• Saltar a la navegación principal
  • Saltar al contenido principal
  • Saltar a la barra lateral principal

DEL CINE AL HOSPITAL

Blog de un estudiante de Medicina. Un cineasta entre batas blancas.

  • MEDICINA
    • LA CARRERA
    • 1º MEDICINA
    • 2º MEDICINA
    • 3º MEDICINA
    • 4º MEDICINA
    • DIVULGACIÓN MÉDICA
    • ÚLTIMOS AVANCES
    • PENSAMIENTO MÁGICO
  • DIARIO
    • CINE
    • MIS RELATOS
    • CONTACTO
  • MAYORES DE 25
    • MI EXPERIENCIA
    • TÉCN. ESTUDIO
    • DESCARGAS
  • SEMINARIOS ON-LINE
  • ATENCIÓN PERSONAL
  • ¿QUIÉN SOY?

Me tengo que ir, me llaman de arriba.

22 mayo, 2017 escrito por Óscar Parra Deja un comentario

Acabo de ver el vídeo que María Paramés, la madre de José Amián, fallecido junto a Belén Jordana, su novia, en un terrible accidente en un ascensor en Madrid, le ha dedicado a su hijo y no he podido evitar que se me encoja el corazón.
Pero también es cierto que he sentido una enorme admiración hacia estas familias cuya fe nos está dando, a muchos creyentes, una auténtica lección.

A vueltas con la fatalidad.

Estos días me han dado mucho que pensar. La fatalidad existe, aunque no la queramos ver, aunque nos empeñemos en taparla y en pensar que, esas cosas, solamente les ocurren a los demás. Y como ya dije en una postal anterior, estamos en la obligación de disfrutar de este bien tan extraordinario que es la vida.

Deberíamos nacer con esa misión casi en exclusiva: vivir. Apurar nuestros minutos buscando la felicidad en cada pequeña cosa. Y no solo en ocasiones especiales, ¡no hay ocasión más especial que la de despertarse y ser consciente que seguimos vivos! Lo repetiré. No dejes nada para una mejor ocasión. Nunca sabes si llegará.
Lo especial eres tú, no el sitio ni el momento.

Me tengo que ir, me llaman de arriba.
José Amián Paramés y Belén Jordana de Pozas Poole.

Música y catarsis.

Os hablaba del vídeo que María Paramés ha colgado en su muro de Facebook y que os dejo al final de este texto. En realidad es una compilación de fotografías acompañadas de una canción. Una canción que Guillermo, Blanca y Soledad, primos y amigos de la pareja, han adaptado, con permiso del grupo Taburete, y que está resultando ser un bálsamo para el inconmesurable dolor de estas familias. ¿No es conmovedor el poder catártico de la música? La música, tan presente en nuestras vidas que, a veces, ni nos detenemos a valorar todo lo que nos da, ¿verdad?

Por otra parte siento que este drama está sacando a relucir lo mejor de cientos de miles de personas.

Y es que, a pesar de lo que, en ocasiones, nos hacen creer, los seres humanos son buenos por naturaleza. - Compártelo       

La bondad, tan humana como universal.

Sí, todos tenemos nuestras cosas pero, ante el dolor, tendemos a unirnos y a dar lo mejor de nosotros mismos. Como muchos ya sabéis, en breve comienzo mis estudios de Medicina. Y pienso que la base de mi anhelo no es otra que la de querer mitigar el dolor ajeno. De curar las heridas del prójimo. Creo que es algo universal. ¡De veras, pienso que todos tenemos un poquito de médicos en nuestro corazón! No conozco a nadie que sea capaz de pasar de largo ante el dolor de un semejante. Y esto me reafirma; las personas son buenas.

Volviendo al asunto musical, sé que el grupo Taburete, ha cedido amablemente la melodía para esta versión. También cuenta María Paramés que la letra es una adaptación sobre un escrito de Javier Sánchez del Campo, un amigo de la familia. Sencilla y honesta, se nota que la ha creado en un rapto de tremenda inspiración. Ambos gestos son obra de gente buena.
Por mi parte he leído miles de pésames, mensajes de pesar que salían del alma y que hacen que, de algún modo, todos recobremos un poco más la fe en el ser humano.
Sí, a riego de reiterarme, creo poder aseverar que a todos nos gusta ayudar. Tratamos de consolar al que sufre porque el dolor no nos es indiferente. Que nadie os engañe; las personas no somos tan horrorosas como nos hacen pensar algunos imbéciles.

Que la tragedia de Belén y José sea para todos un canto a la vida y a la bondad.

«Me tengo que ir, me llaman de arriba».

Os dejo aquí un enlace para descargar la canción de Belén y José, es preciosa. La he retocado ligeramente ecualizándola y comprimiendo volúmenes. Supongo que es mi humilde modo de tratar de ayudar. Como no tenía título se me ha ocurrido llamarla «Me tengo que ir, me llaman de arriba».

Descargar “Me tengo que ir (tributo a Belén y a José)” MeTengoQueIr.mp3 – Descargado 699 veces – 5 MB


Letra de «Me tengo que ir, me llaman de arriba».

Me tengo que ir,
me llaman de arriba.

es muy difícil, lo sé.
mejor que sea breve.
no intentéis entenderlo,
no dolerá menos.

Me tengo que ir,
llevo compañía,

no voy solo,
me voy con quien quiero,

y ya volamos juntos,
directos al Cielo.

No lo entenderéis,
pero llegó ya mi hora,

me reclaman para que,
desde arriba, os guarde,

aunque me voy,
dentro de vuestro corazón,
ahí me quedo.

Y ya verás mamá,
la que voy a liar,

no habrá ni un alma aquí,
no pendiente de ti,

me pide Dios,
que nunca dejéis de rezar,
que inmensa fuerza y paz,
os va a llegar.

Me tengo que ir,
mamá para ayudarte,

a cuidar de papá y los hermanos,
todo momento,
me sentiréis a vuestro lado.

Estaré ahí,
aunque cueste dormir,

estaré en vuestro pensamiento,
siempre en vosotros,

y me llevaréis dentro,
y os daré la mano.

Y al amanecer, aunque no despertaré,
habré pasado la noche,
en tu regazo, mamá,

cuidando de ti,
de papá y los hermanos,

velando vuestro descanso.

Y ya verás papá,
la que voy a montar,

no habrá ni un alma aquí,
no pendiente de ti,

me pide Dios que,
nunca dejéis de rezar,
que inmensa fuerza abajo,
os va a llegar.

Ya os espero,
y estoy bien acompañado,

de la persona que quiero.

Me tengo que ir,
junto a ella os espero.


El vídeo de María Paramés.

Aquí tenéis el vídeo que María ha dedicado a su hijo. Es emocionante y, como dije al principio, toda una declaración de intenciones respecto a su fe.
Gracias familia, vuestra fortaleza en la fe nos hace fuertes a muchos.

Gracias por vuestro apoyo y consuelo. Gracias a mis sobrinos que han adaptado esta poesía que mi amigo Javier Sanchez del Campohizo para nosotros minutos después del accidente en el que se fueron al cielo nuestro hijo Jose Amian y su novia Belen Jordana de Pozas. Gracias a nuestros queridos sobrinos Guillermo, Blanca y Soledad García Amián que cantan como los ángeles esta preciosa canción. Gracias a mi equipo de bankinter que ha producido el vídeo. Gracias a Taburete por ser el grupo favorito de Belén y José. Gracias por prestarnos la música de su canción "Amos del piano bar". Gracias familia, amigos, Colegio Nuestra Señora del Recuerdo y sobre todo, gracias a José por estar con nosotros 17 años y medio en la tierra. Ahora estás, pero en el Cielo y con Belén. Tus padres.

Publiée par Maria Parames sur Jeudi 18 mai 2017


El poema original.

Me tengo que ir,
me llaman de arriba.

El paso es difícil,
y es mejor hacerlo breve.

No intentéis entenderlo,
no dolerá menos.

Me tengo que ir,
y me llevo compañía.

No me voy solo,
me voy con quien quiero.

Ya volamos juntos,
directos al Cielo.

No intentéis entenderlo,
ha llegado mi hora.

Me reclaman de arriba,
para que desde allí os guarde.

Cuídate mamá,
cuida de todos.

Como siempre has hecho,
como siempre haces,
como siempre harás.

Me tengo que ir,
para poder ayudarte,
a cuidar de papá,
a cuidar de mis hermanos,
a cuidar de quién más quiero.

Me sentirás a tu lado,
cuando te cueste dormir,
estaré en tu pensamiento,
estaré siempre junto a ti.

Y tú me llevarás dentro.
Y cuando abras los ojos,
no vayas a despertarme,
habré pasado la noche,
velando vuestro descanso,
cuidando de mis hermanos,
descansando en tu regazo.

Ya os espero donde debo,
y estoy bien acompañado,
de la persona que quiero.

Me tengo que ir,
y junto a ella te espero.


 

Sección: Mi Diario Aquí se habla de: Belén Jordana, Javier Sánchez del Campo, José Amián, María Paramés, me llaman de arriba, Me tengo que ir, música, Taburete, tragedia ascensor Madrid

Sobre la tristeza.

15 mayo, 2017 escrito por Óscar Parra Deja un comentario

Cuando hace unos días escribí unas palabras sobre la terrorífica tragedia del ascensor ocurrida la semana pasada en Madrid, nunca imaginé que fuesen a ser leídas por cientos de miles de personas. Y eso me ha llevado a reflexionar sobre la tristeza.

Un mundo poblado por seres humanos.

Las reacciones a la postal sobre Belén Jordana y José Amián me han dado varias respuestas. La más importante es que el mundo sigue poblado por seres humanos en toda la extensión de la palabra. A pesar de la monotonía cotidiana, de la corrupción, de las mil noticias que nos asquean a todos, a pesar de los pesares, sí, seguimos siendo humanos. Muy humanos.

Las emociones que ha generado la muerte de los dos jóvenes lo han confirmado; a todos nos ha tocado profundamente en algún rincón del alma.
Y eso me ha llevado a pensar que todos, sentimos del mismo modo. Ojo,no digo que sintamos lo mismo pero sí, de igual modo.
Da igual el lugar de nacimiento, la clase social (a pesar de lo que algunos malnacidos hayan escupido estos días), la raza y el idioma. Las palabras que más veces he leído durante el fin de semana son «tristeza» y «amor».

Dos palabras que la tragedia suele unir indisolublemente con lazo fuerte y, en ocasiones, eterno.

La tristeza.

Somos poco dados a hablar de nuestra tristeza. Tal vez por eso las redes sociales sean una bonita mentira.
Todos sentimos tristeza. Nos visita con cierta regularidad y, casi siempre, acostumbramos a lidiar con ella sumidos en un silencio, rotos de dolor. Solamente ante hechos tan demoledores como la muerte absurda e inesperada, nos atrevemos a mostrar públicamente este sentimiento.
Soy de los que piensan que, las mejores canciones de amor son, precisamente, las de desamor. La tristeza ha sido el motor de los mejores poemas.
Sí, el dolor y la tristeza ajenos nos subyugan, nos atraen porque  nos hace sentir humanos. Y eso es bello. No es el morbo lo que nos lleva a buscar información sobre una tragedia determinada; es la ansiedad de sentirnos vivos, humanos, personas.

La tristeza.
La tristeza.

¿Estás triste?

Objetivamente te diré que casi siempre estarás a tiempo para solucionar cualquier problema. Decía mi amiga, la ya desaparecida estrella Sara Montiel, que, «en la vida, nada, importa nada». Y tenía razón.
También puedo asegurarte que estamos «diseñados» para soportar casi todo. Y que el tiempo pasará y arrastrará tus tristezas, poco a poco.
Pero ahora estás triste. Y tienes derecho a ello. Nadie debe privarte de estar triste. Basta ya de la estúpida dictadura del «tienes que sentirte bien».
Sé que la peor solución es decirte que los motivos de tu pena son tonterías, que te alegres y demás estupideces. Simplemente no funciona. Nunca lo ha hecho.

¿Tienes ganas de llorar? ¡Adelante, llora! Llorar no te va a hacer que recuperes lo perdido ni solucionará tu problema, pero sí te hará vivir el proceso de la tristeza con la intensidad que necesitas para seguir tu camino.

Llorar es imprescindible. Porque el llanto te hace ir asumiendo tu realidad y es un paso más hacia tu recuperación. ¡No hace falta disimular con una sonrisa que no refleja lo que tu alma está pasando en ese momento! A menudo las sonrisas son el reflejo de batallas interiores. Y nadie tiene derecho a decirte las razones por las que no deberías estar así.

Cuando la tristeza es irreparable.

Tenemos que asumir que, a pesar del mundo Disney que nos empeñamos en dibujar, en ocasiones, la vida es una verdadera hija de puta que no da tregua. Lo acabamos de presenciar. Y ocurre a diario. Olvida el karma y demás filosofías. No es verdad. Por experiencia te diré que, en demasiadas ocasiones, el zarpazo más cruel se lo ha llevado quien menos lo merecía.
Sí, a veces tenemos que decir adiós y lo difícil no es decirlo, lo complicado es comprender que esa persona no va a volver.

El dolor hay que enfrentarlo.

¿Te apetece hablar con tus amigos o familiares sobre ello? ¡Hazlo! No tengas reparos. Nadie va a rechazarte por querer hablar de la muerte o desaparación de esa persona tan especial para ti.
Acepta tus sentimientos, sean los que sean. Rabia, tristeza, frustración, tensión, confusión, mareos, aturdimiento, negación, miedo, culpa, soledad. No sentirlo te convertiría en una maldita máquina. Y no, no eres un robot.
Y no te culpes por ser «monotema». ¡Es precioso que desees hablar de esa persona continuamente! Hazlo. Recuérdalo y rememora cosas de la vida que habéis compartido.

Dicen que un recuerdo es una fotografía tomada por el corazón, para que un momento especial dure para siempre. - Compártelo       
 ¡Eso nadie te lo va a quitar jamás!
Tus recuerdos son tuyos. Y, mañana, serán el mayor tesoro que poseerás. Hoy lloras evocando a esa persona, mañana sonreirás con esos mismos recuerdos. Siempre te pertenecerán.
Y créeme, ni la misma muerte podrá arrebatártelos.

Sección: Mi Diario Aquí se habla de: Belén Jordana, José Amián, reflexión, sentimientos, tragedia ascensor Madrid, tristeza

Morir con 17 años.

10 mayo, 2017 escrito por Óscar Parra 13 comentarios

Aún sigo impresionado y conmovido. Mucho.
La muerte de dos jóvenes de 17 años ayer en Madrid de un modo aterrador; cayendo por el hueco del ascensor desde un noveno piso porque una de las paredes se desprendió, es algo que no se asume con facilidad. No es digerible en un mundo, el nuestro, en el que morir con 70 años es ya una tragedia.
Y de hecho me está haciendo reflexionar sobre la muerte. Sobre el destino. Sobre la mala o buena suerte.
Todos vamos a morir. Es una certeza matemática y aceptada (o no). Pero cuando alguien fallece en unas circunstancias tan increíbles como estas me surgen tantas preguntas…

La mala suerte.

Que se desprenda una pared de la cabina de un ascensor es algo surrealista. Nunca antes lo había escuchado. De hecho las posiblidades de sufrir el desplome de un ascensor es de 0,00000015% o lo que es lo mismo, una entre ciento cincuenta millones, imaginaos cuál será la de que se caiga una pared y el suelo. Para cotejar, os cuento que las posibilidades de que te toque el Gordo de Navidad es de 0,00001%, o sea, una entre cien mil.

Pero ayer, en Madrid, ocurrió.

Y a partir de aquí, me pongo a pensar en el sumatorio de circunstancias que se dieron, a cual peor, y ya me parece casi imposible.
Aceptando que la pared se desprenda, ¿no podía haber ocurrido en el bajo o en el primero?
No. En el noveno.
¿No podía haberse desprendido a las dos de la madrugada, cuando nadie usara el ascensor?
No. A las cinco menos cuarto de la tarde, con dos jóvenes en su interior que comenzaban a soñar con un futuro; el de ambos.
¿No podía haber dado el aparato un leve indicio del mal estado antes de entrar?
No, el cacharro estaba prácticamente recién revisado.
Casi todos los chismes que se me han roto en mi vida me llevaban avisando tiempo. De acuerdo, acepto que hay fallos imprevistos pero, maldita sea, ¿tenía que ocurrir en un noveno? ¿En el día que terminaban sus estudios? ¿Y un fallo tan letal? ¿No podría haberse desprendido, por ejemplo, el techo, o haberse agrietado una de las paredes o…?

José Amián y Belén Jordana, que el Señor os tenga en su Gloria.
José Amián y Belén Jordana, que el Señor os tenga en su Gloria.

¿Somos conscientes de lo que tenemos?

A veces me sorprende la facilidad con la que vivimos sin pensar en lo efímero de nuestra existencia. Pasamos los días ensimismados en nuestros problemas, la mayor parte de ellos estupideces banales que olvidaremos en poco tiempo y no somos conscientes de lo maravilloso, la fortuna que tenemos de estar vivos. De despertarnos por la mañana y tener por delante otras 24 horas para decirle a la persona que tenemos al lado que la amamos, de gozar con la luz del sol, con la contemplación de la luna, con la llamada o el mensaje de un amigo.
Pero no.
La maldita fuerza de la costumbre nos hace postergar muchos de esos momentos para una mejor ocasión. ¿Y sabéis? Tal vez nunca llegue. Todo lo que estos dos muchachos tuvieran reservado para un mejor momento, ya no lo harán. Pobrecitos, Dios mío, solo tenían 17 años…
No hay mejor momento que éste, el presente. La vida y la muerte, ambas inesperadas y ambas no solicitadas.

Lo efímero.

Pasado mañana no serán noticia y se convertirán en olvido para la gran mayoría. Habrán pasado por la historia de puntillas, tan efímeros y breves como lo fueron sus vidas. Tal vez los traigamos de nuevo a nuestras mentes cuando se celebre el juicio y alguna empresa aseguradora se tenga que hacer cargo de una cochina indemnización que no consolará, ni un solo segundo, a dos familias que, desde ayer, nunca podrán recuperarse de esta tragedia.
Pero lo cierto es que una negligencia o un cúmulo de circunstancias, que no siempre las cosas tienen un responsable, han segado para siempre dos vidas llenas de ilusiones, sueños y futuros.
No perdáis un minuto y, hoy mismo, decidle a la gente que os importa precisamente eso, que os importa.
Belén, José, que el Señor os acoja en su seno y mande fuerza a vuestras familias. Ahora ya estaréis juntos para toda la Eternidad.
Qué tristeza, joder.


Actualización 23 de Mayo: La familia de los chicos ha publicado una preciosa canción. «Me tengo que ir, me llaman de arriba»

Sección: Mi Diario Aquí se habla de: Belén Jordana, José Amián, muerte, reflexión, tragedia ascensor Madrid

Busca y encontrarás.

MÉDICO EN PROCESO

% de Médico
Medicoblasto
Fecha
82.07%
28-06-2022
Inicio 6º
Fin 6º
% de 6º
71 días
384 días
0%

Otras postales

  • El melanoma y la protección solar.
    25 junio, 2022
    Hace unas semanas, dando un paseo, charlaba con otra persona sobre lo terrible del siguiente dato: de las niñas que iban a mi colegio en EGB, tres […]
    No hay comentarios
  • Ilustración de Joshua Seong. La menopausia.
    21 abril, 2022
    Hoy os voy a contar cuáles son los signos y síntomas de la menopausia. Hay muchas mujeres que se angustian pensando si determinado síntoma es un […]
    1 comentario
  • Hoy toca cine: Gemma Galgani; enfermedad y santidad.
    1 marzo, 2022
    De momento, centrado en 5º de Medicina, voy viendo los avances de, si Dios quiere, mi próxima película: GEMMA GALGANI. Gemma Galgani Se trata de un […]
    No hay comentarios

Días hasta Nochebuena

días
1
7
8
horas
1
1
minutos
3
5
segundos
5
0

Etiquetas más populares

blog estudiante medicinaestudiante de medicinaGemitafamiliaPrimero de MedicinamuerteUCMinvestigaciónTío Pepeacceso mayores 25acúfenoscineCOVID-19Mayores 25cáncerTerapia de Isofrecuenciasreflexióncura acúfenosremedio acúfenosCoronavirusNavidadInspiraciónanatomíaModesta Pérezverano

Lo más leído

  • Morir con 17 años.Morir con 17 años. Aún sigo impresionado y conmovido. Mucho. La muerte de dos… (282.829)
  • Acúfeno, el pitido eterno del que me curé.Acúfeno, el pitido eterno del que me curé. Arranco la financiación del Ensayo Clínico Beethoven. Ocurrió en el… (214.791)
  • Listado de productos CON aceite de palma y su equivalente SIN.Listado de productos CON aceite de palma y su… Actualización Junio 2018: Más de 100.000 visitas atesora este artículo.… (134.633)
  • Del Cine al Hospital. Blog de un estudiante de Medicina.Del Cine al Hospital. Blog de un estudiante de Medicina. (29.530)
  • Apuntes para el acceso a la universidad de mayores de 25.Apuntes para el acceso a la universidad de mayores de 25. ACCESO A LA UNIVERSIDAD MAYORES DE 25 Aquí pondré algunas… (13.640)
  • Aceite de palma: ¿Qué dice la Medicina?Aceite de palma: ¿Qué dice la Medicina? Desde hace unas semanas estamos todos revolucionados con el peligro… (12.216)
  • Ensayo Clínico BeethovenEnsayo Clínico Beethoven ¿Acúfenos...? ¡Hola! Soy Óscar Parra, cineasta y estudiante de Medicina… (10.928)
  • Acceso a Mayores de 25: Lo que me ha servido y lo que no.Acceso a Mayores de 25: Lo que me ha servido y lo que no. Cuando comencé a prepararme, en Octubre de 2016, para las… (10.582)
  • ¿Ibuprofeno, Nolotil, Paracetamol, Enantyum, Voltaren? ¿Qué tomar si duele...?¿Ibuprofeno, Nolotil, Paracetamol, Enantyum,… Hoy os voy a hablar un poquito de estos cuatro… (9.666)
  • ¿Quién soy? ¿Quién soy? Nací un 25 de Enero en Madrid, España, aunque de… (9.037)

Enlaces bonitos

https://dehonproducciones.com/

Mi otro lado, el cine.

https://institutonatividadcano.com/

Visitantes ahora

2 usuarios En línea

Últimos comentarios

  • Óscar Parra en Tercero de Medicina en la UCM: así se forma un médico en España.
  • Paula en Tercero de Medicina en la UCM: así se forma un médico en España.
  • Patricia Alarcon en Acúfeno, el pitido eterno del que me curé.
  • Óscar Parra en No, ya no tengo 18 años… Pero los tuve.
  • Óscar Parra en No, ya no tengo 18 años… Pero los tuve.

Postales por Meses

  • junio 2022 (1)
  • abril 2022 (1)
  • marzo 2022 (1)
  • febrero 2022 (5)
  • enero 2022 (1)
  • diciembre 2021 (3)
  • noviembre 2021 (1)
  • julio 2021 (3)
  • junio 2021 (1)
  • mayo 2021 (1)
  • abril 2021 (5)
  • marzo 2021 (4)
  • febrero 2021 (2)
  • enero 2021 (1)
  • diciembre 2020 (4)
  • octubre 2020 (4)
  • septiembre 2020 (3)
  • agosto 2020 (2)
  • julio 2020 (1)
  • mayo 2020 (3)
  • abril 2020 (2)
  • febrero 2020 (1)
  • diciembre 2019 (3)
  • noviembre 2019 (1)
  • septiembre 2019 (1)
  • agosto 2019 (1)
  • julio 2019 (3)
  • abril 2019 (1)
  • marzo 2019 (2)
  • enero 2019 (2)
  • diciembre 2018 (3)
  • noviembre 2018 (1)
  • octubre 2018 (2)
  • agosto 2018 (1)
  • julio 2018 (3)
  • junio 2018 (6)
  • mayo 2018 (1)
  • abril 2018 (1)
  • marzo 2018 (1)
  • febrero 2018 (2)
  • enero 2018 (1)
  • diciembre 2017 (4)
  • noviembre 2017 (3)
  • octubre 2017 (3)
  • septiembre 2017 (4)
  • agosto 2017 (6)
  • julio 2017 (8)
  • junio 2017 (4)
  • mayo 2017 (10)
  • abril 2017 (6)
  • marzo 2017 (19)
  • enero 2017 (1)
  • diciembre 2016 (1)
  • octubre 2016 (1)

Categorías

  • ADELGAZAR (3)
  • CINE (15)
  • Cuarto de Medicina (23)
  • Divulgación médica (83)
  • Flash (18)
  • Mayores de 25 (16)
  • Medicina Estética (3)
  • Mi Diario (117)
  • Noticias bonitas (5)
  • Primero de Medicina (27)
  • Quinto de Medicina (14)
  • Segundo de Medicina (17)
  • Técnicas de estudio (3)
  • Tercero de Medicina (12)
  • Vídeo Charlas (1)

¿Por qué decidí estudiar Medicina?

Lo cierto es que es un deseo que atesoro desde que era niño. Tan niño que ni siquiera lo recuerdo con claridad. Tal vez tenga algo de «culpa» mi tía Fátima, que me regaló el hospital de Famobil (Playmobil en otros países). O quizás me influyera mi primer médico (entonces se llamaban «médicos de cabecera»), don Ricardo, que me inculcó el amor por la Medicina a base de humor y cariño.

«Sólo el médico y el dramaturgo gozan del raro privilegio de cobrar las desazones que nos dan».
Santiago Ramón y Cajal

Así pues, sin don Santiago lo dice, tiene que ser cierto. De dramaturgo ya ejercí, ¡atento mundo sanitario, que voy!

¿Te gusta lo que ves?

La sal de un blog son sus lectores. ¡Anímate a comentar!

COPYRIGHT © Óscar Parra. El contenido es propiedad intelectual de sus autores.