas de mis emociones son fruto de las suyas.
El hecho de tantos duetos me cansó; supongo que es porque a mi me gusta Alejandro y verle cantar con otros me da cierta pereza. Laura Pausini, Pastori, Bisbal y Manuel Carrasco, estupendos. El resto… Pues eso. Resto.
Alejandro lo dio todo. Tuvo un recuerdo emocionado para sus padres y me imagino que recordó cuando, en sus comienzos, doña María Pizarro (la madre de Alejandro), en este mismo lugar, se ponía nerviosa y mandaba callar a las fans porque no la dejaban oir a su retoño. La instantánea que veis aquí debajo es de esa época.

La canción favorita de Alejandro Sanz.
Un clásico en su repertorio que él reconoce como su favorita. ¿Lo ves? Interpretada al piano fue una de las más impactantes del concierto. El instrumento, montado sobre una base móvil, se desplazaba por todo el escenario en lo que supuso el colofón al anunciadísimo +ES+.
Un trabajo incalculable de producción para un recital solamente al alcance de Alejandro Sanz que finalizó con un bonito espectáculo de fuegos artificiales cerrando una noche especial que, los que asistimos, tardaremos en olvidar.
Tal vez nunca.
Gracias Alejandro, y sobretodo, gracias Gemita.