No, naturalmente que no me he olvidado de los acúfenos. O mejor dicho, de los pacientes que sufren acúfenos. A mí, afortunadamente nunca me volvieron y me consta que en este tiempo muchísima gente se ha curado con mi terapia. Pero no es suficiente, hay que lograr llegar a muchos más pacientes.
Han sido meses fatigosos, de reuniones, algún desencuentro y mucho aprendizaje. En este intervalo he visto codicia e intereses pero también Ciencia y verdaderas ganas de ayudar al paciente. Y eso es justo lo que necesito para seguir adelante; lo que preciso para que el Ensayo Clínico Beethoven alcance la etapa de pruebas con humanos.
Reconozco que me he llegado a desesperar por la lentitud de ciertos mecanismos, la asfixiante burocracia que, en ocasiones, parece querer desanimar al investigador. Tan lento y tan complicado que he declinado la colaboración de algunas instituciones por parecerme que, solo, avanzaba más rápido que en compañía. A fin de cuentas, lo que me importa por encima de todo, es el paciente, más que las publicaciones y las «flores».
Por otra parte, el segundo cuatrimestre de segundo de Medicina fue muy duro y exigente, lo que me dejó sin tiempo para dedicarme al ensayo. En septiembre arranqué 3º de Medicina y, de momento y gracias a Dios, todo va bien. Pero a cambio de la práctica totalidad de mi tiempo… Pero aquí estoy. Y con más ganas que nunca.

¿Cuándo comienza la etapa final?
Después de Navidad. Mi idea es que, a finales de enero, podamos tener una buena base de datos de pacientes para la selección final. Un par de semanas más tarde, ya con los pacientes escogidos, daremos comienzo al ensayo propiamente dicho.
¿Cuánto durará el ensayo?
Doce semanas, ese es el tiempo establecido. A partir de ahí, estudiaremos los resultados y los haremos públicos.
Reflexión final.
Desde el mes abril las donaciones se han paralizado. Pero sé que volverán. Espero hablar con un par de empresas y entre eso y las donaciones privadas, solventar el problema económico que aqueja a toda investigación sin ánimo de lucro. Y esto es importante: sin ánimo de lucro. Uno de los escollos que he encontrado, el más grande, ha sido precisamente ese. Si no hay lucro, si no se va a sacar beneficio económico, las empresas no invierten. Y es comprensible. Así pues, sin lucro, estoy solo. Y aún así lo voy a lograr; lo tengo claro. Desgraciadamente, en nuestro mundo hay dinero para muchas cosas, pero la ciencia y la investigación no están entre ellas.
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Está costando y costará. Y sin embargo, tengo una fe ciega en que lo lograremos. ¡Entre todos traeremos de vuelta al silencio! Y mientras tanto, aquí estoy, en la medida de lo posible, para ayudaros.
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