Ya han pasado casi tres años desde que sufrí acúfenos y, aún hoy, cada vez que escucho un pitido, automáticamente y como activado por un resorte aterrador, me tapo los oídos para comprobar que no sea yo el que está produciendo el infernal pitido. Afortunadamente, en un segundo todo vuelve a la normalidad: no, no soy yo. Pero el miedo, ahí está. El pánico a los acúfenos es algo que, me temo, tendré para siempre. A pesar de que logré curarme y volví a escuchar el silencio, algo que el gran Beethoven, no llegó a disfrutar jamás…
Ciencia y fe.
Tras publicar en este mismo blog, la experiencia de mi curación mediante una terapia propia, y para mi sorpresa, miles de personas me han ido escribiendo. Muchas de ellas comenzaron el mismo tratamiento que usé yo y se han curado. Pero no es suficiente. Inmerso como estoy en mis estudios de Medicina, he tomado la decisión de convertir lo que, hoy por hoy es un artículo de fe, en una razón científica. Ya sabemos cómo se producen los acúfenos. Ahora, vamos a demostrar la curación. Pasemos de la creencia a la razón.
Ensayo clínico Beethoven.
Para ello he puesto en marcha un ensayo clínico que, mediante la aplicación de mi tratamiento a una serie de pacientes, aún por escoger, llegar a una conclusión definitiva, escribir un artículo científico, publicarlo y poner la terapia a disposición de la medicina clínica.
Naturalmente en este tiempo, y habida cuenta de las decenas de testimonios publicados agradeciendo la curación, algunas empresas se han acercado a mí para hablar de negocios. Y no. No quiero que se convierta en el negocio de unos pocos. Por eso he rechazado el dinero y la participación de grandes corporaciones; necesito ser libre, no tener las manos atadas por un contrato a una determinada empresa o entidad. Quiero que mi tratamiento llegue a los miles de afectados por esta tortura.
Así las cosas y tras meditarlo, se ha lanzado una campaña de donaciones para recaudar los 6000 euros necesarios para concluir el ensayo. ¿Para qué necesitamos ese dinero? HAZ CLIC AQUÍ PARA TENER TODA LA INFORMACIÓN.
¿Por qué se llama Beethoven? Pues en honor a un verdadero genio universal que, tristemente, padeció de este mal. En su correspondencia epistolar se encuentran varios momentos de auténtica amargura al hablar de sus acúfenos.

Consideraciones finales.
Un ensayo clínico aportará la validez científica necesaria para que, la terapia se extienda como la pólvora en el entorno médico-clínico. Esto hará que dejemos de escuchar «los médicos dicen que, de momento, no hay cura».
Sin ello, solo tenemos un procedimiento del que, muchos pacientes, dicen que les ha funcionado. Y no es lo que queremos. Queremos que sea un hecho comprobable y repetible en laboratorio. Por eso necesitamos el ensayo clínico Beethoven, por eso necesitamos tu colaboración.
Artistas como Santiago Segura, sufren de este problema. Y como él, un 10% de la población.

Deseo de todo corazón que podamos llevar a cabo el ensayo y la curación a miles de pacientes. Y eso será, gracias a tu generosidad.