Me ha parecido oportuno traer al blog a mi amigo, Jesús Lozano Sánchez (Granada, 1999), estudiante de Medicina y compañero de fatigas en este casi acabado primero de Medicina en la Universidad Complutense de Madrid. Creo que os puede dar una idea aproximada de cómo será la generación de médicos que nos atenderán en unos años.
Jesús es un fenómeno. Me llama la atención la capacidad de asimilación que tiene. No hay que explicarle dos veces las cosas. Además, es un excelente docente, verle exponer en clase, con sus dieciocho años fue una sorpresa mayúscula para mí, acostumbrado a actores a los que, se les supone, desparpajo y soltura. Este carismático andaluz, para entrar en Medicina en la Complutense, logró un estupendo 13,323 sobre 14 en la EBAU (la selectividad de toda la vida).

Vamos, que mi amigo Jesús debió tener sobresaliente hasta en recreo. Da miedo, ¿eh?
Medicina, una carrera algo especial.
Cuando entré en Medicina el año pasado por el cupo de mayores de 25 sabía que iba a tener de compañeros a lo más granado de la generación del 99. Pero uno no se hace a la idea hasta que no convive con ellos día a día. ¿Y se nota mucho? Pues sí, de verdad que se nota. Se nota en que, mientras la profesora explica yo me esfuerzo por entender los conceptos mientras que, compañeros como Jesús, lo captan al momento, lo asumen y ya son capaces de explicarlo antes de terminar la hora. Realmente os prometo que me llenan de asombro.

Tal vez podáis pensar que Jesús es la excepción. Sí y no. Me explico. Es cierto que el cien por cien de los alumnos no son como él, pero un alto número sí. A ver, hay de todo. Bueno, de todo teniendo presente que el año pasado la nota de corte fue de 12,871 sobre 14. En otras palabras, que el peor de ellos sacaba sobresaliente en prácticamente todas las materias. En definitiva, me ha parecido interesante presentaros a este joven de dieciocho años como ejemplo del alumno de Medicina del siglo XXI. Bien preparado, generoso, con espíritu de sacrificio, inteligente y con unas capacidades intelectuales extraordinarias. Vamos a conocerlo un poquito más.
Jesús Lozano. Futuro doctor Lozano.
- Jesús, ¿desde cuándo quisiste ser médico? ¿Te viene por tradición familiar?
No hay médicos en mi familia. Todos los libros que hay en casa son libros de leyes, historia e ingeniería. Aunque siempre he tenido cierto interés por la Medicina y por saber cómo iba eso del cuerpo, estaba muy perdido en los últimos meses de bachiller porque siempre me han gustado también algunas ciencias sociales, en particular la Psicología y las Ciencias Políticas. Parece mentira que dudara entre ser médico o politólogo, pero así fue. La decisión definitiva la tomé prácticamente rellenando las solicitudes.
- ¿Qué recuerdas del día que viste que estabas admitido en Medicina?
Me acuerdo perfectamente. Iba muerto de calor con un amigo del colegio camino a beber unas Alhambras (una marca de cerveza) heladas en su casa cuando me dice: «Están las notas de Selectividad». Tuve un subidón de adrenalina de éstos en los que el corazón deja de estar en el tórax para pasar a la garganta. Mi amigo César me apretaba el brazo cual torniquete y cuando miro la página veo que las notas no estaban nada mal. Rápidamente las meto en el simulador de notas de acceso y veo que era más que suficiente para entrar. Él vio que también había entrado a su carrera y vivimos aquella tarde el principio de lo que sería el mejor verano de nuestras vidas, hasta el momento.
- Estudias en la Universidad Complutense de Madrid, o sea, estás fuera de tu ciudad, ¿cómo está siendo esa experiencia? ¿Se estudia mejor o peor que en casa?
Salir de casa es duro, aunque tengas ganas. Yo estaba deseando salir, tener libertad, conocer gente y vivir experiencias nuevas, pero al principio es difícil vivir en una ciudad donde no conoces a nadie, donde te sientes solo a pesar de estar rodeado de gente. Pero después de los dos primeros meses de adaptación, todo empieza a mejorar, hasta el punto en el que puedo decir que soy mucho más feliz ahora que cuando vivía en casa. Respecto a estudiar, si estás habituado, no hay problema ninguno, aunque el hecho de no tener que dar explicaciones a nadie sobre lo que haces siempre es una pequeña y gran tentación. - ¿Cuáles son los principales cambios que has notado del bachillerato a 1º de Medicina?
El cambio es mayor de lo que me podía esperar. Te das cuenta de que no eres el listo de la clase desde el primer día, y ves cómo mientras otros ya saben cientos de músculos, moléculas y enfermedades, tú no sabes distinguir la tibia del peroné. Pero poco a poco dejas de perderte en la facultad, dejas de preguntarte si esa persona está o no en tu clase y todo empieza a normalizarse. - De este primer año, ¿qué sensaciones te llevas?
Increíbles. Un año extremadamente feliz, en el que creo que la clave es vivir intensamente, hagas lo que hagas. Cuando estudias, que sea a tope. Cuando sales, que sea a tope. Cuando entrenas, que sea a tope. A veces se echa de menos tumbarse panza arriba al sol y no dar un palo al agua, pero merece mucho la pena. - La pregunta que se le hace a todo estudiante de Medicina: ¿qué tal eso de ver y estudiar cadáveres?
Cuando vi mi cadáver por primera vez, me quedé medio en shock. Recuerdo verle la cara a «Tere» (apodo cariñoso de mi cadáver), y no poder evitar pensar en que, probablemente, esa mujer fuera la abuela de alguien, que tenía sus experiencias, sus alegrías y sus miedos, una vida entera igual que la mía. Ser consciente de eso es muy chocante. Lo cierto es que, una vez que te acostumbras, nada de eso pasa por tu mente, y las prácticas de Anatomía son como todas las demás, en las que además de la disección, puedes hablar, decir estupideces y reírte mucho.
- ¿Qué destacarías del ambiente de Medicina?
Me sorprendió mucho que fuera tan heterogéneo. Me esperaba un aula llena de «chapones» que vivían por y para el estudio, pero hay personas de toda clase: vagos, fiesteros, de derechas, de izquierdas, pijos, hipster… De todo un poco, así que es un sitio donde todo el mundo puede estar cómodo y encontrar su ambiente. - ¿Hay algo que te haya sorprendido en este primer año de Medicina?
Aprobar Biología Celular.
- ¿Qué piensas que hay que tener para ser el mejor médico que uno pueda ser?
Creo que lo único que hace falta, ya no sólo para ser médico, sino para cualquier otra cosa, es tratar de ser buena persona y tratar a todo el mundo de la mejor manera posible. No siempre se consigue, pero creo que eso y como he dicho antes, vivir con intensidad, son las dos cosas indispensables para cualquier ámbito de la vida. - Jesús, ¿qué le dirías a una persona que quiera hacer Medicina y que esté cursando bachillerato?
Que adelante. Que parta la pana en Selectividad y que no dude, porque son pocos los que se arrepienten de entrar aquí, y que las ventajas compensan ampliamente a las desventajas. Aunque a veces bromeemos con que nos hemos equivocado de carrera, y que deberíamos habernos dedicado al mundo del porno, creo que todos volveríamos a elegir lo mismo si volviéramos a segundo de bachiller. - ¿Alguna anécdota a reseñar?
Muchísimas. Me quedo con las risas ahogadas en la biblioteca, las imitaciones a los profesores, las siestas después de los exámenes, los comentarios sobre los amores y desamores de gente de clase. Demasiadas anécdotas en un curso.
- Y, por último. Existe un 3% de plazas reservadas a mayores de 25. ¿Cómo has visto la integración de estos estudiantes “mayores”?
Creo que tomar esa decisión es extremadamente valiente, porque es un ambiente en el que predominan los chavales más jóvenes, y puede parecer un ambiente «hostil». A pesar de eso, siempre hay una buenísima relación entre todos los de la clase, y aunque sea una dificultad añadida, todo puede ir bien a base de empeño y mucho curro. Óscar es un claro ejemplo de ello.
Unas reflexiones sobre este primer año.
Para mí, estudiar Medicina está siendo una experiencia electrizante de la que no me he arrepentido ni en los momentos más duros de este primer año. Le contaba a mi querida Gemita que, de las muchas enseñanzas que he sacado, hay una a destacar y que puede servir como aviso para navegantes: el nivel de exigencia es enorme. Tan enorme que, o vienes ya con un buen nivel o en enero te vas a llevar un disgusto detrás de otro. De ahí que la vocación sí sea un factor importante, aunque no el único. Y digo que es importante porque soportar el chaparrón de sinsabores, sin tener al 100% claro que, esto es lo que quieres, os aseguro que no se puede mantener mucho tiempo.
Sí, lo sé, habrá quien diga, «Bueno Óscar, pero si te esfuerzas…» ¡Ojo! Hace unos días charlaba con mi amigo Alberto Grande sobre esa falacia que garantiza resultados siempre que haya esfuerzo. No es verdad, o peor aún, es una media verdad.
Es obvio que, sin esfuerzo, no habrá resultado alguno. Pero es falso que, ese esfuerzo te garantice el lograrlo. No, aquí, no.
A esta durísima carrera; puedes venir con toda la ilusión del mundo, esforzarte como nunca y suspender un examen detrás de otro. No me lo han contado, lo he visto en algunos compañeros estos meses. Y entiendo que el nivel de exigencia sea enorme, al final, acabas teniendo en tus manos el mayor de los tesoros: la salud de otra persona.
Medicina, ¿una carrera muy competitiva?
Respecto a la competitividad, francamente, no es algo general. Sí, hay compañeros que no pueden evitarlo, gentes que están pendientes de quedar por encima de fulanito en las notas, pero son los menos. Y además son personas poco interesantes. Ya lo dijo el célebre médico español don José de Letamendi: «Quien sólo sabe de medicina, ni de medicina sabe». La gran mayoría de los alumnos están aquí para aprender (bueno y para aprobar), por encima de todas las cosas. Para ser los mejores médicos que puedan ser.
En septiembre comenzaré segundo de Medicina. El último empujón antes de entrar, en tercero, de lleno en el mundo real, en el universo de los grandes hospitales madrileños. Un momento tan deseado como respetado por todos. Pero esa será otra historia que, a su tiempo, estaré encantado de contaros.
¿Qué os ha parecido mi amigo Jesús?
Alber dice
Sé que aún es pronto Oscar, pero más o menos ¿ya sabes que especialidad de medicina quieres hacer?… ¿cardiólogo, nefrólogo, neurólogo, traumatólogo…..?….
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Óscar Parra dice
¡Hola Alber! Pues aún no lo sé, me gusta mucho oncología, pero cardiología también me ha gustado. ¡Ya iré contando! ¡Gracias por escribir, amigo!
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Jenny dice
Hola Oscar yo te leo mucho porque tristemente te encontré por tu artículo de el acufeno. Porque hace tres meses padezco ese síntoma y bueno ahí voy mejorando aunque te soy sincera no he probado tu técnica de sonidos solo estoy en tratamiento médico y he ido mejorando. Pero siento empatia contigo más que por haber padecido tinnitus es porque tengo una hija que también estudia medicina. Vivimos en Colombia exactamente en Barranquilla (la tierra de Shakira) y al igual que tu amigo Jesús, mi hija también es una destacada estudiante DE La Universidad Libre de Barranquilla y es como un Jesús versión femenina y muy entregada a su profesión y con gran vocación . Mi hija tiene 20 años y va en sexto semestre como decimos aquí o en tercer año de medicina si allá lo llevan por años. Me alegra ver que escribes otras cosas y das valor a tus compañeros. Tú también serás un excelente médico. Felicidades a ambos.
Jennifer
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Óscar Parra dice
¡Gracias por tan bellas palabras Jenny! ¡Qué gusto saber que tu hija estudia lo mismo! No dejes de informarnos, ¡siempre es bueno conocer a compañeros por todo el mundo!
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Conchy de Extremadura dice
Hola Óscar! Enhorabuena por tener este primer año ya en el bolsillo. No sé si me recuerdas, pero el año pasado, por problemas administrativos, me quedé en tierra y no pude comenzar la carrera. Este año tampoco pintaba bien, pero al final he podido examinarme y sacar una nota bastante buena. Hasta Julio no sabré si he sido admitida, pero tengo esperanzas de que así sea. En todo caso, después de leer la entrevista a tu compañero y tus reflexiones sobre la dureza de la carrera, me está empezando a dar ´tabardillo´. No es una afección que se encuentre en el diccionario médico de Taber´s (que debería), pero te aseguro que presenta síntomas bastante afines a aquellos que se sufren durante un ataque de ansiedad… Como debo ser masoca, yo lo intentaré de todas formas. ¿Alguna recomendación especial para alguien que va más que a triplicar la edad media de sus compañeros? Un saludo y, de nuevo, enhorabuena!!
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Óscar Parra dice
¡¡Hola!! ¡Claro que te recuerdo Conchy! ¡Qué buena noticia saber de ti!
A ver, a ver, la edad no entra en la ecuación. Créeme, si así fuese los catedráticos tendrían 30 años… Como recomendación, tal vez comprar ya algún buen libro de Anatomía. En estos días escribiré una postal con los libros que recomiendo.
¡Celebro volver a saber de ti!
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Inmaculada dice
Interesantísimo el post con la entrevista ! Generación del 99 , que juventud! Y que madurez y desenvoltura
Con todo lo que nos han contado se aclaran muchas dudas que me asaltaban con respecto a primero( lo de la heterogeneidad entre alumnos me tranquiliza jaja)
Aunque también me da un vértigo que me muero por la dificultad
Enhorabuena por estar finalizando primero estoicamente
Un saludo
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Óscar Parra dice
¡Me alegra que te haya aclarado dudas, Inmaculada! En breve escribiré un post detallado sobre primero de Medicina: qué hay que comprar, qué se puede ir mirando ya este verano, consejos de estudio, en fin… ¡Gracias por escribir!
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