En pleno verano, a 29 días de comenzar Medicina, ¿no debería estar solazándome y disfrutando de estos 40º que nos regala el mes de Agosto en casi toda España?
Echando un ojo a las asignaturas.
Ya me había dado un paseo por diversos libros y atlas de Anatomía. En general me gusta, a pesar de los mil nombres que tendré que memorizar. Pero, de unos días a esta parte no paro de leer y estudiar sobre una asignatura que, antes de haber tenido un solo minuto de clase, ya me está produciendo terrores nocturnos (aún no me he orinado en la cama, pero todo se andará). Os presento a Física Médica.
Física Médica.
En la UAM y en la URJC no la tienen. Pero la UCM, sí. Básicamente es física pura y dura. Con sus fórmulas aviesas y sus enrevesadas teorías. Estoy viendo que hacen mucho hincapié en ondas, electromagnetismo y radiaciones ionizantes. Tiene sentido, después de todo, es importante saber qué ocurre cuando se enciende la máquina de los rayos X, por ejemplo. ¿No?
Eso sí, me parece aterradora. Reviso exámenes de otros años y según voy leyendo tengo que comprobar, periódicamente, que mis testículos sigan en su sitio en lugar de en la garganta… Ya he logrado hacer algún problema y resolver alguna pregunta pero… ¡Dios!
¿Y servirá de algo adelantarse a los acontecimientos?
En mi caso sí. No hay que olvidar que llevo más de 20 años sin escuchar una sola palabra sobre longitudes de onda, frecuencia de oscilación y demás. Tal vez llegue el próximo día 4 de Septiembre y la sensación de pánico se me pase. O se incremente. Sea lo que sea, aquí estoy, tratando de llegar con una idea general.
La asignatura solamente dura un cuatrimestre pero es de esas que la ves y tiemblas. Para colmo, el primer día, a primera hora, debutaré con Física Médica.
Tiempo de verano.
No me acuesto demasiado pronto, esa es la verdad. Así pues, por la mañana, mientras unos pasean otros leen, releen y vuelven a leer decenas de páginas sobre magnitudes, ondas, electromagnetismo, radiaciones no ionizantes e ionizantes…

Pero claro, no todo va a ser estudiar. Espero sacar tiempo para dar paseos y disfrutar de las fiestas de mi pueblo. Por lo pronto, ayer, acudí a Ferrol a ver un triatlón.
El triatlón de Ferrol.
El caso es que, una vez allí, me asaltaron distintas sensaciones.
Por un lado la admiración por unos tipos que, sin comerlo ni beberlo, deciden meterse en el cuerpo 750 metros a nado en el mar, veinte kilómetros en bicicleta y acabar con cinco más corriendo. Verdaderamente me maravilla su capacidad de sacrificio.
Pero por otro… Por otro, y viendo a un muchacho seguir corriendo tras sufrir una contractura involuntaria del tríceps sural (en cristiano, que se le subió el gemelo, el clásico calambre en el gemelo de toda la vida), la admiración se tornó en asombro. Y no de asombro positivo.
Entiendo que el deporte engancha. Comprendo que competir contra otros o contra sí mismo es motivador pero… ¿Hasta qué punto? Ese chico no llevaba ni novecientos metros de carrera cuando sufrió la contractura, no es que yo lo supiera, ¡es que él lo iba pregonando a gritos! Y sin embargo, continuó. ¡Más de cuatro kilómetros con una dolorosa contractura! Oiga usted, que si es asunto de vida o muerte, pues a correr se ha dicho pero era una prueba de aficionados.
Sobre el deporte, dice mi padre, que es un señor de La Mancha chapado a la antigua, un niño de la posguerra, «que corra Raúl, que gana millones», refiriéndose al figura del Real Madrid, Raúl González. Hombre, yo creo que puede haber un término medio entre el que corra Raúl que gana millones y pasarse el día tirado en el sofá. Pero, a mi modo de ver, seguir corriendo como si te fuese mucho en ello, con una dolorosa contractura muscular, ni es sano ni es deporte.

Pero en fin, fue curioso. Supongo que a todos nos gusta ver la capacidad de sacrificio innata en el espíritu humano. Desde luego no es algo que iría a ver de nuevo; en general la mera contemplación de eventos deportivos me aburre. No soy ni futbolero siquiera, pero una vez en la vida, está bien.
Fiesta por Medicina.
Ya lo comenté hace un tiempo. Y aquí está. En los próximos días mi familia dará una fiesta en mi honor. Fiesta que prometió mi padre «si entraba en Medicina». Como os he dicho es un caballero muy suyo. Correr, que corra Raúl, pero si se trata de montar una jarana, ¡toda excusa es buena! Mi padre rondando los 70 años, sin ser precisamente una persona muy sociable, tiene como afición principal tocar el acordeón. Lo dicho; un señor especial.
La verdad es que me apetece. Ya no la fiesta en sí; yo no tomo alcohol y para hincharme a chuletas y demás no necesito un evento. Pero pasar un día rodeado de gente a la que quieres y por la que eres querido, es la verdadera fiesta. Sé que echaré de menos a mi inolvidable tío Pepe. ¡Cuánto le hubiese gustado a él acudir a esta fiesta! Mas, mi corazón le sentirá cerca. Sé que siempre me acompaña.

El sentimiento de culpa del estudiante de Medicina.
Sabía que ocurriría y está ocurriendo. Siempre me ha encantado leer. Pero desde hace un tiempo no soy capaz de coger un libro y disfrutar. La cosa comenzó el pasado mes de Octubre, mientras preparaba mis pruebas de acceso para mayores de 25. Cada vez que agarraba algún libro que me apetecía leer, al momento me asaltaba el siguiente pensamiento: ¿No deberías estar echando un vistazo a la Biología? ¿Vas a ponerte a leer esto en lugar de repasar inglés? ¡Que los exámenes no perdonan!
Y así hasta hoy. Tengo pendientes varios libros que, de verdad, me interesan pero, ¿cómo dejar de lado la Física Médica, la bioquímica y demás?
¿Os ha pasado alguna vez?
Aprendiendo a aprender.
Lo que sí estoy haciendo es sacar tiempo para terminar de escribir mi libro APRENDIENDO A APRENDER. Muchos me habéis preguntado por privado por el librito y, la verdad, es que espero tenerlo finalizado para fin de mes.
Cada día aplico las técnicas aprendidas y puedo asegurar que da resultado. Por supuesto las usaré también durante la carrera de Medicina. Os iré contando.
Y de momento, esto es todo. A un mes de empezar Medicina, algo menos ya, aún me parece mentira. Un sueño hecho realidad que, ya casi, está al alcance de mi mano.
The MedStudent Loop dice
Hola!! Acabo de descubrir tu blog y Wow eso es pasión por la medicina!
Yo también empiezo medicina este septiembre y la verdad no se que esperar… yo no tengo física pero fisiología dicen que es durilla…. veremos a ver que tal nos va a los dos jajaja.
Tengo un blog, aunque solo con dos entradas, pero cuando empiece espero escribir más, si tienes un ratillo pásate!! 🙂
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Óscar Parra dice
¡Enhorabuena por tu acceso y bienvenida a la blogosfera médica! Paso de inmediato a visitarte. ¡Gracias por comentar!
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