• Saltar a la navegación principal
  • Saltar al contenido principal
  • Saltar a la barra lateral principal

DEL CINE AL HOSPITAL

Blog de un estudiante de Medicina. Un cineasta entre batas blancas.

  • MEDICINA
    • LA CARRERA
    • 1º MEDICINA
    • 2º MEDICINA
    • 3º MEDICINA
    • 4º MEDICINA
    • DIVULGACIÓN MÉDICA
    • ÚLTIMOS AVANCES
    • PENSAMIENTO MÁGICO
  • DIARIO
    • CINE
    • MIS RELATOS
    • CONTACTO
  • MAYORES DE 25
    • MI EXPERIENCIA
    • TÉCN. ESTUDIO
    • DESCARGAS
  • ATENCIÓN PERSONAL
  • ¿QUIÉN SOY?

Capítulo 5: Luces en la oscuridad.

VOLVER AL CAPÍTULO 4

Con todo el sigilo del que fueron capaces, los tres chiquillos y el perro, atravesaron la era cuidando de no despertar al resto de trilladores que, apaciblemente, descansaba a esas horas.

— ¿Quién será? —susurró Arturo, que llevaba firmemente agarrado por el collar a Canelo.
—No lo sé, pero por lo menos son dos —contestó Manolo, que tenía una vista extraordinaria —. ¿Veis al otro?

Así era, junto a la ermita de San Antón, se distinguían perfectamente dos siluetas, una de las cuales sujetaba un candil o algo parecido.
— ¿Y qué estarán buscando a estas horas? —preguntó Manolo— ¿Andarán intentado entrar para robarle al santo?
— ¡Tira a acostarte! —dijo Antonio—. ¡Pero qué van a robar, infeliz! Si San Antón tiene menos dineros que una liebre…
—Pues entonces, tú dirás —se defendió Manolo—. A lo mejor están cumpliendo una promesa, no te jode…
Súbitamente, la tenue luz se apagó. Los muchachos se detuvieron un instante, temerosos de haber sido descubiertos.
— ¿Nos habrán visto? —dudó Manolo—. Vamos a escondernos detrás de esa parva.

Rápidamente, los cuatro se ocultaron tras un enorme montón de lentejas. Iban a asomarse para vigilar a los misteriosos visitantes de San Antón, cuando Canelo gruñó de nuevo.
— ¿Qué le pasa al perro? —inquirió Antonio—. Como se lie a ladrar nos muelen a palos los trilladores.
—No creo, por aquí están todos más dormidos que un risco —afirmó Arturo.

No había terminado de pronunciar las últimas palabras, cuando alguien les contestó.

—Todos no, Arturo —dijo una voz, al otro lado de la parva.
Canelo volvió a gruñir.
— ¡Calla, Canelo! —ordenó su amo, en voz baja pero firme.

Caminando agachado, cuidando de no hacer ruido, apareció Isidro, un muchacho de once años de pelo castaño y mirada resuelta.
— ¿Habéis visto esa luz? —dijo el chico, con nerviosismo—. Antes de que llegaseis vosotros se oían voces.
— ¡Hola, Isidro! —saludó Antonio—. ¿Te has despertado al oírlos?
—No, qué va. Llevaba un buen rato desvelado —dijo Isidro—. El cabrón del Pajarete tiene la culpa.
— ¿Ronca mucho? —preguntó Manolo, con curiosidad.
—No, pero se la ha estado pelando tres cuartos de hora, el fiera —replicó el muchacho—. A ese le está haciendo falta una novia más que el comer.
Casi al mismo tiempo, todos se echaron mano a la boca para ahogar la risa que les produjo el asunto del Pajarete.
—Amigo, en la potra manda el dueño —sentenció Antonio—. Decías que se oía hablar a esos que han subido a San Antón.
—Sí, bueno, no se les entendía, pero se escuchaba un murmullo —dijo el chico—. No sé quiénes puedan ser, de mi cuadrilla están todos durmiendo y somos los que más cerca estamos de la ermita.
—¿Has visto tú la luz en el cementerio? —preguntó Manolo, que no dejaba de darle vueltas al asunto.
—¿Era en el cementerio? —contestó a su vez Isidro, —yo creía que era de la carretera, pero sí, claro que la he visto. Una luz en el cementerio, será que necesitan muchas luces los pobres muertos…

El grupo permaneció en silencio unos instantes.
—Qué misterio, ¿subimos a investigar? —propuso Arturo, con el brillo especial de la emoción en los ojos.
Todos estuvieron de acuerdo en que era buena idea. Y así, parapetándose tras las parvas, los cinco llegaron hasta la base del cerrete en cuya cima se asentaba la ermita de San Anton.
—Ahora tened cuidado, con esta luna se nos tiene que ver desde Fuenllana —informó Antonio, que era el que iba a la cabeza. Oye Isidro, ¿y tu prima Martina es que no baja a trillar?
—Creo que le toca mañana —explicó Isidro—, ¿y esa pregunta?
—Es que Antonio está que se espizca por ella —contestó Manolo, al tiempo que esquivaba un pescozón de su amigo.
— ¿Tú qué dices, bacín? —se defendió Antonio, dando gracias al cielo de que fuese de noche y así nadie se percatara de que se había puesto más colorado que un pimiento.
—No te enfades, hombre —dijo Isidro—. Si eso lo sabe todo el pueblo. Venga, vamos a subir.

Unos minutos más tarde, los cuatro muchachos y el perro estaban ya a escasos diez metros del pequeño y humilde templo.
— ¿Veis algo? —susurró Manolo, que no distinguía el menor signo de vida por allí.
Todos negaron con la cabeza.
—Aquí no hay nadie —dijo Arturo en voz alta. Los otros le miraron con los ojos como platos —. Si hubiera alguien Canelo me habría avisado, y mirad, está tan tranquilo —apuntó Arturo.

Así era, el animal no mostraba el menor síntoma de tensión. Es más, incluso parecía estar aburrido por aquella súbita excursión nocturna.
—Creo que nos hemos equivocado —dijo Arturo—. Mirad, dentro de la ermita se ven unas velas encendidas.

Todos se acercaron hasta la puerta de San Antón. En el interior, la imagen tallada en madera policromada del santo refulgía iluminada por un par de cirios.
—Pues puede ser —admitió Antonio—. A lo mejor lo que hemos visto desde las eras ha sido el centelleo en el cristal de la puerta de esas velas gordas. Claro, tanta historia de miedo…
— ¿Pero tú no habías escuchado voces? —interpeló Manolo a Isidro.
Isidro afirmó, convencido.
— ¿Y entonces? —volvió a preguntar Manolo.
—Y yo qué sé, a ver si voy a tener yo la culpa de lo que veis vosotros —se defendió Isidro, algo molesto—. Además, yo no creo que hayan sido los centelleos de los velones esos; era un candil y se acabó.

Los cuatro muchachos se quedaron contemplando la ermita. A esas horas de la madrugada resultaba misteriosa y sobrecogedora.
—No eran reflejos, era alguien con un quinqué o algo parecido—afirmó Antonio, agachándose junto a una de las esquinas del templo.
El chico tocó algo que había en el suelo y, llevándose los dedos a la nariz, asintió.
—Esto es aceite y es reciente. Quien quiera que sea ha estado merodeando por aquí con una lámpara de aceite hace un rato.
Manolo, Arturo e Isidro también tocaron la oleaginosa sustancia que había en el suelo. Así era, una pringosa mancha delataba el uso de un candil.
— ¡Antonio, eres más grande que el día del Señor! —exclamó Manolo, admirativamente.
— ¿Y qué puede venir a hacer aquí alguien a estas horas? —cuestionó Isidro, satisfecho de comprobar que no se había equivocado.
—A lo mejor era una pareja que ha venido a, ya sabéis… —conjeturó Arturo.
—Claro hombre, y se han traído una luz para que unos críos licenciaos como nosotros los viéramos —observó Antonio, con sorna.
—Pues a lo mejor sí, para buscar las bragas después del revolcón —defendió Arturo.
—Muchacho, tú estás más caliente que el Pajarete —dijo Isidro con una mueca—. No era una pareja, en plena trilla nadie es tan tonto de venir aquí a darse el lote sabiendo que hay medio pueblo a doscientos metros en las eras.
— Y entonces, ¿quién puede ser?  —preguntó Manolo, que no alcanzaba a resolver aquel enigma.

El pequeño grupo guardó silencio. Verdaderamente, era difícil imaginar quién podría deambular por aquellas soledades de madrugada.
—Vámonos de aquí —dijo Arturo—. No me gusta este sitio. Además, mañana hay que madrugar, que luego se hace el día muy largo.
—Si queréis le damos una pensada, nos juntamos para almorzar y lo hablamos —propuso Isidro.
Los cinco comenzaron a descender del cerro, cada uno de ellos sumido en sus pensamientos. Canelo los miraba a todos con cierta curiosidad. ¿Por qué se les habría ocurrido salir de paseo en mitad de la noche a estos muchachos?

Al llegar a la parva de Isidro, el chico se despidió de ellos y se metió bajo su manta. Poco después los otros llegaron a la suya. Se desearon buenas noches y, tras descalzarse, se acostaron. Los recientes acontecimientos les impedían conciliar el sueño.
— ¿No tenéis frío? —susurró Arturo, que era el más delgado de los tres.
—Ten, yo estoy asado —dijo Antonio, cediéndole su parte de manta—. Hasta mañana.
Súbitamente, Manolo se echó a reír.
— ¿Y a ti qué te pasa ahora? —preguntó Antonio, sorprendido por el repentino arranque de su amigo—. ¿Te has contado un chiste?
—No, que me he acordado del Pajarete. ¡Qué bárbaro! ¡Tres cuartos de hora dándole a la zambomba sin importarle un carajo que los vecinos se enteren! —contestó divertido.
Los tres estallaron en carcajadas por la ocurrencia de Manolo.

— ¡Así está de consumido el tío! —observó Arturo, divertido.
Las risas subieron de tono y, por un momento, temieron despertar a todo el erial. Cuando lograron calmarse, Antonio les informó de que, por la altura de la luna, serían casi las cuatro de la madrugada.
—En un rato amanece. O nos dormimos, o mañana la trilla se nos va a hacer un poquejo larga.
—Gracias, chicos —dijo Arturo—. Hoy he pasado el mejor día desde hace mucho tiempo. Mañana a la hora del almuerzo voy a subir a mi casa a ver a mi madre; se va a poner muy contenta cuando sepa que he hecho dos amigos.
— ¡Pero si nos conocemos de toda la vida! —dijo Antonio, tratando de quitarse el molesto nudo que sentía en la garganta—. Venga, a dormir ya, cojones. Hasta mañana.
—Buenas noches —contestó Arturo.
— ¿Y tú no dices nada? — replicó Antonio, dándole un cariñoso pescozón a Manolo.
—Arráncate a espigar si ves que te aburres —dijo el chico, y al momento se durmió.

Unos minutos más tarde, toda la era descansaba. Y entre todos aquellos luchadores carrizoseños, varios muchachos soñaron con candiles, velas y santos que sacaban en procesión nocturna hasta el cementerio. Todos menos uno, que soñó con una muchacha de pelo moreno, sonrisa pícara y senos abundantes.

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Busca y encontrarás.

MÉDICO EN PROCESO

% de Médico
Medicoblasto
Fecha
92.4%
08-02-2023
Inicio 6º
Fin 6º
% de 6º
154 días
163 días
48.58%

Otras postales

  • El tío Pepe, junto a su hermana, la tía Lourdes y un servidor, en "el cortijo". Ocho años sin mi tío Pepe.
    11 diciembre, 2022
    Anoche me fui razonablemente pronto a la cama. Mañana lunes tengo un examen final de Medicina (farmacología clínica) y mis días en la actualidad se […]
    No hay comentarios
  • La historia 253536
    1 diciembre, 2022
    Este año, en mi nuevo cortometraje navideño, he tratado de aunar Medicina con Religión. Después de todo, en mi vida son dos pilares fundamentales. […]
    No hay comentarios
  • Dormir con acúfenos.
    7 agosto, 2022
    Lo sé; es posiblemente el peor instante del día. Yo ya pasé por ahí y lo recuerdo con verdadero terror. El momento de meterme en la cama era una […]
    No hay comentarios

Días hasta Nochebuena

días
3
1
8
horas
0
6
minutos
5
1
segundos
3
3

Etiquetas más populares

blog estudiante medicinaestudiante de medicinaGemitafamiliaPrimero de MedicinamuerteinvestigaciónUCMTío Pepeacúfenosacceso mayores 25cineCOVID-19InspiraciónMayores 25NavidadcáncerTerapia de Isofrecuenciasremedio acúfenosCoronaviruscura acúfenosreflexiónModesta PérezJosé Pérez Parraexámenes

Lo más leído

  • Morir con 17 años.Morir con 17 años. Aún sigo impresionado y conmovido. Mucho. La muerte de dos… (283.168)
  • Acúfeno, el pitido eterno del que me curé.Acúfeno, el pitido eterno del que me curé. Arranco la financiación del Ensayo Clínico Beethoven. Ocurrió en el… (220.911)
  • Listado de productos CON aceite de palma y su equivalente SIN.Listado de productos CON aceite de palma y su… Actualización Junio 2018: Más de 100.000 visitas atesora este artículo.… (135.477)
  • Del Cine al Hospital. Blog de un estudiante de Medicina.Del Cine al Hospital. Blog de un estudiante de Medicina. (33.528)
  • ¿Ibuprofeno, Nolotil, Paracetamol, Enantyum, Voltaren? ¿Qué tomar si duele...?¿Ibuprofeno, Nolotil, Paracetamol, Enantyum,… Hoy os voy a hablar un poquito de estos cuatro… (16.965)
  • Apuntes para el acceso a la universidad de mayores de 25.Apuntes para el acceso a la universidad de mayores de 25. ACCESO A LA UNIVERSIDAD MAYORES DE 25 Aquí pondré algunas… (14.827)
  • Aceite de palma: ¿Qué dice la Medicina?Aceite de palma: ¿Qué dice la Medicina? Desde hace unas semanas estamos todos revolucionados con el peligro… (12.271)
  • Ensayo Clínico BeethovenEnsayo Clínico Beethoven ¿Acúfenos...? ¡Hola! Soy Óscar Parra, cineasta y estudiante de Medicina… (11.313)
  • Acceso a Mayores de 25: Lo que me ha servido y lo que no.Acceso a Mayores de 25: Lo que me ha servido y lo que no. Cuando comencé a prepararme, en Octubre de 2016, para las… (10.828)
  • ¿Quién soy?¿Quién soy? Nací un 25 de Enero en Madrid, España, aunque de… (9.504)

Enlaces bonitos

Psicólogos Destacados

Sara Oneca [psicóloga]

DEHON Cinema PC

Mi otro lado, el cine.

Instituto Natividad Cano

Visitantes ahora

2 usuarios En línea

Últimos comentarios

  • Sofia Fernandez en Dos años sin ti: José Pérez Parra.
  • Óscar Parra en Dos años sin ti: José Pérez Parra.
  • Óscar Parra en Cuatro signos de ALARMA del dolor de cabeza.
  • Angel Seijas en Cuatro signos de ALARMA del dolor de cabeza.
  • Sofia Fernandez en Dos años sin ti: José Pérez Parra.

Postales por Meses

  • diciembre 2022 (2)
  • agosto 2022 (1)
  • junio 2022 (1)
  • abril 2022 (1)
  • marzo 2022 (1)
  • febrero 2022 (5)
  • enero 2022 (1)
  • diciembre 2021 (3)
  • noviembre 2021 (1)
  • julio 2021 (3)
  • junio 2021 (1)
  • mayo 2021 (1)
  • abril 2021 (5)
  • marzo 2021 (4)
  • febrero 2021 (2)
  • enero 2021 (1)
  • diciembre 2020 (4)
  • octubre 2020 (4)
  • septiembre 2020 (3)
  • agosto 2020 (2)
  • julio 2020 (1)
  • mayo 2020 (3)
  • abril 2020 (2)
  • febrero 2020 (1)
  • diciembre 2019 (3)
  • noviembre 2019 (1)
  • septiembre 2019 (1)
  • agosto 2019 (1)
  • julio 2019 (3)
  • abril 2019 (1)
  • marzo 2019 (2)
  • enero 2019 (2)
  • diciembre 2018 (3)
  • noviembre 2018 (1)
  • octubre 2018 (2)
  • agosto 2018 (1)
  • julio 2018 (3)
  • junio 2018 (6)
  • mayo 2018 (1)
  • abril 2018 (1)
  • marzo 2018 (1)
  • febrero 2018 (2)
  • enero 2018 (1)
  • diciembre 2017 (4)
  • noviembre 2017 (3)
  • octubre 2017 (3)
  • septiembre 2017 (4)
  • agosto 2017 (6)
  • julio 2017 (8)
  • junio 2017 (4)
  • mayo 2017 (10)
  • abril 2017 (6)
  • marzo 2017 (19)
  • enero 2017 (1)
  • diciembre 2016 (1)
  • octubre 2016 (1)

Categorías

  • ADELGAZAR (3)
  • CINE (16)
  • Cuarto de Medicina (23)
  • Divulgación médica (84)
  • Flash (18)
  • Mayores de 25 (16)
  • MEDICINA 6 (3)
  • Medicina Estética (3)
  • Mi Diario (120)
  • Noticias bonitas (5)
  • Primero de Medicina (27)
  • Quinto de Medicina (14)
  • Segundo de Medicina (17)
  • Técnicas de estudio (3)
  • Tercero de Medicina (12)
  • Vídeo Charlas (1)

¿Por qué decidí estudiar Medicina?

Lo cierto es que es un deseo que atesoro desde que era niño. Tan niño que ni siquiera lo recuerdo con claridad. Tal vez tenga algo de «culpa» mi tía Fátima, que me regaló el hospital de Famobil (Playmobil en otros países). O quizás me influyera mi primer médico (entonces se llamaban «médicos de cabecera»), don Ricardo, que me inculcó el amor por la Medicina a base de humor y cariño.

«Sólo el médico y el dramaturgo gozan del raro privilegio de cobrar las desazones que nos dan».
Santiago Ramón y Cajal

Así pues, sin don Santiago lo dice, tiene que ser cierto. De dramaturgo ya ejercí, ¡atento mundo sanitario, que voy!

¿Te gusta lo que ves?

La sal de un blog son sus lectores. ¡Anímate a comentar!

COPYRIGHT © Óscar Parra. El contenido es propiedad intelectual de sus autores.