Es obvio que esta postal no es bonita ni divertida. Pero te será útil en algún momento; estoy seguro. La hora final se presentará y, cuando llegue, es mejor estar preparado.
En segundo de Medicina cursé la asignatura de Cuidados Paliativos y me gustó mucho.
La muerte llegará.
Sí, la muerte, tarde o temprano llamará a tu puerta. Peor aún, a la de tus seres más queridos. A fin de cuentas cuando tú mueres no te enteras y son tus familiares y amigos los que lo sufren: lo mismo ocurre cuando eres imbécil, por cierto…
Así pues, dado que la muerte te va a rondar en algún momento de tu vida, ¿no sería mejor estar preparado? ¿Saber lo que está ocurriendo? ¿Reconocer síntomas y actuar en consecuencia? Si estás de acuerdo, sigue leyendo. Si todo esto te asusta o se te hace demasiado duro, vuelve a Facebook, ¡o mejor a Instagram el lugar en el que todo es felicidad y éxito!

Se aproxima la muerte: síntomas frecuentes unos días antes.
A continuación podrás ver una lista de síntomas que, con bastante frecuencia, se dan en las personas que están cerca del momento final. Ojo, ten presente que todo esto siempre bajo la certeza de que la persona está muy enferma; en situación de enfermedad avanzada. A ver si vas a leer «Falta de apetito» y el día que no tengas muchas ganas de comer vas a pensar que es porque estás a punto de despegar de este mundo.
- Anorexia y falta de apetito.
- Ansiedad.
- Ascitis: abdomen abultado por agua.
- Confusión o delirio.
- Convulsiones.
- Depresión.
- Disgeusia: alteraciones del gusto.
- Disnea: falta de aire o sofocación.
- Dolor.
- Estreñimiento.
- Fatiga: falta de energía.
- Incontinencia.
- Indigestión, ardor de esófago y otros problemas gástricos.
- Insomnio: problemas para dormir.
- Náusea y vómito.
Vamos a ver algunos de ellos.
La falta de apetito.
Es uno de los síntomas más frecuentes en los pacientes con cáncer, así como uno de los principales motivos de preocupación de los familiares. Pero es fundamental no obligar al paciente a comer. Si él lo desea lo ideal es que coma cada dos horas y pequeñas cantidades.
La confusión.
La confusión es un estado mental en el que las personas reaccionan de manera inapropiada a los estímulos. La persona puede parecer somnolienta y no responder a las preguntas. Además, puede ver y escuchar cosas irreales, decir otras que no tienen sentido o confundir a las personas y los lugares. Las enfermedades más comunes que pueden causar confusión son las siguientes:
- Enfermedad del hígado.
- Bloqueo intestinal (obstrucción).
- Obstrucción de la vejiga.
- Cáncer propagado hacia el cerebro.
- Cambios químicos en la sangre, como demasiado calcio o reducción del nivel de sodio.
Existen fármacos que pueden ser útiles para mejorar las alucinaciones, el delirio, la agresividad, la confusión aguda y los ataques de pánico en los pacientes. Una recomendación inicial es procurar que el paciente se encuentre en un ambiente tranquilo, bien iluminado pero sin pasarse, con objetos personales que pueda reconocer y sin demasiados ruidos o cambios de luz.
Aquí te dejo una lista de consejos que te ayudarán a sobrellevar y mejorar la confusión del enfermo.
- Tratar al paciente con atención y respeto (no lo trates de loco).
- Sentarse y hablarle de forma calmada sin alterarlo o presionarlo.
- Explicarle reiteradamente lo que estás haciendo (darle medicamentos, lavarle los dientes, asear su cuerpo,
llevarlo al baño…). - Reiterarle que se encuentra en su habitación y en su casa.
- Informarle quién o quiénes están en la habitación (nombres de las personas).
- Informarle repetidamente la fecha y hora del día.
- Mantener el ambiente de su habitación con buena temperatura: ni demasiada luz (usar cortinas) ni oscuro; se recomienda la luz indirecta, incluso durante la noche, y evitar el ruido extremo; se puede poner música suave lejos de su habitación.
- Evita cambiarlo de habitación, pues ello incrementa la confusión, la agresividad y la angustia.
- No le contradigas o corrijas en caso de delirio o alucinación.
- Las alucinaciones pueden ser agradables, por lo que contará historias vividas con alegría; escúchalo y acompáñalo.
- No dejes a su alcance medicamentos o material que puedan ocasionarle daño.
El dolor: en el siglo XXI nadie debería estar atormentado por esto.
Así es. Hoy se dispone de una enorme variedad de medicamentos para eliminar el dolor. Y están para usarlos.
Un alivio eficaz del dolor contribuirá al bienestar del enfermo. Algunos estudios muestran que los pacientes
con cáncer que cuentan con un tratamiento eficaz para el dolor pueden vivir más tiempo que aquellos que no lo tienen.
La escalera del dolor.
Desde mediados de los ochenta se usa el término escalera de dolor para combatirlo.
El primer escalón corresponde al dolor leve, para el cual están indicados los analgésicos no opioides (Aspirina y paracetamol, por ejemplo)
El segundo escalón corresponde al dolor moderado, en el que se utilizan analgésicos más potentes (codeína).
Y el tercer escalón atañe al dolor severo en el que es necesario utilizar analgésicos aún más potentes y combinaciones de ellos (morfina y sus derivados). Recuerda que estos medicamentos son muy efectivos si se utilizan de manera adecuada.
Mitos sobre la morfina.
Todos hemos escuchado historias relacionadas con la morfina. Vamos a desglosar los mitos y las realidades de este potente opiáceo.
MITO: La morfina es para pacientes que están desahuciados.
REALIDAD: La morfina y sus derivados no están reservados para la fase terminal; son útiles en todas las etapas de la enfermedad ante la presencia de dolor severo. Sufrir dolor sin aliviarlo o aguantarlo complicará el estado físico del paciente y alterará su calidad de vida por no poder comer, moverse, dormir y relacionarse con sus familiares y amigos. El dolor puede y debe ser aliviado siempre.
MITO: Si utiliza morfina se volverá adicto.
REALIDAD: Hay una gran confusión en relación con el estado de bienestar que provoca la morfina, que asusta a los pacientes. Sin embargo, este bienestar está dado por la ausencia de dolor y no por un estado de euforia, como lo provocan otros narcóticos. La experiencia nos ha demostrado que los pacientes que han tomado morfina han podido suspenderla sin problema cuando es necesario (se debe retirar de manera progresiva si se utiliza durante más de cuatro semanas).
MITO: La morfina puede producir un paro respiratorio.
REALIDAD: Es muy raro que la morfina oral produzca una depresión respiratoria, sobre todo si se administra en las dosis necesarias para aliviar el dolor. Por otro lado, la dosis se ajusta de manera individual en cada paciente.
MITO: Si toma morfina ahora, cuando los dolores sean más fuertes nada se los podrá controlar.
REALIDAD: Aunque la morfina produce tolerancia, esto no es un problema. Habitualmente la dosis de morfina se incrementa por la progresión del tumor y para el alivio de otros síntomas.
MITO: Miedo a estar sedado y sin claridad para pensar por efecto de morfina.
REALIDAD: Una dosis adecuada de morfina, prescrita oportunamente a pacientes con dolor severo, permite tener una vida tan normal (o mejor) que si no se utilizara morfina.
Las horas finales.
Cuando mi amado tío Pepe estaba en sus horas finales, recuerdo estar en el hospital, con una ansiedad tremenda y tratando de buscar información. ¿Cómo serían las horas finales? ¿Qué ocurriría? ¿Qué síntomas anuncian el final inminente? Habría agradecido tanto tener a mano una información médica clara y realista…
Los síntomas del paciente dependen de la enfermedad y las complicaciones de ésta. Pero la mayoría de las veces podrás observar estos puntos.
- Presenta debilidad, ya no puede levantarse de la cama y tiene problemas para moverse estando en ella.
- Necesita ayuda para realizar todas sus actividades.
- Cada vez come menos y bebe menos.
- Puede dormitar o dormir por largos periodos.
- Muestra inquietud agarrando y tirando de la ropa de cama.
- Menciona que ve personas u objetos que no están presentes.
- Manifiesta ansiedad, temor, inquietud y soledad, los cuales son síntomas que por la noche pueden empeorar.
- Está confundido en relación con el tiempo, el espacio o las personas que lo rodean.
- Tiene dificultades para tragar pastillas y medicamentos.
- Tras un periodo de somnolencia y confusión puede que haya un momento breve de lucidez o claridad mental antes de que recaiga de nuevo en un estado semiinconsciente.
- Casi la mitad de los pacientes presentan antes de morir inquietud, agitación y confusión. Con frecuencia tienen alucinaciones (dicen hablar con familiares que ya murieron). Este aspecto no tiene explicación científica alguna. A mí, que soy creyente, me supone un ligero alivio. A fin de cuentas, ¿por qué ocurre? No se sabe.
- Los brazos y las piernas pueden sentirse algo fríos al tacto conforme la circulación se hace más lenta.
- La piel de los brazos, las piernas, las manos y los pies se oscurece y luce azul o moteada.
- El ritmo cardíaco se puede acelerar, desacelerar o estar irregular.
- La presión arterial disminuirá.
La hora final.
En realidad es casi imposible saber el momento en que la persona va a fallecer. Pero lo cierto es que hay determinados síntomas que son una clara referencia. A continuación los tienes.
- Un poco antes de la muerte la forma de respirar cambia: hay periodos de respiración rápida, superficial, seguida de pausas respiratorias que incluso pueden durar segundos. Cuando estas pausas se hacen más frecuentes en número y duración seguramente faltan horas para fallecer.
- La vista podrá tornarse borrosa y algo oscura.
- La audición podrá disminuir, aunque la mayoría de los pacientes pueden oír aún después de que ya no pueden hablar.
- La respiración se puede acelerar y desacelerar debido a que hay menor circulación sanguínea.
- Las mucosidades en la parte posterior de la garganta pueden causar ronquera o gorjeos en la respiración (estertores pre-mortem). Durante esta etapa es frecuente que los familiares se angustien y piensen en llamar al médico, la ambulancia o llevar al paciente a los servicios de urgencia. El paciente NO ESTÁ SUFRIENDO.
Es importante que hables previamente con tu familiar y le preguntes dónde quiere estar. Trasladarlo a un hospital podría provocar mayor sufrimiento para ti, para el paciente y para la familia. Ten presente que tratar de hacer más en esta etapa no evitará la muerte; no debemos alargar la agonía, sino buscar la calidad de vida, evitando cuanto sea posible el sufrimiento.
¿Qué podemos hacer en esos días?
Nadie está preparado para asistir a la muerte de un ser querido. Nadie. Pero como es probable que tengamos que hacerlo, te dejo aquí un listado de cosas que se pueden hacer para su bienestar. Y para el tuyo.
- Ayudar al paciente para darle vuelta o cambiarlo de posición cada una o dos horas.
- Evitar ruidos o movimientos repentinos, para disminuir que se asuste.
- Hablar con voz tranquila y baja, para disminuir las probabilidades de alterarle.
- Pasa mayor tiempo con el paciente cuando se encuentre más alerta o durante la noche, cuando tu presencia pueda ser reconfortante. Mi tío Pepe, por ejemplo, no quería que se le bajase la persiana del todo.
- Al conversar con el paciente recuérdale quién eres, al igual que la fecha y la hora.
- Si el paciente entra en un momento de confusión háblale en tono de confianza y calma, para disminuir las probabilidades de sorpresa o miedo.
- Tocar, acariciar, sostener y abrazar al paciente son generalmente acciones útiles y reconfortantes.
- Deja encendidas las luces indirectas a medida que la visión del paciente disminuya.
- Nunca supongas que el paciente no puede escucharlo. El oído es el último sentido que se pierde.
- Continúa hablando y tocando al paciente para tranquilizarlo con tu presencia. Tus palabras de cariño y de apoyo serán muy apreciadas por la persona enferma.
- Aplícale paños húmedos y fríos en la cara, la cabeza y el cuerpo.
- Ponle crema de cacao en los labios, para evitar que se sequen.
- Continúa la limpieza dental con un cepillo suave o con palillos con extremo de algodón, o hisopos.
- Las secreciones se pueden hacer más espesas debido a un menor consumo de líquidos y acumularse por la incapacidad de toser. Puedes utilizar en estos casos un humidificador.
- Cambia la posición del paciente; colocarlo de lado puede ayudar a drenar las secreciones de la boca.
- Puede ser que el paciente no respire por periodos de 10 a 30 seg. Si elevas la cabeza del paciente puede contribuir a proporcionarle algo de alivio.
- Cuando la muerte se aproxima es posible que el paciente pierda el control sobre sus excreciones y orina. Colócale un pañal.
Al morir
Es un momento terrible, por muy esperado que sea. A continuación te cuento los síntomas que te dirán que la persona ha fallecido.
- La respiración cesa.
- No es posible escuchar la presión arterial.
- El pulso se detiene.
- Los ojos dejan de moverse y permanecen abiertos.
- Las pupilas permanecen dilatadas, incluso con la luz.
- Se pierde el control de los intestinos y la vejiga conforme los músculos se relajan.
¿Qué hacer en ese momento?
Siéntate y cógele la mano; trata de serenarte para permitir que parta dentro del seno familiar y rodeado de su propio ambiente. Procura no llorar durante unos minutos. Hay evidencias científicas de que el oído sigue alerta aún después de la muerte clínica unos ocho minutos.
Dile suavemente que lo quieres, que tú y los tuyos estarán bien y que todos lo quieren infinitamente.
Tras la muerte no hay ninguna prisa por proceder de inmediato con algo. Muchas personas consideran que es un momento importante para rezar o hablar entre sí y reafirmar su amor. Una vez que los miembros de la familia tienen el tiempo necesario para hablar y despedirse los preparativos para el funeral pueden comenzar. Para algunos miembros de la familia puede resultar reconfortante bañar y preparar el cuerpo de la persona para su traslado a la funeraria. Habrá situaciones en las que a algunos familiares y amigos les gustaría ser informados. Las noticias por teléfono pueden resultar difíciles para quienes no sabían la gravedad del paciente. Las redes sociales no son un mal lugar para dar la noticia. Es importante determinar quién debe ser llamado y de qué manera notificarle.
YO DESEO; un documento de amor a ti mismo.
En algunos países existen asociaciones que facilitan un documento en el que, cualquier persona, plasma lo que desea que ocurra en caso de no poder expresarse por sí mismo. No es necesario estar enfermo para rellenarlo, simplemente es un papel que contiene los deseos de la persona en caso de presentarse una situación en la que ésta no pueda decidir por sí mismo.
Yo lo he ajustado a nuestro país y os lo dejo aquí para descargar.
Espero que, de algún modo, esta postal os haya gustado. Y si has llegado aquí en busca de información porque estás pasando un mal trago, confío en que hayas encontrado lo que estabas buscando.
Descargar “Yo deseo. Un acto de amor contigo mismo.”
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Con las informaciones de Silvia Allende Pérez, Emma Verástegui Avilés, Ángel Herrera Gómez, Abelardo Meneses García. Parte de los textos extraidos del libro Manual de cuidados paliativos de la editorial Alfil.