• Saltar a la navegación principal
  • Saltar al contenido principal
  • Saltar a la barra lateral principal

DEL CINE AL HOSPITAL

Blog de un estudiante de Medicina. Un cineasta entre batas blancas.

  • MEDICINA
    • LA CARRERA
    • 1º MEDICINA
    • 2º MEDICINA
    • 3º MEDICINA
    • 4º MEDICINA
    • DIVULGACIÓN MÉDICA
    • ÚLTIMOS AVANCES
    • PENSAMIENTO MÁGICO
  • DIARIO
    • CINE
    • MIS RELATOS
    • CONTACTO
  • MAYORES DE 25
    • MI EXPERIENCIA
    • TÉCN. ESTUDIO
    • DESCARGAS
  • SEMINARIOS ON-LINE
  • ATENCIÓN PERSONAL
  • ¿QUIÉN SOY?

Siete años sin tu sonrisa, tío Pepe.

11 diciembre, 2021 escrito por Óscar Parra 1 comentario

Pensar en mi tío Pepe es iniciar un viaje a los divertidos veranos de antaño. A navidades entrañables. Ambas épocas, con su presencia, tenían algo en común: el humor y las risas que, mi amado tío Pepe, era capaz de sacarme. De sacarnos. La sonrisa de mi tío era universal.

Estoy acordándome del, lejano ya, verano de 1996. Un familiar trajo, en acogida temporal, a una niña ucraniana, creo recordar que se llamaba Olga. Naturalmente la chica no entendía una sola palabra de español. ¡Pero comprendió perfectamente el idioma internacional de la sonrisa de mi tío Pepe! Y es que, como dijo una vez el estupendo Ruíz Iriarte,  la sonrisa es el idioma general de los hombres inteligentes.

La ucraniana y el tío Pepe.
La ucraniana Olga, y el tío Pepe.

Siete años y ya eres inmortal.

Y a mí, querido tío, no me parece ni si quiera que te hayas marchado. Aún sigues en la agenda de mi teléfono móvil, marcado como contacto importante; aquel al que llamar en caso de emergencias. Y es que, ¡cuántas veces fuiste mi contacto de emergencia! ¡Cuántas veces te llamé para contarte algo que, solamente tú, podías saber! Que solamente tú, podías entender. Cuántas veces recibí tus consejos con sumo interés.

Mi tío Pepe, de sombrero negro, junto al tío Alejandro Lorente.
Mi tío Pepe, de sombrero negro, junto al tío Alejandro Lorente.

Escribió el sabio Cicerón, hace más de dos mil años, que la vida de los muertos perdura en la memoria de los vivos. ¿Hay forma más hermosa de pervivir en este mundo que seguir haciéndolo en los pensamientos de los que te conocieron? Yo siempre dije que, el arte era una manera bella de lograr la inmortalidad. ¿Quién se acordaría de don Miguel de Cervantes sin su inmortal obra?

Pero desde que nos dejaste para iniciar tu viaje al Infinito, he aprendido que, la sonrisa y dejar un poso de alegría en los que aquí quedan, también es una garantía de seguir viviendo en el recuerdo de los vivos. Por eso, querido tío Pepe, tú eres ya inmortal.

YouTube player

Sección: Mi Diario, Quinto de Medicina Aquí se habla de: Alejandro Lorente Carrasco, blog estudiante medicina, carcinoma urotelial, familia, Gemita, José Pérez Parra, Modesta Pérez, muerte, Tío Pepe

Dos meses en oncología; mírame a los ojos…

14 abril, 2021 escrito por Óscar Parra Deja un comentario

Termina mi rotación por el Servicio de Oncología en un hospital público de España. Y os quiero contar un poquito lo que se vive ahí, cómo es el día a día.

Oncología no es sinónimo de muerte.

Reconozco que ha habido días duros. Muy duros. Jornadas en las que pensaba, ¿de verdad esta persona tan llena de vida no va a llegar a Navidad…? Y ahí, de veras, ahí sí te vienes un poquito abajo. Pero se contrarresta con la sensación de triunfo, con el brillo chispeante en los ojos de un paciente al que se le comunica que está curado.

Por otro lado las estadísticas están ahí. En España, el 55,3% de los hombres y el 61,7% de las mujeres con cáncer, se curan. Y otro dato que no quiero dejar pasar, el 40% de los tumores se pueden evitar. Piensa esto la próxima vez que saques el paquete de tabaco… En cuarenta años los porcentajes de cura se han duplicado Si quieres más datos, aquí tienes un informe estupendo de Sociedad Española de Oncología Médica.

Célula de cáncer de próstata en una imagen de escáner coloreada
Célula de cáncer de próstata en una imagen de escáner coloreada

¿Cómo es el día a día en un Servicio de Oncología?

Os cuento. Lo primero que haces, nada más llegar por la mañana, es quitarte tu ropa y plantarte el pijama del hospital. Verdaderamente es comodísimo, pero claro, tiene su cara B… Con el paso de los días acabas yendo al hospital casi de cualquier manera porque, total, ¿te vas a arreglar a tope para media hora? El primer día me enfundé unos sencillos vaqueros y alguna camiseta decente. Lo de peinarme es algo que, a la vista está, no va conmigo. Pero en fin, «arreglaillo«. Al paso de las semanas terminé acudiendo en chándal y con la primera camiseta de andar por casa que agarraba a las 6:15 de la madrugada, que es cuando me levanto. De hecho lo comenté con los compañeros y me reconocieron que hace mucho que no se compran ropa. Al final, cuando sales de allí de esa guisa, no se sabe si vienes de atender a pacientes o de robar carteras en el metro de Madrid.

Pero sigamos. Ya te has puesto el pijama. Llega el momento de la doble mascarilla. Primero la FFP2 y, encima de esta, la quirúrgica. La sensación en las orejas es demoledora. Me faltaba colgarme el paraguas en una oreja y la mochila en la otra.

Con tu ropa de andar por casa y ya con el pijama.
Con tu ropa de andar por casa y ya con el pijama.

El comité de tumores.

Decía que, ya enmascarillado, acudes al Comité de Tumores. ¿Y eso qué es? Pues una reunión. Todos los días se juntan, durante al menos media hora, varios médicos de diversos departamentos para presentar casos de pacientes y dilucidar, entre todos, qué hacer para tratar de ayudar al enfermo.

Acabada la reunión te diriges a la cafetería con el listado de pacientes en la mano. Un ligero tentempié y a trabajar. Como curiosidad os cuento que es difícil encontrar comida menos sana que la de los hospitales. Es algo que me llama la atención muchísimo. Palmeras de chocolate, panceta, bollería industrial a toneladas… Una auténtica paradoja. El día menos pensado me encuentro una máquina expendedora de tabaco en la sala de espera de oncología…

La consulta.

Aquí el día a día es un tanto anodino. La mayor parte de los pacientes vienen a revisión. Con miedo, claro está. Y lo cierto es que, casi siempre salen de la consulta con una sonrisa. ¡Todo sigue bien, sigamos! Me he preguntado si no sería un gesto precioso que, la tarde antes de acudir a la consulta, el médico les llamase por teléfono. Una sencilla llamada para decirles: Buenas tardes, soy tu oncólogo. Escucha, acabo de ver tu TAC y todo está bien. Así pues, ¡duerme tranquilo! Mañana nos vemos y lo comentamos. ¿Verdad que sería hermoso? ¡Ahorrar una noche de sufrimiento a una persona, también es cuidar! ¿No os parece?

La planta.

Pasar planta es justamente eso: visitar a los enfermos oncológicos ingresados por alguna complicación. Antes de comenzar hay otra pequeña reunión con las enfermeras en las que se comenta el estado de cada paciente. ¡Con qué cariño tratan las enfermeras a sus pacientes! En esa mini-reunión se comenta si el enfermo ha pasado buena noche, si está animado o no, y por supuesto una serie de parámetros técnicos. Terminada esa mesa redonda, llega el momento de la verdad.

Planta de oncología de un hospital español. Foto: Eulogio García.
Planta de oncología de un hospital español. Foto: Eulogio García.

Cama a cama: visitando a los pacientes.

A pesar de su dureza, es la parte que más me ha emocionado. Antes de entrar a cada habitación tienes que llevar a cabo una liturgia pesada, pero necesaria. Ponerte una bata protectora desechable. Sobre la bata, un mandil plástico. Después un gorro para cubrir tu cabello. Llega el momento de los guantes. Primero unos estériles que te cubren gran parte del antebrazo y, sobre esos, otros normales, de esos azules de toda la vida. Afortunadamente me enseñaron el truco de echar un poquito de gel hidroalcohólico en los segundos para que se lubriquen y te los puedas poner mejor; y menos mal, porque de lo contrario, tal vez seguiría allí tratando de colocarme el doble guante.

Ya estás listo para entrar a ver a tu paciente. Te diriges a la puerta, llamas y entras. Y allí, en ese instante en que cruzas tu mirada con la suya, algo te sobrecoge. Porque el paciente oncológico no es un tipo de paciente; no hay un modelo estándar, es como cuando dicen «cine español», ¡no es un tipo de cine, hacemos de todo! Pues esto es parecido, cada paciente, es una persona. Con su vida, sus ilusiones, sus alegrías y sus temores. Personas que se han encontrado con el cáncer en un momento de su vida.

Ganas de vivir.

Sus ganas de vivir. La mayoría de mis queridos pacientes desprendían unas inmensas ganas de vivir… Después de todo, creedme, no hay una edad buena para tener cáncer. Ni aquella mujer de 39 años recién diagnosticada de un horrible carcinoma inflamatorio de mama, ni el firme caballero de casi 90 con su carcinoma urotelial que, tanto me recordó a mi añorado tío Pepe. Ninguno querría haberse encontrado de frente con este enemigo. Y por supuesto, ambos tienen unas intensas ganas de vivir.

Pero mentiría si no os contase que he visto de todo. Personas agarradas a una esperanza que, en ocasiones, tú sabes que es vana. En esas circunstancias, tu silencio a sus frases de esperanza acaba pesando. Mucho. Esa mirada clavada en tu mirada. Ese «mírame a los ojos y dime que me voy a curar», sin palabras. Y ahí estás tú, un pobre estudiante de Medicina, pensando, por favor, no me pidas que asienta, no me pidas que confirme una esperanza que, me consta, no es cierta. Esto, os lo juro, es lo más duro que me ha tocado vivir.

Sí, porque a pesar de ser muy cinematográfico, el momento ese de «tiene usted cáncer», no lo he visto ni una sola vez. Y es que, amigos, la gente no es imbécil. Cuando alguien va al médico porque lleva tres meses con sangrados rectales y ha perdidos seis kilos, ese alguien sabe que la cosa va en serio. No se va a sorprender demasiado ante un diagnóstico que, en su fuero interno, se temía.

Otras veces he encontrado a seres humanos resignados a su destino; sin más ilusión que la de vivir otro día con el menor dolor posible. Es aquí cuando, una palmada en la espalda y una sonrisa con los ojos, dice más que el mayor tratado sobre relaciones humanas que jamás se haya escrito.

Y sí, también he hallado a gentes alegres cuyo encontronazo con esta enfermedad es un simple contratiempo en una vida plena.

¿Tristeza?

En contra de lo que se cree, en la planta de oncología no reina la tristeza. Los pacientes, prácticamente todos, conocen su enfermedad y sus posibilidades, así pues la meta que tienen es seguir adelante. Nadie habla de la muerte. ¿Para qué? Después de todo, ¿alguno de nosotros va a vivir eternamente?

Los tumores que más he visto.

Pues de todo un poco. Los de mama, la mayoría con un pronóstico estupendo. Mujeres con ganas de salir adelante que soportan los tratamientos con la esperanza de seguir viendo amanecer. Los tumores de cabeza y cuello, típicos de fumadores y bebedores. ¡Aquí es donde he encontrado a tipos realmente divertidos! No puedo dar nombres, obviamente, pero me he reído mucho con el humor sincero, seco y negro de alguno de estos fumadores y bebedores profesionales. Digestivos, como el de colon, o el de páncreas. En fin, un poco de todo.

Y de todos he aprendido algo. No de los tumores, esos se pueden ir a la mierda. Esos están en los libros. De quién he aprendido es de cada paciente. Todos ellos con sus ojos llenos de agradecimiento, con sus palabras amables y sus gestos cariñosos, me han recordado, día tras día, la razón por la que escogí esta profesión: por ellos.

Sección: Cuarto de Medicina, Divulgación médica, Mi Diario Aquí se habla de: blog estudiante medicina, cáncer, carcinoma urotelial, estudiante de medicina, Inspiración, muerte, oncología, rotación, SEOM, Sociedad Española de Oncología Médica, Tío Pepe

Mi querido tío Pepe y sus cinco años en las estrellas.

11 diciembre, 2019 escrito por Óscar Parra 2 comentarios

Querido tío Pepe, ya se han cumplido los cinco primeros años de tu viaje a las estrellas. Y por aquí todo sigue su curso. Ya estoy en 3º de Medicina, y aunque el barco de mi vida sigue su rumbo sin tí a bordo, quiero decirte que, en algún sitio de las bodegas del alma, atesoro esa parte de mi historia que se detuvo aquel 11 de diciembre de 2014.

Aquí es madrugada, y sé bien que para ti no tiene sentido alguno puesto que el tiempo no forma ya parte de tu universo. De ese universo de recuerdos y amor que tejiste durante sesenta años y al que te marchaste tal día como hoy. Y aunque habrá quién no comprenda la razón de escribirte una carta todos los años, y aunque no tengo que argumentar las razones porque el espíritu obra sin una razón humana, un buen argumento podría ser, como alguien dijo un día: por si acaso todo eso es verdad…

Mi tío Pepe y su sonrisa unas Navidades hace varias décadas...
Mi tío Pepe y su sonrisa unas Navidades hace varias décadas…

El día en que sea yo mayor que tú.

Voy a contarte algo, querido tío Pepe. A veces veo videos tuyos y me gusta calcular la edad que tenías en tal momento para cotejar con la mía. Y entonces me asalta un extraño pensamiento; aún es pronto, pero un día, si Dios lo permite, yo, querido tío Pepe, seré mayor que tú. Por vez primera, te miraré con ojos de experiencia y será un momento extraño. Esa es la virtud que se os otorga a los que os fuisteis demasiado pronto; el don de la inmortalidad, de la eterna juventud en el recuerdo de los que os hemos amado. Sí, en mi vida, querido tío Pepe, siempre reirás, siempre serás joven, siempre auténtico, siempre tú. Tú, siempre.

Mi tío Pepe, ¡cómo le gustaba esta foto!
Mi tío Pepe, y su instantánea favorita.

Cinco Navidades sin mi tío Pepe.

Y tú, que eras el alma de la Nochevieja… Tus bailes desaforadamente inapropiados, tus gestos a medio camino entre la ternura y el macarrismo, tu risa alegre, tu espíritu festivo. Todo eso te lo llevaste aquel día de diciembre. Pero nos dejaste tu recuerdo y ejemplo. Ahora el primo Iván ha cogido tu testigo y ameniza la última noche del año con algún baile que, de algún modo, trae retazos tuyos al mundo de los vivos. Sí, Iván, el más sereno y tímido de mis primos, esa noche aparca, por unas horas su natural timidez y nos obsequia con un momento especial. Y es que, querido tío Pepe, como ves, aquí abajo, sigues viviendo un poquito en nosotros.

No voy a despedirme sin volver a decirte que te quiero, que tu recuerdo es memoria viva de mi infancia y adolescencia. Y que, mientras yo viva, mantendré tu recuerdo encendido. Pues, así como cada Navidad prendemos las pequeñas luces que nos recuerdan lo bello que es vivir, así, te digo yo, seguiré yo encendiendo esa lucecita titilante que habita en el corazón de los que te conocimos.

Sección: Mi Diario, Segundo de Medicina Aquí se habla de: blog estudiante medicina, carcinoma urotelial, estudiante de medicina, familia, reflexión, tabaco, tabaquismo, Tío Pepe

Tío Pepe, cuatro años sin verte, que no sin ti.

11 diciembre, 2018 escrito por Óscar Parra Deja un comentario

Hoy, cerca de las tres de la tarde, se han cumplido cuatro años sin verte, amado tío Pepe.
Pero no sin ti, porque sigues presente.
Y no, no son simples palabras. Eres una realidad tangible, que puedo palpar en mi vida. El dolor se ha mitigado, sí; no estamos hechos para sufrir eternamente, pero la sensación de pérdida ahí está, perenne, seca, hiriente: aún soy incapaz de creer que, de verdad, no volveré a verte en este mundo.

Te escribo estas líneas al atardecer de este nuevo 11 de diciembre, mientras me sumerjo en tus recuerdos al compás de esta melodía…

https://www.delcinealhospital.com/wp-content/uploads/2018/12/LastButterfly.mp3

La belleza radica en lo fugaz de la misma.

Este año he cursado una asignatura, «Cuidados paliativos», ¡lo que hubiese dado aquella eterna noche de hace cuatro años por saber lo que hoy sé! No habría sufrido viéndote aspirar tus últimas bocanadas de vida, no habría llorado horrorizado ante tu agonía: habría derramado el mismo océano de lágrimas por tu partida, pero sabiendo que no estabas sufriendo.
Hoy, querido tío Pepe, asimilada tu pérdida, sigo pensando que te fuiste demasiado pronto. Pero la belleza radica en lo fugaz de la misma. Tal vez por eso nos gusten tanto las estrellas fugaces, porque somos conscientes de su propia finitud.

De esta instantánea, me faltan dos. Mi querida abuela Sofía y tú, tío Pepe.
De esta instantánea, me faltan dos. Mi querida abuela Sofía y tú, tío Pepe.

Mi tío Pepe no sobrevivió.

Tu maldito cáncer de vejiga no acabó en las tablas de supervivencia que tantas veces revisé. ¡Cuántas veces he llorado sin pensar serenamente en ello! Y ahora, cuatro años más tarde, entiendo que, quizás, ocurrió porque tú no sabías sobrevivir en la vida, tú lo que de verdad sabías, era vivir. Y no es lo mismo.

Decía mi tocayo Wilde que lo menos frecuente en este mundo es vivir, que la mayoría de las personas solamente existen. - Compártelo       
Y tú, querido tío Pepe, no te conformaste con existir, no estabas hecho para sobrevivir, lo tuyo era vivir. Vivir en toda la extensión de la palabra.
Porque tú fuiste sinónimo de vida, tanto que, ni la misma muerte, logró apagar tu sonrisa de nuestros corazones. Tanto que, ni la misma muerte, consiguió borrar tu vida de las nuestras. Tanto…

Han pasado cuatro años. Pero tú, querido tío Pepe, tú sigues aquí, presente en nuestro ahora, cautivándonos con tu ayer y regalándonos sonrisas ante el mañana.

Te quiero, tío Pepe. Con todo mi corazón, te quise, te quiero y te querré, como escribí en aquel postrer mensaje que te envié en esa madrugada de diciembre, para siempre, y como tú, inolvidable para mí.

Sección: Mi Diario, Segundo de Medicina Aquí se habla de: blog estudiante medicina, cáncer, cáncer de vejiga, carcinoma urotelial, familia, Gemita, Inspiración, José Pérez Parra, Modesta Pérez, reflexión, Tío Pepe

¡Cuidado con aguantarse «el pipí»! [Flash]

24 febrero, 2018 escrito por Óscar Parra 2 comentarios

¡Hola! Inauguro una sección en el blog al que voy a llamar [Flash]. Son pequeños consejos médicos, fáciles de recordar y de poner en práctica que harán tu vida más saludable.

El urotelio.

En clase de histología nos está explicando, magistralmente, la doctora Reyes Flores los diversos tejidos epiteliales del organismo. Lo primero de todo, ¿qué es un epitelio? Pues no es más que un tejido constituido por células que están estrechamente ligadas y que recubren diversas superficies de nuestro cuerpo. El urotelio es un epitelio especializado que recubre las vías urinarias (uréter, vejiga urinaria, uretra). La característica principal de este epitelio es la capacidad para el cambio de la geometría y la superficie de sus células en respuesta a tensiones. Vamos, que es capaz de adaptarse según tengamos más o menos orina en la vejiga.

Vejiga relajada y llena.
Vejiga relajada y llena.

El problema del urotelio.

Como ya os he contado, esta capa de urotelio es la que está en contacto con la orina. Y eso puede ser un verdadero problema porque el urotelio apenas tiene sistema defensivo. Es decir, tenemos poca defensa contra los gérmenes que puedan ir en la orina. ¿Y cómo nos podemos defender de esto? Fácil. Vaciando la vejiga con frecuencia; no te aguantes nunca la orina porque, cuanto menos tiempo pase la orina en contacto con el urotelio mejor. Otro remedio es volver ácida la orina tomando ácido acetilsalicílico (Aspirina). A ver, no digo que estés tomando aspirinas a diario, pero si tienes cierta tendencia a infección de orina, hazlo. Voy a repetirlo: no te aguantes la orina.

El cáncer de vejiga y el tabaco.

Naturalmente tiene relación directa con lo que os acabo de contar. Los alquitranes del tabaco pasan por los riñones y van a parar a la vejiga. Estos alquitranes son muy irritantes y en la vejiga, sin mucha defensa, tienen un fabuloso campo abonado para acabar provocando mutaciones en algunas células del urotelio. Mutaciones que podrían dar lugar a un cáncer de vejiga. De hecho, el cáncer de vejiga tiene una altísima incidencia entre los fumadores. Según el prestigioso MD Anderson Cáncer Center de Madrid, más del 90% del cáncer de vejiga tiene su origen en el hábito de fumar. Cada vez que lo pienso me acuerdo de mi querido y recordado tío Pepe…

Cáncer de vejiga y sus diferentes estadíos.
Cáncer de vejiga y sus diferentes estadíos.

Hazte un favor: ve al baño.

No te aguantes. Si te da apuro ir muchas veces al baño en el trabajo piensa lo siguiente: si alguna vez tienes una enfermedad grave nadie en tu oficina te recordará como «aquella persona que apenas iba a al baño». ¡Ve y mea!. Punto.

Sección: Divulgación médica, Flash, Mi Diario, Primero de Medicina Aquí se habla de: cáncer de vejiga, carcinoma urotelial, fumar, Gemita, tabaco

  • Página 1
  • Página 2
  • Página siguiente »

Busca y encontrarás.

MÉDICO EN PROCESO

% de Médico
Medicoblasto
Fecha
82.03%
27-06-2022
Inicio 6º
Fin 6º
% de 6º
72 días
385 días
0%

Otras postales

  • El melanoma y la protección solar.
    25 junio, 2022
    Hace unas semanas, dando un paseo, charlaba con otra persona sobre lo terrible del siguiente dato: de las niñas que iban a mi colegio en EGB, tres […]
    No hay comentarios
  • Ilustración de Joshua Seong. La menopausia.
    21 abril, 2022
    Hoy os voy a contar cuáles son los signos y síntomas de la menopausia. Hay muchas mujeres que se angustian pensando si determinado síntoma es un […]
    1 comentario
  • Hoy toca cine: Gemma Galgani; enfermedad y santidad.
    1 marzo, 2022
    De momento, centrado en 5º de Medicina, voy viendo los avances de, si Dios quiere, mi próxima película: GEMMA GALGANI. Gemma Galgani Se trata de un […]
    No hay comentarios

Días hasta Nochebuena

días
1
7
9
horas
1
3
minutos
3
6
segundos
3
9

Etiquetas más populares

blog estudiante medicinaestudiante de medicinaGemitafamiliaPrimero de MedicinamuerteUCMinvestigaciónTío Pepeacceso mayores 25acúfenoscineCOVID-19Mayores 25cáncerTerapia de Isofrecuenciasreflexióncura acúfenosremedio acúfenosCoronavirusNavidadInspiraciónanatomíaModesta Pérezverano

Lo más leído

  • Morir con 17 años.Morir con 17 años. Aún sigo impresionado y conmovido. Mucho. La muerte de dos… (282.829)
  • Acúfeno, el pitido eterno del que me curé.Acúfeno, el pitido eterno del que me curé. Arranco la financiación del Ensayo Clínico Beethoven. Ocurrió en el… (214.755)
  • Listado de productos CON aceite de palma y su equivalente SIN.Listado de productos CON aceite de palma y su… Actualización Junio 2018: Más de 100.000 visitas atesora este artículo.… (134.632)
  • Del Cine al Hospital. Blog de un estudiante de Medicina.Del Cine al Hospital. Blog de un estudiante de Medicina. (29.510)
  • Apuntes para el acceso a la universidad de mayores de 25.Apuntes para el acceso a la universidad de mayores de 25. ACCESO A LA UNIVERSIDAD MAYORES DE 25 Aquí pondré algunas… (13.635)
  • Aceite de palma: ¿Qué dice la Medicina?Aceite de palma: ¿Qué dice la Medicina? Desde hace unas semanas estamos todos revolucionados con el peligro… (12.216)
  • Ensayo Clínico BeethovenEnsayo Clínico Beethoven ¿Acúfenos...? ¡Hola! Soy Óscar Parra, cineasta y estudiante de Medicina… (10.927)
  • Acceso a Mayores de 25: Lo que me ha servido y lo que no.Acceso a Mayores de 25: Lo que me ha servido y lo que no. Cuando comencé a prepararme, en Octubre de 2016, para las… (10.579)
  • ¿Ibuprofeno, Nolotil, Paracetamol, Enantyum, Voltaren? ¿Qué tomar si duele...?¿Ibuprofeno, Nolotil, Paracetamol, Enantyum,… Hoy os voy a hablar un poquito de estos cuatro… (9.610)
  • ¿Quién soy? ¿Quién soy? Nací un 25 de Enero en Madrid, España, aunque de… (9.028)

Enlaces bonitos

https://dehonproducciones.com/

Mi otro lado, el cine.

https://institutonatividadcano.com/

Visitantes ahora

1 usuario En línea

Últimos comentarios

  • Óscar Parra en Tercero de Medicina en la UCM: así se forma un médico en España.
  • Paula en Tercero de Medicina en la UCM: así se forma un médico en España.
  • Óscar Parra en No, ya no tengo 18 años… Pero los tuve.
  • Óscar Parra en No, ya no tengo 18 años… Pero los tuve.
  • Alber en No, ya no tengo 18 años… Pero los tuve.

Postales por Meses

  • junio 2022 (1)
  • abril 2022 (1)
  • marzo 2022 (1)
  • febrero 2022 (5)
  • enero 2022 (1)
  • diciembre 2021 (3)
  • noviembre 2021 (1)
  • julio 2021 (3)
  • junio 2021 (1)
  • mayo 2021 (1)
  • abril 2021 (5)
  • marzo 2021 (4)
  • febrero 2021 (2)
  • enero 2021 (1)
  • diciembre 2020 (4)
  • octubre 2020 (4)
  • septiembre 2020 (3)
  • agosto 2020 (2)
  • julio 2020 (1)
  • mayo 2020 (3)
  • abril 2020 (2)
  • febrero 2020 (1)
  • diciembre 2019 (3)
  • noviembre 2019 (1)
  • septiembre 2019 (1)
  • agosto 2019 (1)
  • julio 2019 (3)
  • abril 2019 (1)
  • marzo 2019 (2)
  • enero 2019 (2)
  • diciembre 2018 (3)
  • noviembre 2018 (1)
  • octubre 2018 (2)
  • agosto 2018 (1)
  • julio 2018 (3)
  • junio 2018 (6)
  • mayo 2018 (1)
  • abril 2018 (1)
  • marzo 2018 (1)
  • febrero 2018 (2)
  • enero 2018 (1)
  • diciembre 2017 (4)
  • noviembre 2017 (3)
  • octubre 2017 (3)
  • septiembre 2017 (4)
  • agosto 2017 (6)
  • julio 2017 (8)
  • junio 2017 (4)
  • mayo 2017 (10)
  • abril 2017 (6)
  • marzo 2017 (19)
  • enero 2017 (1)
  • diciembre 2016 (1)
  • octubre 2016 (1)

Categorías

  • ADELGAZAR (3)
  • CINE (15)
  • Cuarto de Medicina (23)
  • Divulgación médica (83)
  • Flash (18)
  • Mayores de 25 (16)
  • Medicina Estética (3)
  • Mi Diario (117)
  • Noticias bonitas (5)
  • Primero de Medicina (27)
  • Quinto de Medicina (14)
  • Segundo de Medicina (17)
  • Técnicas de estudio (3)
  • Tercero de Medicina (12)
  • Vídeo Charlas (1)

¿Por qué decidí estudiar Medicina?

Lo cierto es que es un deseo que atesoro desde que era niño. Tan niño que ni siquiera lo recuerdo con claridad. Tal vez tenga algo de «culpa» mi tía Fátima, que me regaló el hospital de Famobil (Playmobil en otros países). O quizás me influyera mi primer médico (entonces se llamaban «médicos de cabecera»), don Ricardo, que me inculcó el amor por la Medicina a base de humor y cariño.

«Sólo el médico y el dramaturgo gozan del raro privilegio de cobrar las desazones que nos dan».
Santiago Ramón y Cajal

Así pues, sin don Santiago lo dice, tiene que ser cierto. De dramaturgo ya ejercí, ¡atento mundo sanitario, que voy!

¿Te gusta lo que ves?

La sal de un blog son sus lectores. ¡Anímate a comentar!

COPYRIGHT © Óscar Parra. El contenido es propiedad intelectual de sus autores.