Lo reconozco, me enferma. Pensar que alguien se enriquece a costa de algo tan absurdo como la homeopatía, me pone malo. No voy a andar con muchas vueltas: la homeopatía es un fraude y un engaño para el consumidor. Sí, lo sé. Todos hemos escuchado a amigos que dicen que tomando noséque producto homeopático ha mejorado su lesión de nosécuantos. Y no dudo de su mejoría, lo que sí puedo decir es que, sin la engañifa de la homeopatía se habría mejorado igualmente.
¿Qué es la homeopatía?
Es una estupidez inventada por un sinvergüenza llamado Samuel Hahnemann que basó su imbecilidad en la frasecita de «lo similar cura lo similar». Dicha simpleza (que es uno de los principios de la homeopatía) sostiene que una sustancia que causa los síntomas de una enfermedad en personas sanas curará lo similar en personas enfermas. Vamos, que un dolor testicular a causa de un traumatismo se curará con una patada en los mismísimos, eso sí, con cariño y un poco de agua. Sé que suena estúpido, pero es porque, efectivamente lo es. Este ridículo «principio de similitud» carece de base teórica y experimental. El principio de lo similar cura lo similar no tiene base alguna, ni se explica de ninguna manera cómo lo hace. ¿Un esquince se cura golpeando la zona afectada?

Más chorradas.
Los homeópatas dicen que el segundo principio que rige su brujería es el de dosis infinitesimal: o sea, que diluyendo la cantidad de algo en agua, hasta llegar a límites de verdadera carcajada, funciona mejor. Por ejemplo, determinados brebajes homeopáticos contienen un compuesto llamado óxido de arsénico en una concentración de 30x. ¿Y esto qué significa? Que por cada parte de óxido de arsénico se usan 1×1030 de agua o para hacerlo más inteligible; que los tipos que fabrican ese brebaje, teóricamente echan un litro de óxido de arsénico y lo mezclan con un quintillón de litros de agua (un 1 seguido de 30 ceros). Lo que equivale a echar tres latas de Coca Cola en el agua que tendrían cuatrocientos mil trillones de piscinas olímpicas. ¡Desde luego poco nos sabría a Coca Cola si sacásemos un vasito de ese quintillón de litros! Claro está, si en lugar de Coca Cola echamos cualquier otro líquido, es obvio que pocos efectos secundarios podemos esperar! ¿Eh? ¡Vamos, ni secundarios ni primarios! ES AGUA. Punto.
¡Vamos a hacerlo más visual!
Óxido de arsénico | 1 litro |
Agua | 1.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000 litros |
¡No se puede decir que no esté bien diluido! ¿Verdad? Pues bien, estas gentes, por si esto fuera poco, mantienen que cuánto más diluido más potente es… ¿¿¿¿???
Es genial leer cosas como estas de los defensores de la homeopatía: «La acción de los medicamentos homeopáticos no pueden ser explicados por las leyes de la química y física convencional». ¡Mira, eso sí que es verdad! Efectivamente la acción de los brebajes homeopáticos no pueden ser explicados por las leyes de la física y la química porque, sencillamente, no tienen acción alguna demostrable.
En resumen, la homeopatía es una creencia que comúnmente se presenta como ciencia, pero es únicamente una creencia presentada falsamente como ciencia.
Tus creencias son respetables pero…
Partiendo del respeto absoluto en las creencias de cada cuál, yo mismamente soy cristiano, lo que no se puede tolerar es que mis creencias te sean vendidas como ciencia. Hace unos meses sufrí un pequeño herpes simple en el labio, una dolencia común causada por un virus. De inmediato comencé a tratarme con aciclovir, un antiviral indicado para este tipo de virus. Y en unos días desapareció. Podría haber rezado para que el Señor me ayudase con el herpes, pero a pesar de mis creencias, preferí el aciclovir. Entiendo que Dios tiene asuntos más graves que el morro de un tipo ligeramente hinchado. Quedaos con el asunto del herpes labial, que luego volveremos a ello…
Farmacias y homeopatía: una desvergüenza legal.
Y es legal porque muchas estupideces son legales. No es ético, sin lugar a dudas. Pero tampoco lo es vender tabaco. Simplemente da dinero. Aunque, por fortuna, cada vez menos. Boiron, que es la súper empresa que se dedica a vender frasquitos de agua cara, comienza a perder ventas en casi todo el mundo (en USA sigue al alza). No es mala noticia. Pero siguen vendiendo…
Si miras atentamente la fotografía de la farmacia, ¿de verdad te darían confianza las recomendaciones que el farmacéutico te diese sobre cualquier consulta? ¡Recuerda que el tipo vende frasquitos de agua (con «algo» diluido un quintillón de veces) y te asegura que funciona. El desconocimiento hace que nos parezca normal ver una farmacia que vende homeopatía. Echa un ojo al cartel que te pongo aquí debajo.

Sí, te quedarías de piedra. Pero solamente porque, actualmente, ya hay cierta educación sanitaria en la población y, casi todo el mundo, sabe que el tabaco causa 60.000 muertos al año solo en España y que, científicamente probado, fumar es muy malo para la salud. Pero como la educación sanitaria sigue siendo insuficiente, en pleno siglo XXI vemos una farmacia que vende homeopatía y no nos escandaliza lo suficiente.
Más razones para no caer en el engaño de la homeopatía.
Muchas han sido ampliamente difundidas, pero quiero aprovechar para darles el pequeño empuje que pueda suponer mi humilde blog.
- No existe comparación contrastada sobre la efectividad de un tratamiento homeopático. No hay ningún estudio estadístico publicado que muestre el efecto de un brebaje homeopático (me niego a llamar medicamento dándole una dignidad de la que carece) comparado con un medicamento real. Los homeópatas siempre se han negado a compararse con la medicina científica aduciendo extrañas razones de diferencia de método, lo que no es más que una excusa pues saben que la diferencia sería abrumadora.
- No hay relación causa-efecto entre las supuestas mejorías producidas por un tratamiento homeopático. Hay personas que mejoran, pero no hay estudios que muestren estadísticas acerca de qué mejorías se deben a remisiones espontáneas (ocurren con frecuencia) o a efecto placebo.
- No hay nada que permita diferenciar los efectos de un tratamiento homeopático del efecto placebo. Los únicos estudios estadísticos publicados sobre tratamientos homeopáticos no muestran resultados que difieran significativamente del efecto placebo. Está demostrado que la homeopatía sólo alivia ciertos síntomas por la atención recibida (son consultas de una hora), pero nunca por los medicamentos recibidos. El sentirse escuchado, atendido, querido incluso, produce un efecto placebo especialmente fuerte. Cualquier persona que sea escuchada durante una hora va a mejorar de algunos de sus síntomas, aunque no recibiera ninguna medicina. Si la homeopatía se practicara en consultas de cinco minutos en la seguridad social, no tendría el menor efecto.
- La validez y aplicación de la homeopatía es muy limitada por sus propios seguidores. Una técnica que sólo supuestamente cura enfermedades leves pero se muestra incapaz ante las enfermedades importantes ya de por sí es altamente sospechosa. El efecto placebo actúa exactamente así: alivia algún síntoma leve pero no cura las enfermedades de verdad.
- La homeopatía contradice los conocimientos de la biología y la bioquímica actuales. La homeopatía afirma que es imposible conocer los procesos internos de una enfermedad, por tanto, rechaza conocer el origen de las enfermedades, por tanto rechaza la existencia de patógenos (virus y bacterias), así como de alteraciones genéticas, trastornos moleculares o bioquímicos, mutaciones cromosómicas, alteraciones en la regulación de las funciones fisiológicas y la homeostasis… Por lo tanto, contradice todos nuestros conocimientos sobre enfermedades. Estos conocimientos son posteriores a la génesis de la homeopatía en el siglo XIX, por eso no los reconoce, porque es un sistema mágico que no ha evolucionado nada en sus dos siglos de historia.
- Se trata de una brujería facilita, para la que no hace falta mucho conocimiento. Cualquier persona sin ningún tipo de conocimiento médico puede ser homeópata ya que el diagnóstico se basa simplemente en una serie de preguntas y en utilizar una lista de posibles tratamientos que llaman repertorio. ¿Que lo que tienes es rojo y duele? pues te toca belladona, da igual que sea una faringitis aguda o un bebe al que le están saliendo los dientes. Eso sí, muy importante que el paciente se sienta escuchado durante una hora, atendido y querido. En el fondo es lo único importante en la homeopatía. Eso y cobrarle la consulta.
- Es incongruente con sus principios teóricos. Actualmente, la homeopatía mezcla conceptos totalmente diferentes, como la ley de infinitesimales y el principio de similitud (planteamiento original) que se conjugan con energías vitales, herboristería e incluso compuestos farmacológicos tradicionales. Muchos de estos métodos son incompatibles con la teoría original homeopática.
Y para terminar volveré a mi herpes labial. Como os dije, lo traté con aciclovir y en una semana se marchó. ¿Qué habría ocurrido de no haber usado aciclovir? Se habría marchado igualmente pero habría tardado más tiempo, ¿pongamos dos semanas?
¿Y si me hubiese tomado un poco de belladona (otro brebaje homeopático)? Pues habría sanado en dos semanas… Que es JUSTAMENTE el tiempo que mi organismo hubiera tardado en vencer al virus él solito. Bueno, tampoco solito, con la ayuda de mis queridos anticuerpos.
¡Espero haberos aclarado algo a todos! Aunque me consta que a todos no, siempre quedarán imbéciles (como el mexicano Javier Oteka), que crean que la Ciencia depende de si ellos creen o no. 😉
Os invito a echar un vistazo a otra postal, esta vez sobre gentes que creen que tomando zumos de frutas se puede curar el cáncer. Incluye un vídeo que no tiene desperdicio…