A petición de los pacientes, voy a iniciar hoy una serie de postales sobre los distintos tipos de acúfenos para clarificar, en la medida de lo posible, el asunto.
Recordemos los que existen, resumidos en una tabla, tal y como vimos en este otro artículo que publiqué hace unos días.
Tipo de acúfeno | Definición |
Subjetivo | Solo la persona afectada puede escuchar el sonido. Es el más común. |
Objetivo | Además del paciente, otras personas pueden escuchar el sonido. Es muy raro. |
Pulsátil | La producción de sonidos se da a pulsos regulares. |
Primario | Idiopáticos (sin causa conocida), que pueden asociarse o no a hipoacusia neurosensorial. |
Secundario | Asociados a una causa subyacente específica. Estos son la inmensa mayoría. |
El acúfeno subjetivo.
Es, con diferencia, el más común de todos. Como definición diremos que, efectivamente, es aquel ruido (pitido, siseo, motor…) que solamente es percibido (es oído) por la persona afectada. Puede ser unilateral, en un solo oído o bilateral, en ambos. En ocasiones, algunos pacientes refieren que lo «escuchan» en mitad de la cabeza, o en la parte de atrás, de la cabeza. Y esto es por una sencilla razón: porque los acúfenos no son un problema de oído, son un problema neurológico.
Este tipo de acúfeno es uno de los problemas más frecuentes en las consultas de ORL de todo el mundo.
¿Qué protocolo se sigue en la actualidad con el acúfeno subjetivo?
En principio, y a pesar de que la fisiopatología nos indica que los acúfenos son un problema neurológico, el protocolo actual se sigue llevando a cabo por los otorrinos.
Para ello, lo primero que se realiza es un examen otológico y de pares craneales de rutina. No está de más hacer una evaluación mediante el diapasón que proporcionará una buena indicación del grado y tipo de pérdida auditiva, si es que la hay. Porque, y esto lo quiero dejar claro, el acúfeno no está necesariamente relacionado con la pérdida auditiva.
Para esta prueba, se suele utilizar un diapasón de 512 Hz.

Primero se hace la prueba de Weber, mediante la cual el diapasón se coloca en medio de la frente del paciente. La prueba es considerada normal cuando el paciente escucha el sonido por igual en ambos oídos.
Luego se realiza una prueba de Rinne, mediante la cual el diapasón se coloca primero en la apófisis mastoides (esa especie de pico óseo que tenemos justo detrás de las orejas). Tras esto, se sostiene verticalmente el diapasón frente a la oreja, y se pregunta al paciente por dónde escucha con más intensidad el sonido. Esta prueba se considera normal (Rinne positiva) cuando el paciente escucha más fuerte el diapasón cuando está frente al oído que cuando lo apoyamos en el hueso
La otoscopia nos ayuda a identificar cualquier anomalía en el oído externo y medio y ayuda a determinar las posibles causas secundarias del acúfeno.
Finalmente se realiza una audiometría que, normalmente, saldrá perfecta. Salvo que el paciente ya tuviese algún tipo de hipoacusia previa al acúfeno.
En resumen, tras comprobar que el paciente no tiene pérdidas auditivas, algo que ocurre la mayor parte de las veces, poco más puede hacer el otorrino por el paciente. Y ahí, lo sé, comienza la angustia…
¿Existen tratamientos para este tipo de acúfenos?
De índole farmacológica, no. Es decir, no hay fármacos que hayan demostrado utilidad en el tratamiento del acúfeno.
Actualmente existen diversas terapias de habituación, es decir, de tratar de acostumbrar al paciente a su acúfeno. No soy partidario de ellas porque, verdaderamente, me cuesta mucho trabajo pensar que nadie pueda acostumbrarse a ello.
En este momento, la Terapia de Isofrecuencias, está dando resultados positivos y muy esperanzadores en pacientes con acúfenos subjetivos. Los testimonios de multitud de pacientes curados, que amablemente dejan su experiencia en mi blog, me animan a continuar investigando. ¡¡Y por supuesto seguiré!!
Y si no puedes dormir, debido a los acúfenos, aquí te dejo 3 vídeos que, seguro, te van a ayudar a hacerlo.



La Terapia de Isofrecuencias.
Afortunadamente, y según la investigación que estamos llevando a cabo, la Terapia de Isofrecuencias ataca por igual a cualquier tipo de acúfeno, ya sea al subjetivo, que estamos viendo hoy o a otros, con excepción de los pulsátiles puesto que en estos, el origen es un problema anatómico real que puede corregirse mediante micro-cirugía.
Para el resto, la Terapia de Isofrecuencias está demostrando una efectividad enorme. Algo que pretendemos plasmar mediante el Ensayo Clínico Beethoven cuya fase final llevaremos a cabo cuando la pandemia nos lo permita.
La Terapia de Isofrecuencias surgió tras mi experiencia curativa con los acúfenos en el año 2016. Desde entonces, cientos de pacientes se han curado y muchos de ellos han dejado su testimonio en el artículo que publiqué en su momento y que puedes leer aquí.
Atención Personalizada.
Dado el enorme número de pacientes que me escriben a diario y mi escasez de tiempo, he abierto un espacio de Atención Personalizada para poder hablar de tu acúfeno en particular, que puedes encontrar aquí.
En resumen, los acúfenos sí pueden curarse. Entender su fisiopatología es parte del proceso para comprender la Terapia de Isofrecuencias. Cada mes, a pesar de que mis estudios de Medicina me tienen bastante agotado, trato de dar un seminario on-line sobre el tema. Intento hacer uno al mes para acoger al mayor número de pacientes interesados pero en grupos pequeños de modo que pueda atenderles mejor.
¡Hasta el siguiente artículo en el que hablaremos de acúfenos objetivos!