¡Y llegó! Sí, llegó el momento. Primer día de Medicina UCM. ¿Quién me lo iba a decir tan solo un año atrás? He madrugado con gusto, esa es la verdad. A las 8:20 ya estaba por allí zascandileando. Un montón de gente, de los que la mayoría parecían conocerse, andaba revoloteando y con signos de nerviosismo.
En la puerta, unos tipos repartían publicidad de una academia para clases de refuerzo. Mal empezamos. Desde el punto de vista de la mercadotecnia a lo mejor no era el mejor día para repartir folletos insinuando que te va a hacer falta, ¿no os parece?
En fin, he entrado con paso firme y me he dirigido al Aula 1. Es la que corresponde a mi grupo. Sin titubeos me he sentado en la primera fila. Bueno, en realidad en la segunda porque la primera tiene una barandilla que parece algo incómoda. Y… ¡qué comience el espectáculo!

Física Médica.
A primera hora apareció el profesor de Física Médica. Don Eduardo me ha parecido un señor agradable y, lo que es mejor, de los que se nota que adoran enseñar y siente pasión por su trabajo. La verdad es que ya la actitud del maestro me ha tranquilizado. Nos ha explicado de qué iba la asignatura, cómo puntúa y algún chascarrillo. No ha habido tiempo para más. Todo claro.
Bioquímica.
Dos profesoras, doña María Dolores y doña Rosa nos han esclarecido el contenido de su asignatura. En principio es muy parecida a la Biología de 2º de Bachillerato pero, claro está, mucho más desarrollado. Me ha dado buenas sensaciones, a pesar de que reconozco que no he tocado química desde hace lustros.
Humanidades Médicas.
Ha sido la última de esta primera mañana. La profesora, doña Lydia, es también una apasionada del asunto. Me ha parecido una asignatura interesante y que suscitará buenos debates en clase. Particularmente el temario que corresponde a Bioética. Ya sabéis, el aborto, la eutanasia, el «ensañamiento» terapéutico… Creo que también la voy a disfrutar.
Particularmente atractivo me ha parecido el hecho de que, hacer un trabajo opcional suponga el 20% de la nota. Un trabajo del que la profesora ha dicho valorar la creatividad. ¿Qué tal un cortometraje sobre la eutanasia? Le daré vueltas.
A las 11:30 ya estábamos listos para marcharnos a casa. ¡Se me ha hecho tan corto! Vamos, que me he quedado con ganas de más.
¿Sensaciones?
La principal es que mañana va a empezar la marcha de verdad. Es decir, que no se va a perder ni un minuto más; a excepción de Anatomía que, de momento, no hemos tenido la presentación de la asignatura.
Por otra parte y como es obvio, mis nuevos compañeros son mucho más jóvenes que yo. Lo que no me preocupa en lo más mínimo, ¡me divierte de hecho! Aunque bien es cierto que estos muchachos y muchachas no son lo más representativo de su generación. Me explico.
Ojo, que 18 años son 18 años lo diga Agamenón o su porquero, con todo lo que ello conlleva. Pero sería estúpido pensar que todas las gentes de una misma edad son iguales. He conocido imbéciles de sesenta y personas estupendas con 15. Y viceversa. En cualquier caso el hecho de estar en ese aula es ya un claro signo de que, como mínimo, te has esforzado. Y para mí, particularmente, un privilegio.
Tengo la certeza de que, aunque todo el mundo dice que los primeros años son un tanto espesos, voy a disfrutar de este primer año. Me sorprende la cantidad de prácticas que hay que hacer y lo conectada que está la carrera con las nuevas tecnologías.
También han dejado claro los docentes que hay que asistir a clase. Supongo que es una cuestión obvia pero tanta insistencia me hace pensar que, seguramente, hay personas que no lo ven tan claro.
En fin, el primer día ya ha pasado. Ya soy un 0.04675% médico. ¡No suena a demasiado! ¿Verdad?
Primer día de Medicina… Con toda seguridad una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida. ¿Quién te lo iba a decir, Óscar…?
