Arrancan las pre-inscripciones.
Ayer me pre-inscribí en la Universidad Autónoma de Madrid. Reconozco que, sin ser mi predilecta, me sentí emocionado. Al despedirme, el hombre que me atendió, me deseó suerte y al momento rectificó con simpatía: «Aunque con esa nota no vas a necesitarla».
Por cierto que cuando le comenté que no hice el examen en la Rey Juan Carlos porque con las notas logradas en la Complutense y en la Autónoma ya me sentía bastante seguro, el tipo me comentó, casi con desprecio, que no había punto de comparación. Que si buscaba una universidad con prestigio desde luego la Universidad Rey Juan Carlos, no era la elección adecuada. Y digo yo, una vez que eres médico, ¿qué coño tendrá que ver el sitio en el que te hayas formado? En toda mi vida jamás le he preguntado a ningún médico en qué facultad estudió… En fin, elitismos.
Yo llevo tiempo leyendo un estupendo blog titulado «Mojando el fonendo en el café» de una estudiante de Medicina de la URJC y, la verdad, no veo esa presunta inferioridad por sitio alguno…
Bueno, la cuestión es que, si Dios quiere, yo iré a la Complutense.
¡Aún me parece mentira estar aquí!

Comenzando la carrera, ¿en Mayo?
Desde ya voy a ponerme a estudiar anatomía. No sé ni por dónde empezar ni hasta dónde llegar. Me explico, ¿qué parte de la anatomía estudio primero? ¿Hasta qué nivel de complejidad? Temo pasarme o quedarme corto. Creo que lo suyo será guiarme por mi intuición. Pero, desde ya, me pongo con ello. Total, tengo dos horas y pico todos los días de viaje en transporte público.
La URJC repartiendo hostias.
Hoy me he enterado que un par de compañeras y un compañero no han aprobado en la URJC (Rey Juan Carlos), la verdad es que eché un vistazo a los exámenes y no diferían demasiado de los de la UCM y la UAM, eso de que son más sencillos vamos a dejarlo…
Una de ellas iba bastante pegada y entiendo que no haya superado las pruebas. La otra, justo lo contrario, iba de sobrada y lo veía todo tremendamente sencillo. Y el muchacho, creo que empezó demasiado tarde a estudiar y no se lo tomó con la seriedad necesaria.
Y es que, como he comentado alguna vez, estos exámenes no se pasan sin estudiar. Tampoco son una ingeniería, pero no son ningún regalo. A fin de cuentas exigen un nivel equiparable a segundo de bachillerato con mucho menos tiempo de preparación y dirigido a personas que, en el mejor caso, hace años que no tocaban esas materias.
De amigos y compromisos.
Este fin de semana o el lunes nos visita mi querido Zack Molina. Junto a Alberto Grande, mi mejor amigo. Zack es un actor fantástico al que he tenido la suerte de dirigir en tres películas (Bajo un manto de estrellas, La espina de Dios, Re-emigrantes) y un cortometraje (Feliz Navidad). Está viviendo en el Reino Unido pero cada vez que viene a España no deja de hacernos una visita. Al final te das cuenta que la amistad es eso. Estar sin estar, estar cuando se tiene que estar y hacer esfuerzos por quien los merezca. Y Zack ha demostrado que está cuando tiene que estar.
También tengo pendiente quedar con mis amigos, la familia Elena del Viso (Victor, Joaquín y Marga) y Álvaro Palomo. Gentes que han estado a las duras y a las maduras. Ese es el relleno ideal de la palabra amistad.
De otra parte tengo un compromiso algo espinoso. Me han invitado a una boda pero… No a la despedida de soltero y ni siquiera se ha tomado la molestia de felicitar a mi Mitita en el día de su cumpleaños. La última vez que supe del muchacho fue hace un mes; le llamé por teléfono un par de veces y jamás devolvió la llamada.
Así las cosas, ¿debería acudir a su boda? No, porque obviamente me ha invitado por compromiso, no porque realmente quisiera hacerlo. Prefiero un puñetazo merecido que una caricia por compromiso.
Y es que, al final, quién quiere estar, está.