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DEL CINE AL HOSPITAL

Blog de un estudiante de Medicina. Un cineasta entre batas blancas.

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Segundo de Medicina en la UCM: así se forma un médico en España.

11 julio, 2019 escrito por Óscar Parra 10 comentarios

Finalizado mi segundo de Medicina, regreso para hacer un breve resumen de lo que es este curso. A los que han terminado primero les vendrá bien, para que vengan llorados de casa,  y al resto, seguramente os llame la atención conocer de cerca cómo es la formación de un médico en España.

¿Medicina?

Efectivamente, de Medicina más bien poco. Demasiadas asignaturas «básicas» en las que, algunos de los profesores, se empeñan en convencerte (con escaso éxito) de la importancia de ciertas materias. No, segundo de Medicina, no es Medicina.

El año pasado ya adelantaba que primero y segundo de Medicina, se rumoreaba, eran los peores cursos de la carrera. Y sí, los rumores han sido una cruda realidad. En más de una ocasión muchos nos hemos preguntado por la necesidad absurda de complicar unos exámenes sobre una materia, ya de por sí compleja. Como muestra un botón. Este año han abandonado la carrera 4 personas. Y alguna de ellas, realmente brillante.

Pero en fin, esto es lo que es. ¡Vamos a ello!

Las temidas, prescindibles y absurdas triadas de la Complutense.

El año pasado ya nos avisaron: en segundo las triadas dan miedo. ¿Qué son las triadas? Pues una idea de esas «felices». Algo que, en un  momento alguien propuso y a otro alguien debió parecerle estupendo: ninguno de esos «alguien» se había sometido jamás a triadas. Todo bien.

Se trata de  hacer tres exámenes EL MISMO DÍA sobre, presuntamente, la misma materia. Pero la realidad es otra. Son tres exámenes de Medicina. Y digo esto queriendo significar que cualquier examen de Medicina es verdaderamente complicado. Lo dicho, son tres exámenes el mismo día; uno detrás de otro.

Resultado de imagen de en su cabeza era espectacular

En la pura teoría, la idea debió sonar espectacular en sus cabezas: que los chicos hagan el examen de fisiología del aparato respiratorio, organografría microscópica humana de respiratorio y anatomía de respiratorio el mismo día, ¡eso les ayudará a relacionar! Lo lamento: es mentira.

Por ejemplarizar. Cuando en fisiología arrancamos con los rudimentos del aparato respiratorio, en organografía estábamos a tope conociendo la estructura microscópica de los vasos sanguíneos. En resumen; nada que ver.

Y así ha sido todo el año. Un desastre organizativo que perjudica el rendimiento del alumno pero que, a priori, a nadie parece importar. Un examen de Medicina, cualquier examen, ya es suficientemente  apabullante. Tres, simplemente, te dejan sin demasiadas opciones. O eliges, como hicieron compañeros, por dejar una para dedicarte a las otras dos (con ninguna garantía, porque tengo visto a amigos dejarse una para dedicarse a las otras y suspender dos de ellas). O bien tu vida se convierte en una sucesión imposible de apuntes y diapositivas y siempre con la eterna duda: ¿cuándo paro con organografía para dedicarme a fisiología? ¿Cuándo hago un hueco para retomar anatomía?

El asunto es así. Parece que hay intenciones de cambiarlo pero, ¿cuál es el problema? Que una vez que lo has pasado, apetece poco o nada dedicar tus ya escasas fuerzas a solucionarle el problema a los que vengan detrás. Así pues, acaba imperando el pensamiento de «el que venga detrás, que arree como hemos arreado nosotros«. Una pena.

Segundo de Medicina, asignatura por asignatura.

  • EPIDEMIOLOGÍA: Amenazaba con ser «bioestadística parte segunda», pero no lo fue. En epidemiología nos han enseñado a analizar ensayos clínicos (desde la vertiente estadística). En fin, una asignatura que duró pocas semanas con unas prácticas obligatorias y un examen, tal vez, demasiado exigente. Sin más. Me la preparé usando uno de los libros que se usan en el MIR para ir al examen. Mereció la pena. Con especial cariño me quedo con el recuerdo del doctor Luis Sordo, con el que compartí risas y consejos.
    • Consejo para primerizos: Mucho ojito con confiarse. Suspende muy poca gente pero las notas, en general, no son altas. Hay que hacer los problemas de las prácticas hasta hartarse.
  • FISIOLOGÍA: Continuación de la del año pasado. Comienza septiembre con fisiología del aparato respiratorio. Se nos explica el funcionamiento del sistema respiratorio Cómo es la circulación pulmonar, la mecánica respiratoria, el intercambio y transporte de gases, cómo se controla la respiración y un resumen de las patologías más frecuentes. En mi caso la docencia corrió a cargo de la excelente doctora Anabel Martín. Un nivel extraordinario como docente pero, eso sí, unos exámenes con una complejidad endiablada. Las prácticas de espirometría y demás, estuvieron bien. Tras respiratorio la cosa sigue con fisiología de digestivo. Impartido por la doctora Victoria Cachofeiro. Buena docente, con la capacidad de explicar de forma sencilla lo que no tiene nada de sencillo. Al final te aprendes las hormonas con facilidad. Sigue el tour con fisiología de renal. Más complejo, y es que algo tan tonto como orinar tiene detrás un diseño complejo y sensible a mil cambios. Me gustó, la verdad. De nuevo la impartió la doctora Cachofeiro.  Ya con las Navidades encima llega la temible fisiología de neuro. Complejísima y con más trampas que una película de chinos. La doctora encargada del asunto hace lo que puede para tratar de acercar ese universo de neuronas, neurotransmisores y vías al alumno. La parte de neurología motora ya fue el acabóse. Cuesta mucho trabajo pero echándole muchas horas, se saca. Y finaliza con la parte de fisiología de endocrino. Un tema complejo y árido que la profesora, a la que no voy a nombrar por respeto, no solo no facilita, sino que lo enmaraña aún más. Esta profesora ha sido, sin lugar a dudas, la mayor decepción que me he llevado en este segundo de Medicina. Enfadada por el absentismo del alumnado, algo perfectamente normal teniendo en cuenta que teníamos un examen parcial cada tres semanas, amenazó con un examen complicado y lo llevó a cabo. No contenta con eso, la corrección de la parte subjetiva (el desarrollo) dejó mucho que desear. Pero amigos, con los años, el tema de la libertad de cátedra ha creado una especie de inmunidad convirtiendo las asignaturas en un pequeño marquesado en el que una profesora, como es el caso, se puede dirigir a un alumno en los siguientes términos: «no tienes ni zorra idea», algo impropio de una profesional y adecuado, sin duda, en un ambiente tabernario. Cada uno saca lo que lleva dentro, claro está. En fin.
    • Consejo para primerizos: La cosa arranca fuerte, a primeros de septiembre, aún con los calores. No os descuidéis. Antes de un mes, sí, has leído bien, antes de un mes, estarás haciendo la primera triada… Procurad llevarla al día (risas), o al menos id leyendo la materia aunque sea en el transporte público. Las listas interminables de hormonas y demás, poco a poco pero sin dejar de repasarlas.
  • ORGANOGRAFÍA MICROSCÓPICA HUMANA: Amenazaba con ser una asignatura terrorífica. Los alumnos de otros años te prevenían con cierta cara de compasión. ¿Era cierto? Lo era. Casi 500 páginas de apuntes repletos de datos a recordar. Os muestro un extracto…

    Extracto de los apuntes de organografía.
    Extracto de los apuntes de organografía.

Como veis, un placer de dioses. Ahora multiplicad eso por 452 y ahí tenéis organografía microscópica humana en la UCM. La materia ha sido impartida por la doctora Pilar Álvarez. Dura, sí, pero con verdadero interés en que el alumno aprenda. Y poniendo todas las facilidades del mundo para que llegues a la meta deseada. La doctora Pilar Álvarez ha sido una de las alegrías de este segundo curso. Tiene auténtica devoción por el trabajo. Desgraciadamente por el propio y el ajeno… 😉

    • Consejo para primerizos: Poco os puedo decir. Si sois creyentes podéis probar con velas a la Santísima Virgen y estudiad. Estudiad MUCHO desde el primer momento. Exámenes de 25 preguntas y con imágenes. La materia se saca, pero se suda. Se suda mucho.
  • BASES PSICOLÓGICAS DE LA SALUD Y LA ENFERMEDAD: La pretendida «maría» de segundo. Tengo malas noticias. Era mentira. En ella se desglosan las bases del trato con el paciente. Olvidaos de médicos tipo «Dr. House», ahora la Medicina se hace con el paciente. Él también decide. Docentes maravillosos y con una calidad humana inabarcable como el doctor Julio Zarco o la doctora María Inés López-Ibor. Un verdadero lujo.
    • Consejo para primerizos: Se puede hacer cuesta arriba la asistencia a clase. Máxime con la cantidad de exámenes que tienes casi de continuo. Pero puede salir rentable asistir. Los apuntes cambian de año a año. Las prácticas son obligatorias pero muy, muy, muy buenas. Las mejores de estos dos años. No os creáis eso de que es fácil. Os diré que ha suspendido bastante gente.
  • ANATOMÍA HUMANA II: La segunda parte de la anatomía humana. Respiratorio, Digestivo, Renal y Neuroanatomía. Asignatura fundamental para conocer el cuerpo humano. Docentes para todos gustos y colores. Yo destacaría especialmente al simpático y resolutivo Fermín Viejo. Del resto no tengo mucho que decir. Las prácticas, pues como las de primero; interesantes. Contar con un cadáver para su estudio es algo inolvidable. En esta ocasión me tocó a una mujer con cardiomegalia, o sea, un corazón enorme, fruto de una disfunción respiratoria. Desde entonces para mí ha cobrado un significado nuevo la frase «tiene un corazón que no le cabe en el pecho».
    Neuroanatomía merecería un capítulo aparte. Impartida por el doctor Ángel Peña, es una parte TREMENDA. O te pones desde el minuto uno o recurres a exámenes de otros años. La pena que nos quedó a muchos es no haber podido contar con las extraordinarias e inigualables clases magistrales del doctor José Francisco Rodríguez Vázquez. Se le ha echado de menos…
    • Consejo para primerizos: Los exámenes prácticos son mucho más difíciles que en primero. Estudiad por apuntes. La parte de neuroanatomía tienes dos modos de encararla: o te dedicas la Navidad entera, alternando con fisiología y organografía o te lías a aprenderte de memoria las cientos de preguntas de exámenes de otros años. Funcionar, funciona.
  • BIOQUÍMICA HUMANA: La comencé con miedo. El año pasado bioquímica I me pareció, con diferencia, la peor. En cambio este año, con dos estupendas profesoras, la doctora Vanesa Jiménez y la doctora Pilar Cano, me ha parecido, con diferencia, la peor. Árida, difícil de estudiar e inacabable.  Más de ochocientas diapositivas a memorizar. Así, sin anestesia. Yo particularmente tuve momentos en que frisaba la locura y una pregunta en mi cabeza se repetía, día tras día: ¿no va a acabar nunca? Gracias a Dios, al final, la saqué. Las prácticas me han parecido del todo prescindibles. Razón por la que son obligatorias, porque de ser voluntarias no acudía ni el gato.  Mi querida Gemita sabe lo que he sufrido con esta asignatura. Pero vencí. 🙂
    • Consejo para primerizos: No sé ni qué decir. Acudid a clase. Es posible que te suene a arameo bíblico pero igual la profesora te desliza algún dato que luego te preguntará. Aquí no hay más remedio que venir llorado de casa. Estudio, estudio y más estudio y un examen más desagradable que el escaparate de una ortopedia.
  • GENÉTICA MOLECULAR: Desde el primer día se vio venir el drama. Un profesor, al que prefiero no nombrar, que se empeñó en hacer la asignatura intratable. Con continuas alusiones personales a sus asuntos políticos, a sus fobias por sus propios compañeros, a rencillas con miembros del PAS de la facultad, algo que está de más sin lugar a dudas. Una experiencia muy indeseable. Prefiero no ahondar porque acabaré diciendo algo de lo que me arrepienta. Solo un dato.  Hemos terminado casi 40 alumnos pidiendo que nos examine un equipo independiente. Con eso lo digo todo. Las prácticas, a mi parecer, del todo prescindibles. Pero son obligatorias…
    • Consejo para primerizos: En la mayor parte de los grupos, la asignatura no es especialmente ardua. No os asustéis. Este año, simplemente, hemos dado con alguien un tanto diferente.
  • MICROBIOLOGÍA GENERAL: De las pocas, junto a fisiología que se asemejan a la Medicina real. Impartida por varios docentes y a la cabeza la doctora Carmen Rodríguez-Avial. Intensa la asignatura. Bacterias, virus, hongos, y parásitos que te obligarán a aprenderte patogenia, antibióticos y cientos de datos. Pero a ver, es lógico. A mí particularmente me ha gustado mucho. Las prácticas son fantásticas. Y coges conciencia. De las mejores del curso.
    • Consejo para primerizos: Id echando un ojo y haced, desde el principio el esfuerzo de aprenderos uno o dos bichos al día para que, llegado mayo, no os vengáis abajo con la ingente cantidad de nombres a aprender.

Eligiendo hospital.

En segundo llega el momento de escoger hospital. Tienes para elegir o el Clínico San Carlos, o el Doce de Octubre o el Gregorio Marañón. Cada uno con sus dimes y diretes. ¿Mi consejo? Vete al que vayan tus amigos. En esta carrera, el apoyo de tus amigos es algo IRRENUNCIABLE. Al final, la asignatura que es fácil en uno es complicada en otro y viceversa.

Consejos si acabas de terminar primero.

De nuevo recupero un consejo del año anterior: no compres libros. Simplemente no te valen para nada, excepto que a ti te guste un tema concreto y lo compres por el placer de aprender más sobre la materia. Los profesores solo preguntan lo que ellos han explicado en clase con sus diapositivas.

Y, como en primero, procura hacerte con exámenes de otros años. Así ves el modo de preguntar de cada profesor y puedes preparar mejor el examen. Eso por no hablar de que, en ocasiones, repiten alguna pregunta y aquí, ya sabes que la diferencia entre una pregunta bien contestada y mal puede ser la diferencia entre suspender y aprobar.

El doctor Ángel Peña, una eminencia en neuroanatomía.
El doctor Ángel Peña, una eminencia en neuroanatomía.

Libros para segundo de Medicina en la UCM.

El eterno dilema de los carísimos libros de Medicina… Siendo franco, y tal y como te he contado antes, los profesores no preguntan nada que no hayan explicado. Así las cosas, el único que te voy a recomendar es el siguiente:

      • Microbiología: Compendio de microbiología, es un libro en el que han participado varios profesores del departamento. No es imprescindible, ni mucho menos, pero no es caro y está bien si deseas profundizar en el mundo de los bichos.

    Y para terminar. Parece mentira, pero en  un mes y pico estoy entrando por la puerta del hospital para comenzar 3º de Medicina. Os iré contando, porque, de verdad, que tercero promete grandes emociones.

Sección: Mi Diario, Segundo de Medicina Aquí se habla de: Anabel Martín, anatomía, anatomía humana, Ángel Peña Melián, Asunción López-Calderón, bases psicológicas de la salud y la enfermedad, bioquímica humana, blog estudiante medicina, Carmen Rodríguez-Avial, consejos estudiante medicina, cuidados paliativos, epidemiología, estudiante de medicina, exámenes, Fermín Viejo, Gemita, genética molecular, Julio Zarco, Luis Sordo, María Inés López-Ibor, microbiología, organografía, Pilar Cano, Primero de Medicina, Prometheus, Rodríguez Vázquez, segundo de medicina, Sobotta, UCM, Vanesa Jiménez, Victoria Cachoferio, Yokochi

¿No te lavas las manos con frecuencia? Semmelweis te va a convencer.

13 octubre, 2018 escrito por Óscar Parra 3 comentarios

Estos días, en la asignatura de Epidemiología, hemos tenido un seminario sobre el lavado de manos en los médicos. Yo era de esos que consideraba un tanto exagerado andar buscando un baño para lavarse las manos cada vez que sales o entras en casa. Ya no. El doctor Semmelewis me ha convencido.

El doctor Semmelweis.

Ignaz Semmelweis fue un médico húngaro del siglo XIX que vivió una pavorosa situación. En 1846 nuestro amigo Ignaz entró a trabajar en el Hospital General de Viena como asistente del doctor Johann Klein, director de obstetricia desde hacía más de veinte años. Allí enseñaban a estudiantes de Medicina y a aprendices de comadrona la correcta manera de atender a un parto, entre otras cosas.

En años anteriores a la entrada en el hospital del jefe de Ignaz, la tasa de mortalidad materna había sido del 1,25%. Posteriormente, cuando Klein tomó posesión de su puesto, decidió que la enseñanza se hiciera con cadáveres, una práctica usada en otras universidades y hospitales de Europa. Klein reorganizó el hospital en dos pabellones: el primero (PM) para médicos, y el segundo (PC) para comadronas. Desde entonces, la mortalidad por fiebre puerperal (fiebre sucedida en los 40 días posteriores al parto) aumentó de un modo terribe en el PM frente a la del PC.

Ignaz Semmelweis
Ignaz Semmelweis

Diario de un médico.

Las siguientes líneas del diario de Semmelweis ilustran los efectos devastadores de la fiebre puerperal. “Julio de 1.846. La próxima semana tomaré el puesto de ‘Herr Doktor’ en la clínica de maternidad del Hospital General de Viena. Me asusté cuando escuché el porcentaje de pacientes fallecidas. Este mes, no menos de 36 de las 208 madres murieron de fiebre puerperal. Dar a luz a un niño es tan peligroso como una pulmonía de primer grado«.

En la época se creía que la fiebre puerperal se debía a cambios atmosféricos, cósmicos o telúricos. Pero para nuestro héroe, el doctor Semmelewis, la cosa no estaba tan clara…  ¿Cómo podían esas influencias haber infestado durante años el PM del hospital y haber respetado el PC? Y ¿cómo compatibilizar esto con el hecho de que mientras la fiebre asolaba el hospital, apenas se producían casos en la ciudad de Viena o sus alrededores? Una epidemia verdadera, como el cólera, no podía ser tan selectiva. Asimismo, Semmelweis comprobó que las mujeres que daban a luz en la calle, camino al hospital, tenían un porcentaje de muertes por fiebre puerperal más bajo que las ingresadas en el PM del hospital, a pesar de las condiciones adversas. Semmelweis escribió en su diario: “Diciembre 1846. ¿Por qué tantas mujeres mueren de esta fiebre después de haber dado a luz sin problemas? Durante siglos, la ciencia nos ha enseñado que es una epidemia invisible que mata a las madres. Las causas pueden deberse a cambios atmosféricos, alguna influencia cósmica o terremotos”.

Semmelweis creía que era poco probable que la fiebre pudiera deberse a estas causas. Recopiló datos estadísticos del número de muertes por fiebre puerperal tanto del PM, dirigido por Klein, como del PC, dirigido por el doctor Bartch, y razonó que: “Es poco probable que cambios atmosféricos, cósmicos o telúricos causen la fiebre porque la proporción de muertes es muy diferente en los dos pabellones. Puesto que el número de muertes no es tan grande en el PC, tal vez la causa tiene que ver con algo que pasa en el PM”.
Además, Semmelweis rechazó que la causa de la mortandad fuera la dieta o la atención general a las pacientes al ser similares en los dos pabellones. Del mismo modo, excluyó el hacinamiento que incluso era mayor en el PC, en parte porque las mujeres intentaban evitar que las ingresaran en el temido PM.

¿Culpa de un sacerdote?

Una explicación psicológica hacía notar que el sacerdote, que portaba los últimos auxilios a una moribunda, tenía que pasar por cinco salas del PM antes de llegar a la enfermería. Se opinaba que la aparición del sacerdote, precedido por un acólito que hacía sonar una campanilla, producía un efecto terrorífico y debilitante en las pacientes de las salas, que las hacía más propicias a contraer la fiebre puerperal. Esto no ocurría en el PC porque el sacerdote tenía acceso directo a la enfermería. Semmelweis le convenció para que diera un rodeo en el PM y suprimiera el toque de la campanilla para no anunciar su llegada. Pero la mortalidad no decreció.

Sin lavarse las manos.

El doctor anotó también que muchas de las pacientes hospitalizadas contraían la fiebre puerperal antes del parto, y que el punto de infección siempre era el útero. Observó que los estudiantes que acudían al PM venían de las prácticas anatómicas con cadáveres sin limpiase las manos, o como mucho se las limpiaban superficialmente, antes de examinar a las mujeres. Entonces formuló la hipótesis de que los estudiantes transportaban “materia putrefacta” desde los cadáveres hasta las parturientas, siendo ese el origen de la fiebre puerperal. Esta hipótesis explicaría que la mortalidad en el PC fuera mucho más baja, porque la preparación de las comadronas no incluía prácticas forenses. También explicaría que la mortalidad fuera menor en “partos callejeros”, ya que las mujeres, que llegaban con el niño en brazos, casi nunca eran reconocidas después de su ingreso; teniendo así mayores posibilidades de escapar a la infección.

El jefe no estaba de acuerdo.

Su jefe, el doctor Klein no estaba de acuerdo con la hipótesis de Semmelweis, ni con sus propuestas. Claro, el tipo llevaba años ahí y no había sido capaz de detectar por qué morían tantísimas mujeres tras el parto y ahora llega ese húngaro a decirle como hacer su trabajo bien y no… Por el contrario, Klein basaba la mortalidad en la brusquedad de los estudiantes en los exámenes vaginales, debido a que la mayoría eran extranjeros. Ya sabéis, la culpa siempre la tienen los de fuera. Tras discusiones violentas, Klein lo destituyó como su ayudante en octubre de 1846.

Semmelweis pasó dos meses en Venecia para reponerse y cuando en 1847 regresó a Viena, conoció la noticia de la muerte de Kolletschka, su profesor de anatomía patológica, tras cortarse accidentalmente con un escalpelo durante una autopsia y manifestar síntomas similares a los de la fiebre puerperal. Escribió al respecto: “Este acontecimiento me sensibilizó extraordinariamente y, cuando conocí todos los detalles de la enfermedad que le había matado, la identidad de este mal con la infección puerperal, de la que morían las parturientas, se impuso tan bruscamente en mi espíritu, con una claridad tan deslumbradora, que desde entonces dejé de buscar por otros sitios […] Su sepsia y la fiebre puerperal deben tener el mismo origen […] los dedos y manos de los estudiantes y doctores, sucios por las disecciones recientes, portan venenos mortales de los cadáveres a los órganos genitales de las parturientas”.

Vuelta al trabajo.

Poco después, el doctor fue admitido como asistente suplente en el PC. Semmelweis puso a prueba su hipótesis. Por petición suya, los estudiantes se intercambiaron con las comadronas del PM al PC y, en un mes, se triplicó la mortalidad por fiebre puerperal. Si la hipótesis era correcta, la fiebre puerperal se podría prevenir destruyendo químicamente la materia infecciosa invisible adherida a las manos. Dictó una orden exigiendo a todos los estudiantes de medicina que se lavaran las manos con una solución de cloruro de calcio, antes de reconocer a ninguna parturienta y después de cada exploración vaginal.

La tasa de la enfermedad disminuyó drásticamente, del 18% a menos del 3% en tan solo unos meses, y en el año 1848 descendió hasta el 1,27% en el PM, frente al 1,33% del PC.

Ese mismo año escribió: “En los primeros cuatro meses del año, hubo de treinta a cuarenta muertes mensuales. A finales de mayo se introdujo la práctica del lavado de manos y, desde ese momento, los casos de enfermedad, que antes se producían a diario, dejaron de ocurrir. En junio murieron tres mujeres, en julio otras tres, y hasta mediados de agosto otras dos. En ese momento fue admitido un nuevo grupo de estudiantes, algunos desatendieron el lavado de manos y, para finales de agosto, habían muerto doce pacientes. Después de un control más estricto, la morbilidad cesó, así que para finales de septiembre tan sólo habían ocurrido tres muertes […] en ausencia de más evidencia que pudiera explicar la importante disminución de la fiebre puerperal en este hospital, las normas preventivas arriba mencionadas, concernientes al examen, merecen atención y podrían fomentar experimentos similares en otros hospitales de maternidad”.

El doctor Semmelweis poniendo en marcha su procedimiento.
El doctor Semmelweis poniendo en marcha su procedimiento.

Posteriores experiencias clínicas llevaron a Semmelweis a ampliar su hipótesis. En una ocasión, tras desinfectarse cuidadosamente las manos, él y sus colaboradores examinaron primero a una parturienta aquejada de cáncer cervical ulcerado. Procedieron luego a examinar a otras doce mujeres de la misma sala, después de un lavado rutinario, sin desinfectarse de nuevo. Once de las doce pacientes murieron de fiebre puerperal. Semmelweis concluyó que la fiebre puerperal podía ser producida no sólo por materia cadavérica, sino también por materia pútrida procedente de organismos vivos.

La envidia, siempre presente.

A pesar de la evidencia, muchos compañeros, comenzando por su jefe, rechazaron sus estudios. Poco después fue despedido, de nuevo, del hospital y, abatido, cayó en una profunda depresión y finalmente, murió trágicamente el 16 de agosto de 1865. Al parecer se hizo un corte con un bisturí infectado con la enfermedad que él había descubierto como evitar. Hay quien dice que fue un suicidio. O tal vez fuera un accidente.

Años más tarde, Joseph Lister (ahora ya sabes el origen del «Listerine») extendería los conocimientos del húngaro a la práctica quirúrgica higiénica del resto de especialidades médicas. En 1879, Pasteur demostró que las bacterias estreptocócicas se podían encontrar en la sangre de las mujeres que tenían fiebre puerperal. Semmelweis es considerado hoy como un pionero y Lister el padre de la asepsia moderna (bueno, y también se le asocia al enjuague bucal Listerine, aunque en realidad fue otro señor, Joseph Lawrence, el que, aprovechando los estudios del doctor Lister, patentó la fórmula del famoso líquido. El Listerine se empezó a usar como desinfectante de heridas y quirófanos. Y hoy…)

Joseph Lister y sus patillas.
Joseph Lister y sus patillas.

Fuente: https://www.researchgate.net y otras.

Sección: Divulgación médica, Mi Diario, Segundo de Medicina Aquí se habla de: anatomía, blog estudiante medicina, epidemiología, historia, Inspiración, Semmelweis

La primera vez en Medicina

24 agosto, 2018 escrito por Óscar Parra 8 comentarios

Para todo hay una primera vez. Y aquí os voy a contar las «primeras veces» de lo vivido hasta ahora en Medicina.

Mi primer día os lo conté en esta postal. A punto de cumplirse un año, la releo y me emociona. Pero en esta pequeña postal voy a recapitular y a añadir detalles que, seguro, os llamarán la atención.

El primer desmayo.

Lo protagonizó una compañera. Y no, no fue viendo cadáveres. Fue en nuestra primera clase de Anatomía teórica. De pronto, un leve alboroto y al darnos la vuelta, una muchacha yacía en su silla con los ojos en blanco. El catedrático, que en ese momento nos contaba cómo iban a ser las clases y los exámenes, nos pide que la saquemos. Y allá que fui. Cogiéndola en brazos la saqué del aula y otras dos profesoras del mismo departamento se quedaron atendiéndola. De pronto le hacen una pregunta: ¿has desayunado?. La muchacha niega y… La bronca fue monumental. A ella y a toda la clase. ¡Aprendido!

El primer cadáver.

En los primeros días nos hicieron un pequeño tour por las salas donde se conservan los cadáveres. Todos metidos en bolsas transparentes y atadas con un lazo rojo. Una sensación extraña. Mezcla de película y sorpresa por lo pulcro y correcto de todo el proceso. Es exactamente la fotografía que podéis ver aquí, y que publicó en su día el diario El País. Todo limpio, cuidado y con un trato profesional. Nadie se desmayó. Pero no se separaba la gente demasiado unos de otros. A ver, como veis es todo muy aséptico, serio y profesional pero tampoco es para pasar una noche a solas.

Cadáveres, perfectamente tratados en la UCM. Foto El País.
Cadáveres, perfectamente tratados en la UCM. Foto El País.

El primer día en la sala de disección.

Sí, aquí volvieron los desmayos. Bueno, solo uno. La persona desmayada, que cayó redonda al suelo, al recomponerse comentó que era por el calor… 😉 En esta fotografía que tenéis aquí debajo, extraída del blog de Julio Zarco, podéis ver una sala de disección. Nosotros tenemos terminantemente prohibido sacar fotografías, de ahí que use la de Zarco.

La primera vez que te toca sacar al cadáver de su bolsa. Tremendo. No sabes cómo cogerlo. De hecho hay compañeros que, amablemente, delegan dicha tarea.

Esas palanganas de color blanco sirven para ir echando lo que vas quitando al cadáver (mayormente trocitos de grasa subcutánea), el vaporizador tiene agua y sirve para mantener, en la medida de lo posible, al cadáver hidratado. Sé que esto no es para todos, pienso en Gemita o en mi padre, don Jesús Parra y… No, no es para todos.
Este año han hecho obras de mejora y nos han trasladado a las nuevas que son espaciosas y perfectamente equipadas.
Podéis leer un interesante artículo de Julio Zarco sobre las salas de disección haciendo clic aquí.

Sala de disección en la UCM. Foto Julio Zarzo.
Sala de disección en la UCM. Foto Julio Zarco.

El primer examen.

Fue el de Anatomía, os lo escribí con detalle aquí. Y sí, se pasa un rato malo. Tanto en el práctico como en el teórico. Pero vamos, nada distinto a cualquier examen de cualquier otra disciplina.

Anécdotas.

Sorprenderá pero, no tengo demasiadas anécdotas del primer curso. Os resumo las que más me impactaron.

  • Una profesora, los primeros días:
    -La era de los 9 y 10 se ha terminado. Acostumbraos a sacar un 3 que no pasa nada.
  • La misma profesora:
    – En mis clases está prohibido comer y beber. Sí, está prohibido beber. Ni siquiera agua.
  • Tras una práctica de recuento celular con sangre humana:
    – A ver, a vosotros, ¿cuánto os sale?.
    Los chicos contestan una cantidad baja.
    – Sí, es correcto, porque tiene SIDA.
    Un silencio de sepulcro en la sala y todo el mundo mirándose los guantes.
  • Una compañera se olvida el obligatorio gorro en casa.
    Y sin él no se entra en  las salas de disección. Gorro, guantes, calzado apropiado y bata. No hay problema, la muchacha se improvisa uno con una bolsa.
  • En clase de bioquímica, explicando conceptos complicados:
    – Como todos sabéis…
    Y la gente mirándose con cara de, ¿quéeeeeee?
  • En un examen práctico de fisiología:
    – A ti te toca auscultar a tu compañero. Coge lo que necesites. (o sea, escuchar el corazón con un fonendo).
    Y el alumno, nervioso agarra el esfigmomanómetro, o sea el material para tomar la tensión.
    -¿Qué haces, por qué coges eso? Uf, empiezas bien…
  • En un seminario de inmunología:
    -Hay una enfermedad que bla,bla,bla… ¿alguien sabe de qué se trata?».
    Una alumna: -Sí, es uveítis. 
    El profesor, sorprendido: -Es la primera vez en 12 años que un alumno contesta correctamente.
    La alumna: -Es que la tengo.
    El profesor, casi atropellando las palabras: –Vaya, bueno. Hablaremos de otra enfemedad, la (no recuerdo el nombre).
    La alumna: -Esta también la tengo.
    El profesor: -No me atrevo a decir ni una más.
  • En clase de Física Médica:
    El catedrático, con algo de sobrepeso y un sentido del humor envidiable:
    – Imaginaos que yo soy una partícula ligera. De pronto se echa a reír y con él, la clase entera.
    -Bueno, por eso he dicho, imaginaos. Que sí, que sé que hay que echarle imaginación…

Aunque, para mí, la mejor anécdota es verme aquí, a punto de comenzar segundo y feliz.

 

 

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Primero de Medicina en la UCM: así se forma un médico en España.

15 julio, 2018 escrito por Óscar Parra 14 comentarios

Consumado mi primero de Medicina, os hago un breve resumen de lo que es este curso. A los que estén por llegar, tal vez les venga bien, y al resto, tal vez os dé curiosidad conocer de cerca cómo es la formación de un médico en España.

Una de las vetustas e históricas aulas de Medicina en la UCM.
Una de las vetustas e históricas aulas de Medicina en la UCM.

Poca medicina.

Sí, esa es la sensación general. En primero de Medicina hay poca Medicina. Entiendo que hay que tener una base diversa pero… De hecho, es común entre los estudiantes considerar a primero y segundo de Medicina como los peores cursos de toda la carrera. No obstante, mi experiencia personal ha sido positiva. He disfrutado el curso, ojo, que también he sufrido, ¡pero eso era algo que va implícito en esta carrera! En fin, os cuento las asignaturas de las que se compone este primero de Medicina.

 

  • FÍSICA MÉDICA: Una asignatura que te enseña los rudimentos de los rayos X y tomografías, las ecografías, las resonancias magnéticas (que, por cierto, su fundamento físico es COMPLICADÍSIMO de comprender), la óptica, el sonido, la radio-actividad… Hacen especial hincapié en la protección radiológica. Posiblemente la frase más repetida por uno de los profesores fue que, 1 de cada 1200 radiografías provocaría un cáncer. Y en niños, 1 de cada 700. En mi caso, y por venir de una ingeniería, no se me hizo cuesta arriba. Pero ojo, hay que estudiar. No es ningún regalo y la materia te exige conceptos claros.
    • Consejo para primerizos: No se te ocurra dejártela para las vísperas del examen. Los profesores explican muy bien y eso puede dar la sensación de una falsa sencillez. El examen es tipo test, con unas 80 preguntas y 10 de ellas te exigen que expliques tu respuesta. Suele caer justo antes de Navidad, para que te vayas a casa contento o con tu primer suspenso del año.
  • HUMANIDADES MÉDICAS: Impartida por filósofos. La parte de Historia de la Medicina, tal vez, se te pueda hacer algo pesada, no me atrevo a decir que sea innecesaria pero… Por otro lado, la parte de bioética sí me ha parecido interesante. Se plantean diversos casos clínicos y te enseñan a desenvolverte, desde un punto de vista ético, en ellos. Por ejemplo, ¿cómo abordar el caso de un paciente, testigo de Jehová, que requiere de una intervención quirúrgica pero se niega a recibir transfusiones de sangre?.
    • Consejo para primerizos: Asiste a clase, se te hará entretenida. Los seminarios son casi obligados, ahí se desarrollan los casos clínicos que luego tendrás que hacer en el examen.
  • ANATOMÍA: En principio, de las más esperadas por los alumnos. Imagino que es porque se parece a la Medicina de verdad. Aprendes bastante sobre el miembro superior, el inferior (la pierna), cabeza, tronco y cuello y el sistema cardiovascular. El asunto de los cadáveres, ya os lo conté en esta postal. Muy estrictos en el uso del material. No es para menos; en las primeras prácticas una compañera se clavó varios centímetros de bisturí en la mano.
    • Consejo para primerizos: Los profesores dan muchas facilidades. Los exámenes tipo test no restan las respuestas incorrectas. Pero no te duermas, hay que estudiar y tener muy claras las distintas relaciones; o sea, saber qué estructura pasa por qué sitio, de quién se acompaña, etc. Imprescindible un buen libro.
  • BIOQUÍMICA: Te muestra la base química de la biología. Si traes un buen apoyo de bachillerato ya tienes algo ganado. En cualquier caso, un pequeño infierno lleno de fórmulas, rutas metabólicas y horas y más horas de memorización.
    • Consejo para primerizos: Comienza a estudiar desde el primer día. No es broma. Los exámenes, con parte de test y parte de desarrollo, pueden destrozarte un cuatrimestre. Había gente de sexto con esta asignatura pendiente, o sea que cuidadito.
  • BIOLOGÍA: Aquí la cosa se pone seria. Gentes acostumbradas a nueves y dieces que, de pronto, se ven abocados a un mísero tres. El primer examen se llevó por delante al 54% de la clase. La materia se divide en tres partes: citología, embriología e histología. No sabría decirte cuál es más complicada. Por su extensión, tal vez, histología (estudio de los tejidos).
    • Consejo para primerizos: El infierno en la tierra. Ni se te ocurra dejarla para el final. El examen de citología cae después de Navidades, así pues, di adiós a esas fiestas, porque además, en la misma semana, tendrás Bioquímica, Humanidades Médicas y Anatomía.
  • FISIOLOGÍA: Difícil pero lo más parecido a la Medicina que vas a encontrar. Consta de tres partes también. Exámenes tipo test exigentes y parte de desarrollo. Entretenida y con prácticas divertidas y útiles: auscultación cardíaca, toma de tensión arterial, electrocardiograma, electromiograma, prueba de resistencia, determinación del valor del hematocrito, y otras.
    • Consejo para primerizos: Conviene no dejarla tampoco para la semana de antes. Importante asistir a prácticas y más aún, a los seminarios. De hecho me atrevo a decir que, sin asistir a a los seminarios, no apruebas.
  • GENÉTICA: Pues eso, tal cual. Genética.
    • Consejo para primerizos: Absolutamente sobredimensionada y extremadamente exigente. Los exámenes constan de un tipo test más tres preguntas de desarrollo y otra parte de práctica con problemas. No ir a las prácticas es un suicidio. Gentes de sexto la arrastran, con eso te digo todo.
  • BIOESTADÍSTICA: O lo que es lo mismo, estadística aplicada a la Medicina.
    • Consejo para primerizos: No te dejes engañar por cantos de sirena. Te dirán que es muy fácil, que no hay que estudiar y demás: mentira. Es de esas asignaturas que, o la pillas, porque tengas esa facilidad con las matemáticas, o lo vas a pasar mal. Es cierto que los docentes se involucran y tratan de ayudarte, pero al final, o te pones con ello muy seriamente, o te vas a llevar un disgusto severo.
  • INMUNOLOGÍA: Una asignatura interesante y bonita. Cuando entiendes cómo funciona nuestro sistema inmune, créeme, en más de una ocasión te surgirá la expresión, ¿pero qué coj…? A ratos casi parece magia. Pero no, es ciencia.
    • Consejo para primerizos: Ten cuidado, la asignatura no parece complicada y te recuerda a la serie «Érase una vez el cuerpo humano», pero, cuando te quieras dar cuenta, verás que hay implicadas decenas y decenas de moléculas que tienes que conocer y saber relacionar. Intensa y, contra todo pronóstico, una de las que más gente se ha llevado por delante.

Consejos para médicos primerizos.

El mejor que puedo darte creo que es el siguiente: excepto en Anatomía, no te molestes en complementar las asignaturas con libros. No vale absolutamente para nada, más allá de tu interés particular, claro. Los profesores solo preguntan lo que ellos han explicado en clase con sus diapositivas. Puedes aprenderte de memoria «La célula», de Cooper, y sacar un ruinoso 3 en citología porque, insisto, SOLO PREGUNTAN LO QUE ELLOS EXPLICAN. No sé si es bueno o malo. Pero es la realidad.

Procura hacerte con exámenes de otros años, son vitales para ver cómo preguntan la materia y porque, en ocasiones, repiten preguntas. Y créeme, en esta carrera un 0,33 de una pregunta puede ser la diferencia entre aprobar y suspender.

En un seminario, con mi amigo y compañero, Alfonso Gotor.
En un seminario, con mi amigo y compañero, Alfonso Gotor.

Apuntes. ¿Cogerlos o no?

Nada más comenzar te pasarán un Dropbox o similar con apuntes de otros años. Eso sí, bastante anárquico y desordenado, pero qué quieres, ¡es gratis, tampoco vas a exigir!. Hay apuntes que están muy bien, otros regular y algunos francamente son una porquería. Lo más recomendable sería que te hicieses los tuyos, o sea, que asistas a clase siempre. Es cierto que algunos profesores van demasiado rápido. También es cierto que muchos alumnos graban las clases con el móvil y así completan sus apuntes en casa.

En general la gente lo que hace es llevarse impresos los apuntes que más le hayan gustado y, sobre esos, tomar notas de lo que dicen los profesores.

¿Me llevo el portátil?

Si se te da bien escribir rápido, es una buena opción. Mucha gente lo hace y los profesores no ponen pegas a ello.

Libros para primero de Medicina en la UCM.

El eterno dilema de los carísimos libros de Medicina… Siendo franco, y tal y como te he contado antes, los profesores no preguntan nada que no hayan explicado. Así las cosas, los únicos que te voy a recomendar son los siguientes:
Anatomía: Para los exámenes prácticos, imprescindible el Atlas de Anatomía Humana (Rohen y Yokochi). Vienen fotografías de cadáveres auténticos, que es lo que vas a ver en la sala de disecciones y a lo que te vas a enfrentar en tus exámenes prácticos. Unos 140 euros la broma, en Amazon algo más baratito.

Para la teoría, Anatomía para estudiantes (Gray).

Y un atlas para estudiar en casa, a mí me gusta el Sobotta, que me regaló Gemita (220 euros), pero hay más opciones. Ella me lo compró en Casa del Libro, en Amazon, pues algo mejor.

El Prometheus, más barato, pero también excelente.

El Netter, algo despreciado por considerarlo más simple, pero que te puede valer de sobra. Anda por los 100 euros.

Bioestadística: Muy recomendable «Bioestadística sin dificultades matemáticas» (Inmaculada Herranz y Luis Prieto). Los mejores 27 euros que puedes invertir.

 

¿Y el resto? Lo dicho. Nada de nada. No te gastes ni un céntimo, no te valdrán para nada. Sí, bueno, para aclarar algún concepto, para tener un conoc… ¡PARA NADA!. Yo compré varios, como os conté aquí, y estos son los que, de verdad, he usado.

Sección: Mi Diario, Primero de Medicina Aquí se habla de: anatomía, blog estudiante medicina, consejos estudiante medicina, estudiante de medicina, exámenes, Gemita, Inmaculada Herranz, Luis Prieto, Netter, Primero de Medicina, Prometheus, Rohen, Sobotta, UCM, Yokochi

Anatomía: primer examen de la carrera de Medicina.

28 octubre, 2017 escrito por Óscar Parra 12 comentarios

Jamás me pongo nervioso. No es mérito mío; simplemente nací así. Pero ayer tuve el primer examen de la carrera de Medicina. En concreto Anatomía y generalidades de embriología, y reconozco que me sentí más tenso que cuando adelantas a un coche de la Guardia Civil…

A ello, tal vez, contribuyera el hecho de llevar enfermo cuatro días. Lo que me ha fastidiado para poder estudiar en condiciones, ¡pero nada de excusas!

El examen tuvo dos partes, la práctica y la teórica. Os hablaré de ambas.

Parte práctica.

La parte práctica me pareció, con mucho, el examen más estresante que he pasado en mi vida. Cinco mesas dispuestas con dos prosecciones/piezas (las prosecciones son «trozos» de una persona, pero dicho de modo científico). En cada pieza había clavado un alfiler con la cabeza de color rojo o amarillo o verde… Y eso es lo que tenías que identificar. Hasta ahí, todo bien. Pero… ¡¡Cuarenta segundos para dos piezas!! Es decir, a veinte segundos por pieza. Claro, no se trata solo de decir: escápula, o húmero. El alfiler está clavado en un sitio muy concreto y te puede tocar desde fosa supraespinosa hasta músculo abductor del pulgar o nervio radial.

Para estudiar esta parte del examen se hace casi imprescindible acudir al extraordinario Yokochi.

La espera la realizamos toda la clase en la sala de disección. Así que ahí estaba yo, junto a mi querido Paco, esperando a mi turno. Cada cuarenta segundos entrábamos dos estudiantes y comenzaba el espectáculo…

Prosección en una sala del King's College de Londres
Prosección en una sala del King’s College de Londres

Entras, ves ante ti cinco mesas con prosecciones y en unos pocos segundos te dice la profesora: adelante. Y ahí te lanzas.  Con la bata, el gorro, los guantes de latex (¿has probado alguna vez a escribir con guantes y bajo una presión tremenda?).

Total, entre que encuentras el alfiler, piensas lo que es, lo procesas y lo escribes, se te han pasado los veinte segundos. Por no hablar de la presión extra que supone que la doctora que realiza el examen, ande con el cronómetro en la mano y cantando los cambios de mesa. ¡Pero es así el asunto!

Prosecciones anatómicas.
Prosecciones anatómicas.

Este creo que no me salió demasiado mal. A pesar de que, en una de las prosecciones es que no vi ni el alfiler… Vamos, que no se puede cantar victoria, pero como primera experiencia no me desagradó.

Parte teórica.

Veinte preguntas tipo test con cinco posibles soluciones. Realmente me pareció más complicado que otros vistos de años anteriores. Y claro, aquí sí que no tengo idea de cómo me fue. Unas porque las contesté más por razonamiento que por conocimiento y otras porque cambié varias veces de idea. No fue sencillo. Tal vez algunas preguntas sí eran esperables, pero la inmensa mayoría se me antojaron raras. Y aún con todo estoy contento. Por supuesto si alguien iba con la idea peregrina de copiar, el profesor se la destruyó allí mismo: misión imposible.

Cincuenta minutos para responder. Puede parecer poco pero son veinte preguntas de tipo test, como he dicho. Vamos, que si te lo sabes, te sobra tiempo. Y si no te lo sabes, te sobra aún más tiempo…

Ya he pasado mi primer examen de Medicina.

Preparando otros exámenes.

El lunes tengo otro examen. Física Médica, uno de mis terrores veraniegos que, ahora, se me antoja menos oscuro. Tal vez por contraste con Bioquímica… Sí, estoy seguro de que, si existe el infierno, por la mañana habrá clase de Bioquímica para los condenados.


Las fotografías son propiedad del King’s College de Londres.

Sección: Mi Diario, Primero de Medicina Aquí se habla de: anatomía, bioquímica, examen anatomía, examen medicina, prosecciones

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¿Por qué decidí estudiar Medicina?

Lo cierto es que es un deseo que atesoro desde que era niño. Tan niño que ni siquiera lo recuerdo con claridad. Tal vez tenga algo de «culpa» mi tía Fátima, que me regaló el hospital de Famobil (Playmobil en otros países). O quizás me influyera mi primer médico (entonces se llamaban «médicos de cabecera»), don Ricardo, que me inculcó el amor por la Medicina a base de humor y cariño.

«Sólo el médico y el dramaturgo gozan del raro privilegio de cobrar las desazones que nos dan».
Santiago Ramón y Cajal

Así pues, sin don Santiago lo dice, tiene que ser cierto. De dramaturgo ya ejercí, ¡atento mundo sanitario, que voy!

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