Es una certeza médica que, el estrés crónico nos hace pagar un alto peaje en el cuerpo: contribuye a todo lo malo, desde la presión arterial alta y las enfermedades del corazón a la ansiedad, los trastornos digestivos y la cicatrización lenta de una herida.
Y lo cierto es que, ya en primero de Medicina nos explicaron que, el estrés es capaz de interferir en multitud de procesos inmunológicos. Y eso, créeme, no es buena cosa…
Gestionando el estrés
La gestión del estrés ayuda a controlar muchas enfermedades crónicas o a reducir el riesgo de desarrollarlas.
Dejando de lado el tratamiento farmacológico, tremendamente efectivo y del que me declaro un firme defensor, vamos a hablar de cómo tratarlo sin fármacos. Pero ojo, que un buen ansiolítico es fabuloso.
Para mejorar el estrés todo el mundo te dirá que hagas ejercicio regularmente, que mantengas una dieta saludable y que duermas bien. Sí, genial, pero hay algo más que podemos hacer desde ya mismo: ¡Relajarnos!. Genial Óscar, suena guay pero, ¿cómo me relajo con el pedazo de estrés que tengo…?
Unos datos del estrés.
Antes de nada vamos a conocer unos pocos datos sobre el estrés.
Relajarnos contribuirá a bajar la presión arterial, la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria y los niveles de hormona del estrés.
Según el doctor Darshan Mehta, director médico del Instituto Benson-Henry afiliado al Hospital General de Harvard General en Massachusetts, «Al relajarnos se segregan hormonas beneficiosas y se reduce la actividad de los genes dañinos».
En la última década, varios estudios del Instituto Benson-Henry han demostrado los beneficios reales de la relajación y han encontrado los siguientes efectos:
- Presión sanguínea. La relajación puede activar genes asociados con la dilatación de los vasos sanguíneos y reducir la actividad de los genes asociados con el estrechamiento de los vasos sanguíneos y la inflamación. «Aumenta la producción de óxido nítrico, que aumenta la elasticidad de los vasos sanguíneos y los relaja», dice el Dr. Mehta. Eso puede ayudar a bajar la presión arterial.
- Glucemia. La relajación puede mejorar la actividad de la insulina mediante la activación de genes que ayudan a controlar el azúcar en la sangre.
- Digestión. La relajación puede reducir la actividad de genes directamente relacionados con los procesos de la enfermedad inflamatoria intestinal (incluyendo la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa). «El estrés estimula el tracto digestivo, que puede causar diarrea o náuseas.» La respuesta de relajación devuelve el movimiento gastrointestinal a un estado equilibrado «, explica el Dr. Mehta.
- Inflamación. La relajación parece desactivar los genes implicados en la inflamación, y la respuesta al estrés en sí», dice el Dr. Mehta.
Mientras que necesitamos la inflamación para combatir la infección y curar el cuerpo, el estrés crónico pone el cuerpo en un estado constante de inflamación. Eso puede aumentar la acumulación de placa dentro de las arterias coronarias, lo que puede aumentar el riesgo de ataque cardíaco, accidente cerebrovascular y dolor en el pecho, y también puede desencadenar el crecimiento celular no regulado, lo que contribuye al riesgo de cáncer.
Que sí Óscar, que sí, que todo eso está muy bien pero, ¿CÓMO DEMONIOS ME RELAJO?. Vale, vale, estas son las pautas.
Pasos para relajarse y acabar con el estrés.
- Siéntate en un lugar tranquilo con los ojos cerrados, bueno, ciérralos una vez que estés sentado, que tampoco es plan de ir dándose golpes con los muebles hasta sentarnos.
- Respira profundamente. Relaja tus músculos y silenciosamente repite una palabra, frase, sonido o una breve oración que te guste una y otra vez. Por ejemplo, puedes decir la palabra «paz». Si te vienen pensamientos de cualquier tipo no te preocupes, ya se irán, tu céntrate en la palabra o en el sonido que hayas escogido. Practica esto durante 10 o 15 minutos al día. Cuanto más a menudo practiques esta relajación, más beneficio verás con el tiempo.
- Respiración focalizada. Hay que centrarse en hacer respiraciones lentas y profundas. Asegúrate de que tu vientre se mueve hacia dentro y hacia fuera mientras respiras.
- Exploración corporal . Concéntrate en una parte del cuerpo. Imagínate esa parte cálida y relajada, imagina que está liberando tensión en esa área. Pasa a otra parte del cuerpo y repite el proceso. Comienza pensando en los hombros o el cuello.
- Imágenes guiadas . Crea una escena que te sugiera calma en tu mente, que te haga sentir relajado. Puede ser un lugar o una experiencia vivida en el pasado. Permite que tus sentidos se involucren imaginando los olores que estás encontrando. ¿Recuerdas algún olor que te recuerde a tu infancia como el de la madera quemada en la lumbre?. Disfruta de esa escena durante unos minutos.
Como ves son solamente cinco puntos, ¿no vas a encontrar media hora al día para ti?
Puede que te preguntes si la relajación puede prevenir problemas de salud, o incluso revertir los problemas de salud que ya han aparecido. El doctor Mehta opina que, «Es alentador, y estamos estudiando esa pregunta ahora, pero todo apunta a que sí».