• Saltar a la navegación principal
  • Saltar al contenido principal
  • Saltar a la barra lateral principal

DEL CINE AL HOSPITAL

Blog de un estudiante de Medicina. Un cineasta entre batas blancas.

  • MEDICINA
    • LA CARRERA
    • 1º MEDICINA
    • 2º MEDICINA
    • 3º MEDICINA
    • 4º MEDICINA
    • DIVULGACIÓN MÉDICA
    • ÚLTIMOS AVANCES
    • PENSAMIENTO MÁGICO
  • DIARIO
    • CINE
    • MIS RELATOS
    • CONTACTO
  • MAYORES DE 25
    • MI EXPERIENCIA
    • TÉCN. ESTUDIO
    • DESCARGAS
  • ATENCIÓN PERSONAL
  • ¿QUIÉN SOY?

Tengo una mala genética… La excusa para no hacer ejercicio.

25 diciembre, 2019 escrito por Óscar Parra Deja un comentario

¿Cuántas veces lo has escuchado? Es estupendo porque así podemos culpar a los antepasados de nuestros problemas (salvo casos reales de enfermedades genéticas heredadas, que son más bien pocas) y librarnos de hacer ejercicio.

Pero la realidad es que no es verdad. Como veis en el gráfico que os aporto aquí, la genética es un 30% responsable de nuestra salud pero nuestro estilo de vida lo es del 40%. Y tiene pinta de ser verdad.

Mi abuelo Modesto y sus 103 años.

Mi abuelo Modesto tiene 103 años, sí, sí, ¡103 años!, que yo digo que eso ya son edades de vampiro. Y ahí sigue el tío. Nació en enero de 1917, vamos, que cuando Modesto nació el Titanic se había hundido hacía 5 años… La cuestión es que, al médico no fue demasiado, su genética no era mala pues su padre falleció mayor también pero… Su estilo de vida y el ambiente físico en que ha vivido la mayor parte de su vida suman un 45% de la responsabilidad sobre su salud. Y eso, de verdad, es lo que hace la diferencia.

Ojo, que el tío fumó tabaco de liar hasta los setenta y tantos, ahí es cierto que intervino su genética para librarle del golpe pero el otro 45%… Ese 45% se lo debe a que siempre ha sido un hombre muy activo. Andador impenitente, se ha pasado la vida triscando por los montes de su Mancha querida. Comiendo productos poco procesados, sí, también, pero sobre todo, lo primero, manteniéndose activo la mayor parte de ese siglo y pico que atesora.

"Tengo mala genética", una excusa estupenda.
«Tengo mala genética», una excusa estupenda.

Una anécdota de Modesto.

Os voy a contar una anécdota de su alimentación… Unas Navidades le regalaron una sandwichera. Al bueno de Modesto le explicamos los rudimentos del cacharro aquel y ahí quedó, tan contento. Bien, ese verano acudí al pueblo de Carrizosa con mi amigo Alberto Grande para hacer una excursión a las célebres Lagunas de Ruidera. A la hora de cenar, ya en el pueblo, acudimos a visitar a mis abuelos, Modesto y Sofía (q.e.p.d.) y el hombre nos recibió contento.

– ¿Qué tal pájaros? ¿Habéis cenao?

– No, abuelo, ahora tomaremos algo.

– No hombreee, ¿queréis que os haga un sanvi?

En ese momento entendí que sanvi era sandwich traducido fonéticamente y asentí. No os niego cierta sorpresa por mi parte. ¡Modesto haciendo sándwiches! Así pues le vimos desaparecer escaleras arriba mientras la abuela me interrogaba sobre novias y amores, que era uno de sus temas favoritos. Pocos minutos después bajaba el abuelo con un plato en el que descansaban dos magníficos sándwiches con su pan de molde tostado y demás. Alberto y yo agradecimos el detalle y agarrando aquel manjar nos fuimos al balcón de la casa de los abuelos para, bajo el hermoso firmamento estrellado de La Mancha, charlar sobre lo humano y lo divino.

Al primer bocado… El horror… Aún lo recuerdo casi con escalofríos. El mordisco fue simultáneo de modo que, los dos nos miramos con los ojos desorbitados y, como activados por un resorte, abrimos aquel emparedado del demonio. En su interior, descansaba una formidable rodaja de pescadilla medio rebozada y frita. Con sus espinas y todo. Casi muero. Las risas y las arcadas se debieron escuchar en Villanueva de los Infantes, a 11 kilómetros. No, mi abuelo Modesto no habría hecho dinero montando una franquicia de sándwiches… ¡Una rodaja de pescadilla frita!

¿Y qué gano haciendo algo de ejercicio?

Las ganancias las veremos, pero no hacer ejercicio lo que da son pérdidas: se pierde vida.

La inactividad física mata en Europa a 600.000 personas cada año. - Compártelo       
 El 41% de los adultos son inactivos. ¿Y sabes qué ganas haciendo un poco de ejercicio? Mantienes alejadas enfermedades cardiovasculares (primer culpable de muerte en el mundo), te alejas de la diabetes tipo 2, de la osteoporosis, del dolor provocado por la artritis reumatoide, de la ansiedad,  y de algunos tipos de cáncer como el de colon, endometrio y mama. Ah, y de la disfunción eréctil. Vamos, que ganas calidad de vida.

¿Y cuánto ejercicio tengo que hacer?

Pues aquí va la solución.

  • Si tienes entre 5 y 17 años, al menos 60 minutos al día. Además 3 días en semana deberías hacer actividades vigorosas.
  • A partir de ahí, al menos 150 minutos de actividad moderada a la semana. O si lo prefieres hora y cuarto de actividad vigorosa a la semana. O sea, haz pesas o algo parecido 2 días en semana. También es importante levantarte cada dos horas del sitio y darte un breve paseo. Fomenta el transporte activo, que no es otra cosa que olvidarte un poco del coche y el autobús y caminar algo.

Como veis no es algo exagerado. Ciento cincuenta minutos a la semana no es para morirse, si queremos evitar el fin de semana, nos sale a 30 minutos al día. Hay tanta evidencia científica de ello que muchos estudios afirman que, el médico, debería prescribir ejercicio igual que te prescribe Paracetamol (Nunan D. BMJ 2016) /  (Patricia P. Katz, Russell Pate. Annals of Internal Medicine 2016).

Recetas de ejercicio.

Os dejo aquí algunas. Y os animo a que las probéis.

  • RECETA PARA FLEXIBILIDAD:  Con esto consigues mejorar la capacidad de hacer actividades de la vida diaria, previenes lesiones y, naturalmente, obtienes un mayor rango de movimiento en tus articulaciones.
    • Frecuencia: 2 o 3 días en semana.
    • Intensidad: estirar hasta que notes tirantez o una leve molestia. ¡LEVE!
    • Duración: 10-30 segundos. 4 veces.

      Distintos ejercicios de estiramiento.
      Distintos ejercicios de estiramiento.
  • RECETA PARA RESISTENCIA: Con esto logras aumentar tu fuerza, se mejora la tensión arterial, mejora el metabolismo de la glucosa, tendrás mejor equilibrio y psicológicamente te encontrarás mejor también.
    • Frecuencia: 2 a 3 veces por semana.
    • Intensidad: depende un poco de tu estado. O sea, que te cueste, que no sea demasiado fácil. Prueba a levantar un peso que solo puedas repetir una vez y ese es tu tope. Quítale algo de peso y comienza.
    • Duración: de 8 a 15 repeticiones. Y entre 2 y 4 series. Debes descansar entre 2 y 3 minutos por serie y dejar 48  horas de descanso antes de entrenar de nuevo.
A éste no le está yendo muy bien...
A éste no le está yendo muy bien…

 

  • RECETA PARA EJERCICIO AERÓBICO:
    • Aquí depende de cómo lo hagas. Si haces un esfuerzo máximo mejorarás tu velocidad y se tonifica el sistema neurovascular. Vamos, eso es si corres a tope (entre el 90% y el 100% de tu capacidad). O sea, corriendo como si te persiguiera el demonio.
    • Si lo haces intenso (de 80% a 90% de tu capacidad), se incrementa tu resistencia anaeróbica. O sea, corriendo.
    • Si lo haces moderado (70%-80% de tu capacidad), mejora la resistencia aeróbica. Te costará menos subir escaleras y cuestas. O sea, no es correr pero casi.
    • Si lo haces suave (mi favorito, entre el 60%-70% de tu capacidad), mejoras la resistencia básica y quemas grasas. O sea, andar con alegría, que tampoco puedas mantener demasiado bien una conversación.

Tal vez lo veáis mejor en esta tablita de resumen.

Tabla de esfuerzo y beneficio.
Tabla de esfuerzo y beneficio.

¿Pero cómo saber cuál es mi tope para entrenar?

Te preguntarás cómo saber cuál es tu intensidad máxima. Es una sencilla operación matemática. Aquí va.

Tu Frecuencia Cardíaca Máxima debe ser el resultado de restar 200 menos tu edad. Por ejemplo. Si tienes 36 años, tu frecuencia cardíaca máxima sería:

FCmax = 220-36; o sea, 184 ppm.

Ahora vamos a calcular la Frecuencia Cardíaca de Reposo. Es sencillo, te tomas las pulsaciones durante 30 segundos, estando de pie y sin moverte y multiplicas por 2. Por ejemplo, te mides 30 segundos en reposo y tienes 37, pues… FCReposo = 37 x 2 = 74 ppm.

Ahora calcularemos la Frecuencia Cardíaca de Reserva, que es la que nos interesa: FCReserva = FCMáxima – FCReposo, en nuestro ejemplo: FCReserva = 184-74, lo que nos daría FCReserva = 110.

Y ahora ya podemos hacer el cálculo que nos interesa.

¿Queremos entrenar al 70% de nuestra capacidad? Pues multiplicamos FCReserva por 0,7. O sea, en el ejemplo, 110 x 0,70 = 77 ppm y ahora le sumamos la FCReposo, o sea: 77 ppm + 74 ppm = 151 ppm. ¡Esas son las pulsaciones por minutos que deberíamos tener mientras entrenamos para llegar a ese 70% de esfuerzo!

Sé que suena complicado, pero sigue paso a paso y verás que es facilísimo.

Hay ya muchos relojes inteligente y otros cacharros que te dicen en todo momento cuál es la frecuencia de tu corazón. Así puedes ver si estás en las pulsaciones adecuadas, si no llegas o si te estás pasando.

Finalmente, si eres hipertenso…

Tengo buenas noticias. El ejercicio aeróbico continuado disminuye 7 mmHg la presión arterial sistólica, lo que reduce tu riesgo de mortalidad en casi un 8%. Pero con cuidado, no debes hacer entrenamientos intensos o de fuerza muy pesados. Si tu hipertensión es mayor de 180/105, NO hagas ejercicio en ese momento.

El ejercicio regular mejora la hipertensión arterial.
El ejercicio regular mejora la hipertensión arterial.

Con 4 días a la semana, moderadamente y a 45 minutos por sesión, tu tensión arterial bajará. Garantizado.

En fin, espero que esto nos haga pensar. Hacer ejercicio exige un esfuerzo, es obvio. Y es molesto, al menos para muchas personas. Aunque, tal vez, sea más molesto estar muerto. 😉

Sección: ADELGAZAR, Divulgación médica, Mi Diario, Tercero de Medicina Aquí se habla de: Alberto Grande, Alberto Grande Trullenque, blog estudiante medicina, Carrizosa, ejercicio, estudiante de medicina, familia, hipertensión, HTA, Lagunas de Ruidera, Modesto, Navidad

Veranos de los ochenta en el pueblo.

14 junio, 2017 escrito por Óscar Parra 4 comentarios

Sumido en este horno crematorio que es Madrid en estos días, está claro que la canícula ha llegado para quedarse. Y tras un fin de semana en el pueblo me he puesto a pensar en aquellos veranos de los ochenta. Sí, los recordados y, por muchos, añorados años ochenta.

Yo soy un niño de los ochenta.

Mis recuerdos de aquella década son una curiosa mezcolanza de sensaciones, descubrimientos, barbaridades e inocencia. Ir al pueblo significaba un viaje de cuatro horas por la nacional IV en el Seat 124 granate de mis padres. Sin aire acondicionado, sin vídeo-juegos y preguntando cada cinco minutos si quedaba mucho. El mayor grado de sofisticación consistía en un bocadillo de tortilla con tomate, en el mejor caso. Mi padre, un señor manchego circunspecto y ahorrador, no tenía ni radio-cassette. Por entonces los viajes no eran aburridos ni entretenidos; eran viajes. Algo inevitable si querías ir a algún sitio. Punto.

Aquella década fue importante para el aquí firmante. Básicamente mi interés se dividía entre los clicks de Famobil, en el primer quinquenio de los ochenta, y en los Cinco de Enid Blyton y el ZX Spectrum y sus juegos, en el segundo lustro. Nada más.
La «movida madrileña«, Almodóvar y su troupe, el seudo-artisteo y demás zarandajos me importaban una soberana mierda. Es más, la mayor parte de todo aquello me parecía una horterada cargada de poses. ¡No me lo creía y eso que tendría once o doce años!
Ya lo dijo Michi Panero: «En esta vida se puede ser de todo menos un coñazo». Y eso, justamente, es lo que me parecía.

Naturalmente, con el paso del tiempo he cambiado de opinión. Ahora no me parece una horterada y un coñazo; ahora sé que lo era.

Verano de los ochenta.
Verano de los ochenta.

Tres meses de vacaciones.

Servidor se largaba (o lo largaban, sería más justo decir), de Madrid a mediados de Junio, más o menos por estas fechas, y volvía, renegrido y asilvestrado, a mediados de septiembre.
Los amigos del pueblo, que eran mis primos en su mayoría, suponían un  mundo exótico para mi.

Mi primo Tomasete sabía mucho de campo, pescaba «cabezones» (renacuajos de rana) con una facilidad de pasmo, en la fuente de «La Mina» y ya fumaba y bebía, el muy cabrón. El primo Teófilo me sorprendía con su humor ácido y destructor y el primo Bienve era blanco indiscriminado de toca clase de bromas-putadas. Es lo que acarrea ser buena persona. Así somos los humanos.
Nos acompañaban mi hermano Jesusete y otro primo, Jesusmari «Capuchilla», los dos más pequeños y por ende, recaderos y esclavos oficiales del grupo.

En el pueblo cada uno tenía su rol. Yo llevaba los clicks y el Spectrum (los libros de los Cinco me los llevaba pero no hablábamos de ello, entendía que a mis primos, habiendo suspendido «religión», como os contaré unas líneas más abajo, no les iba a apetecer demasiado el tema literario…) A cambio ellos me llevaban a bañarme en pozas y ríos a las afueras del pueblo, me enseñaban a mascar candeal para simular chicles, y por encima de todo, a ser un auténtico cabrón con la flora y fauna autóctona. Los niños, siempre tan lindos…

Parte de mis primos y mis clicks de Famobil.
Parte de mis primos y mis clicks de Famobil.

Aún no teníamos pulsiones sexuales por lo que todo era más sencillo. La bragueta solamente se bajaba para regar los rojizos terrones de los Campos de Montiel.
Ni rivalidad ni nada. Simplemente salir por la mañana, ir a la plaza, a las eras o al cerro y echar el rato compartiendo nuestra inocencia.

Por no haber no había ni piscina en el pueblo. Alguna vez nos dimos  un remojón en la alberca de mi abuelo. Pocas pues al tipo le parecía una idea formidable echar a aquella seudo-piscina a su perro y el animal, sin tener sitio al que agarrarse, se lanzaba a desgarrarnos la piel con las uñas, sin mala intención, pero con las ansias de la muerte.
El primer día de vacaciones se preguntaba por el cole (solo ese día). A mi no me quedaba nada para Septiembre; pero a mis primos, indefectiblemente, les suspendían en religión y alguna otra asignatura menor. Era verdaderamente notable. Decían aprobar matemáticas, lengua y demás pero en religión, suspenso que te crió. Naturalmente no era cierto. Pero daba lo mismo.

Tardes a 40º en La Mancha.

A la hora de comer, cada mochuelo a su olivo y tras la siesta, de nuevo a la calle. Sin teléfono móvil, ni GPS, ni tablets, ni redes sociales, ni youtubers que nos dijesen como amenizar nuestras existencias. Me pregunto cómo nos podíamos divertir sin todo eso…
Las últimas horas del día las apurábamos dando paseos por el pueblo o bajando a la granja del abuelo Teófilo a comer pepinos con azúcar y a subir en una de las dos burras, Lourdes y Paloma. Esa era nuestra vida hasta que el crepúsculo extendía su manto por la llanura manchega. Tocaba cenar, en la calle naturalmente. Y continuar.

Noches de verano en el pueblo.

Era la parte emocionante de la jornada. En Madrid, a las diez ya estaba en la cama pero allí, ¡ay amigo, allí!
Unos días hacíamos excursiones de valientes al cementerio, otras llevábamos a algún incauto al río a cazar gamusinos y las más, zanganeabámos en la plaza comentando la llegada de «forasteras y forasteros» al pueblo.
Si teníamos necesidad de adrenalina tocaba llamar a la puerta de algún vecino y salir a escape. Un ejercicio extraordinario para el aparato locomotor. En ocasiones combinábamos este ejercicio con otro clásico: el esconde-correas. Un divertido entretenimiento consistente en esconder una correa para que la buscasen los demás. Una vez hallada, el afortunado disponía del derecho a acribillar a correazos a todos los que no anduviesen listos y pusieran pies en polvorosa. En mi última película, RE-EMIGRANTES, tuve a bien incluir la escena para que no quedase en el olvido. Ahí va.

YouTube player

Las Lagunas de Ruidera.

Otro de los momentos especiales sucedía a mediados de Agosto. En aquellas fechas acudían al pueblo mis primos hermanos, Iván, Miriam, José Carlos y Ana Belén, y  mis tíos, claro, Pepe, Fati, Lourdes, Encarna, Alejandro y el noviete de turno de Lourdes.
Era costumbre ir a pasar unos días a una finca familiar, Tercero, situada en pleno Parque Natural de las Lagunas de Ruidera.
Sin agua corriente ni electricidad, aquello era un auténtico festival de supervivencia. Pero de verdad.

Ríete tú de los programas de supervivientes.
Parte de la familia al inicio de los ochenta, en el pantano de Peñarroya.

Me río yo de «Supervivientes».

Entre los recuerdos que conservo de Tercero, está el del abuelo Modesto rociando la cabeza, a todos los nietos, con insecticida; por si cogíamos algún bicho de los perros o los conejos. Beber agua de la fuente de La Canaleja, esquivando a las avispas, claro, o ir a hacer tus necesidades al monte y terminar limpiándote con una piedra caliza. Un placer para los sentidos.

Eso sí, por entonces yo lo veía tan normal y al regresar a Madrid, en Septiembre, me sorprendía grandemente el hecho de que mis compañeros del Colegio Fray Luis de León no se limpiasen el culo con una piedra en sus vacaciones. - Compártelo       
No sabían lo que se perdían.

Nuestros padres completaban aquel ejercicio de resistencia permitiéndonos disparar armas de fuego reales. Yo tendría once años, ¡y era el mayor de los primos! Coger la escopeta, apuntar a un bote y disparar suponía un acontecimiento único. Al carajo los juegos del Spectrum, allí disparábamos de verdad. Y nada de escopetas de perdigones, no. De cartuchos. Como Dios manda. Así es como se forjaba un hombre de verdad en los ochenta. Así y no haciendo el moña en los antros de la movida.

Otro día os  hablaré de las Ferias y Fiestas de los pueblos en los ochenta; reyertas que dejaban en mantillas a las del Torete por una discusión baladí y del arte de comerse un pollo asado entre ocho para que saliese rentable.

Veranos 80
Mi madre, el abuelo, mi hermano y un servidor.

Sí, los veranos en el pueblo imprimían carácter. Esos fueron mis verdaderos ochenta y me temo que el de millones de niños. Todo lo demás que os cuenta la moderna de Alaska y demás, pamplinas.
Decía el poeta inglés Edwar Thomas que el pasado es la única cosa muerta cuyo aroma es dulce. Y es cierto, a fe mía que lo es.

 

Sección: Mi Diario Aquí se habla de: años 80, Carrizosa, familia, Fátima Pérez, infancia, José Pérez Parra, Lagunas de Ruidera, Lourdes Pérez, Modesta Pérez, Nostalgia, pueblo, Tío Pepe

Pre-inscripción en la Complutense y un fin de semana hermoso.

12 junio, 2017 escrito por Óscar Parra 2 comentarios

Llegó el día, casi  un mes y una semana más tarde que en la UAM, he ido a realizar la pre-inscripción en la Complutense. Y así como el día de la Autónoma no había, literalmente, nadie, hoy tampoco parecía que la gente tuviera prisa por el asunto. Eso sí, una parsimonia digna de un convento de vida contemplativa. ¿Veis cuánta gente hay? Pues bien, he tardado treinta y dos minutos en un trámite que me ha llevado dos.

pre-inscripción en la Complutense
La UCM pre-escribiendo al personal.

No me puedo quejar. Me cuentan que, esta mañana, la app de la URJC se ha puesto estupenda. Escogías, por ejemplo, enfermería y te marcaba una ingeniería. Se ve que la han programado para que analice tu perfil y te pre-inscriba a lo que considere más apropiado para ti…
Pero volviendo a lo mío, lo cierto es que ya he marcado la casilla con el correspondiente 054, código que significa «MEDICINA», y ahora a esperar hasta el 14 de Julio.

Una espera inexplicable.

No acabo de entender esto de las esperas. Me explico. Realizamos el examen el 3 de Marzo, el 10 de Marzo ya estaban las calificaciones. Se sabe que a nuestro cupo se destinan el 3% de las plazas. Se conoce también que el número de plazas de primero son 300. Es decir, 9 plazas para los mayores de 25. Entonces… ¿Por qué esperar hasta mediados de Julio para confirmar si has obtenido plaza o no? ¿Alguien lo sabe?

La pre-inscripción en la Complutense.

Hay dos modos de hacerla,  presencial o mediante correo certificado. Si vas y la llevas en mano, todo bien. La clave, como en todo lo relativo a la administración, es acudir con tu mejor cara de tonto y asegurarte de que está todo correctamente.
La otra opción ya da más miedito…
Para empezar, una de las condiciones de la pre-inscripción es presentar original y fotocopia de tu DNI y de la tarjeta de las pruebas de acceso (las notas). Ni una palabra más. Y aquí surge la duda; siempre teniendo presente que tratamos con la burocracia por lo que TODO, ABSOLUTAMENTE TODO, ES POSIBLE. En el asunto de los originales de DNI y tarjeta de las pruebas de acceso, ¿cómo se solventa en el caso de querer hacer la pre-inscripción vía correo certificado? ¿Hay que hacer fotocopia compulsada? ¿Vale con una simple fotocopia? La web de la universidad no dice ni palabra. Existe, eso sí, un servicio de consultas por correo electrónico con la siguiente dirección: infocom@ucm.es
Así las cosas he decidido preguntar, no por mi, que ya estaba allí, sino por posibles aspirantes que acaben recalando en esta postal. Y la respuesta es que basta con enviar las fotocopias simples (sin compulsas ni historias) por correo certificado. Por cierto, aquí dejo el formulario de este año.

Descargar “Formulario para la pre-inscripción mayores de 25 (2017/2018)”

3-2017-06-08-MAYORES-DE-25-Y-45-2017-2018.pdf – Descargado 440 veces – 34 KB

Descargar “Estudios a los que puedes acceder desde Mayores de 25.”

3-2017-06-08-estudios.pdf – Descargado 424 veces – 15 KB

Ahora solo resta volver a esperar un mes y dos días para conocer si te han concedido la plaza o no.

Un fin de semana estupendo.

El fin de semana he viajado al pueblo de mis ancestros, Carrizosa (C.Real). La verdad es que me ha cundido. El componente melancólico ha estado presente en un par de ellas: la visita al cementerio, lugar de reposo de mi tío Pepe, y Tercero, finca familiar que amontona unos cuantos bellos momentos de mi infancia. Tercero es una parcela situada en pleno Parque Natural de las Lagunas de Ruidera.

La visita al camposanto de Alhambra se está convirtiendo casi en una tradición. Allí, sentado sobre la caldeada lápida de mármol, rezo, charlo, pienso, río y, si se tercia, me emociono. Supongo que, desde fuera, parecerá una estupidez, pero ir allí me hace sentirle cerca.
En el cementerio de Alhambra siempre hace viento. Es inexplicable, ¡pero así es! Sea invierno, verano o primavera, una brisa recorre el santo lugar de parte a parte. A mi me gusta imaginar que esa ventisca tiene el propósito de secar lágrimas y arrastrar tristezas.

Visitando al tío Pepe, en el cementerio de Alhambra.
Visitando al tío Pepe, en el cementerio de Alhambra.

Tercero, el refugio de un trocito de mi infancia.

Un sitio en mitad de la nada. Sin electricidad, ni agua corriente, tan solo naturaleza y recuerdos, muchos recuerdos. Sentarme allí, bajo el enorme chopo que tantas veces contemplase nuestro devenir familiar, hizo que multitud de imágenes me asaltasen al instante. Mis padres, abuelos, primos, tíos; todos pasearon por mi mente en unos minutos.
Si cierro los ojos y me dejo invadir por el trinar de los pájaros o el sonido de las hojas secas acariciadas por el cálido aliento de La Mancha, casi puedo escuchar las pisadas del abuelo Modesto, escopeta al hombro, el rasgueo de la vieja escoba de esparto con la que la abuela Sofía daba un repaso a la puerta del cortijo, la risa grave y contagiosa del tío Pepe, las voces estridentes de la tía Fátima, exigiendo ayuda para fregar, el agudo rugido de la moto de la tía Lourdes, camino abajo a refrescarse al pantano, o el trajinar de mi madre, Modesta, dirigiéndose a la fuente de La Canaleja a por agua con un jarrete de plástico verde.
Todo eso no volverá. Ya es solamente una película que atesoro en mi corazón. Y es precioso acudir, de vez en cuando, a los «decorados» de aquel inolvidable film…

Gemita y yo, de fondo la desvencijada casita de Tercero.
Gemita y yo, de fondo la desvencijada casita de Tercero.

Dice Milan Kundera que el crepúsculo de la desaparición lo baña todo con la magia de la nostalgia. - Compártelo       
Y no le falta razón.

Gracias a Dios tengo una vida presente cargada de amor y alegría que, en un tiempo futuro, también será un recuerdo extraordinario. Y es que, lo que de verdad me pondría triste, es no tener nada que añorar; símbolo fatal de una vida de mierda.

Sección: Mayores de 25, Mi Diario, Primero de Medicina Aquí se habla de: blog estudiante medicina, familia, Gemita, Lagunas de Ruidera, Nostalgia, Pantano Peñarroya, pre-inscripción, Primero de Medicina, Tío Pepe, UCM

Busca y encontrarás.

MÉDICO EN PROCESO

% de Médico
Medicoblasto
Fecha
92.36%
07-02-2023
Inicio 6º
Fin 6º
% de 6º
153 días
164 días
48.26%

Otras postales

  • El tío Pepe, junto a su hermana, la tía Lourdes y un servidor, en "el cortijo". Ocho años sin mi tío Pepe.
    11 diciembre, 2022
    Anoche me fui razonablemente pronto a la cama. Mañana lunes tengo un examen final de Medicina (farmacología clínica) y mis días en la actualidad se […]
    No hay comentarios
  • La historia 253536
    1 diciembre, 2022
    Este año, en mi nuevo cortometraje navideño, he tratado de aunar Medicina con Religión. Después de todo, en mi vida son dos pilares fundamentales. […]
    No hay comentarios
  • Dormir con acúfenos.
    7 agosto, 2022
    Lo sé; es posiblemente el peor instante del día. Yo ya pasé por ahí y lo recuerdo con verdadero terror. El momento de meterme en la cama era una […]
    No hay comentarios

Días hasta Nochebuena

días
3
1
9
horas
0
6
minutos
4
9
segundos
4
8

Etiquetas más populares

blog estudiante medicinaestudiante de medicinaGemitafamiliaPrimero de MedicinamuerteinvestigaciónUCMTío Pepeacúfenosacceso mayores 25cineCOVID-19InspiraciónMayores 25NavidadcáncerTerapia de Isofrecuenciasremedio acúfenosCoronaviruscura acúfenosreflexiónModesta PérezJosé Pérez Parraexámenes

Lo más leído

  • Morir con 17 años.Morir con 17 años. Aún sigo impresionado y conmovido. Mucho. La muerte de dos… (283.167)
  • Acúfeno, el pitido eterno del que me curé.Acúfeno, el pitido eterno del que me curé. Arranco la financiación del Ensayo Clínico Beethoven. Ocurrió en el… (220.889)
  • Listado de productos CON aceite de palma y su equivalente SIN.Listado de productos CON aceite de palma y su… Actualización Junio 2018: Más de 100.000 visitas atesora este artículo.… (135.469)
  • Del Cine al Hospital. Blog de un estudiante de Medicina.Del Cine al Hospital. Blog de un estudiante de Medicina. (33.508)
  • ¿Ibuprofeno, Nolotil, Paracetamol, Enantyum, Voltaren? ¿Qué tomar si duele...?¿Ibuprofeno, Nolotil, Paracetamol, Enantyum,… Hoy os voy a hablar un poquito de estos cuatro… (16.945)
  • Apuntes para el acceso a la universidad de mayores de 25.Apuntes para el acceso a la universidad de mayores de 25. ACCESO A LA UNIVERSIDAD MAYORES DE 25 Aquí pondré algunas… (14.804)
  • Aceite de palma: ¿Qué dice la Medicina?Aceite de palma: ¿Qué dice la Medicina? Desde hace unas semanas estamos todos revolucionados con el peligro… (12.271)
  • Ensayo Clínico BeethovenEnsayo Clínico Beethoven ¿Acúfenos...? ¡Hola! Soy Óscar Parra, cineasta y estudiante de Medicina… (11.313)
  • Acceso a Mayores de 25: Lo que me ha servido y lo que no.Acceso a Mayores de 25: Lo que me ha servido y lo que no. Cuando comencé a prepararme, en Octubre de 2016, para las… (10.828)
  • ¿Quién soy?¿Quién soy? Nací un 25 de Enero en Madrid, España, aunque de… (9.502)

Enlaces bonitos

Psicólogos Destacados

Sara Oneca [psicóloga]

DEHON Cinema PC

Mi otro lado, el cine.

Instituto Natividad Cano

Visitantes ahora

1 usuario En línea

Últimos comentarios

  • Sofia Fernandez en Dos años sin ti: José Pérez Parra.
  • Óscar Parra en Dos años sin ti: José Pérez Parra.
  • Óscar Parra en Cuatro signos de ALARMA del dolor de cabeza.
  • Angel Seijas en Cuatro signos de ALARMA del dolor de cabeza.
  • Sofia Fernandez en Dos años sin ti: José Pérez Parra.

Postales por Meses

  • diciembre 2022 (2)
  • agosto 2022 (1)
  • junio 2022 (1)
  • abril 2022 (1)
  • marzo 2022 (1)
  • febrero 2022 (5)
  • enero 2022 (1)
  • diciembre 2021 (3)
  • noviembre 2021 (1)
  • julio 2021 (3)
  • junio 2021 (1)
  • mayo 2021 (1)
  • abril 2021 (5)
  • marzo 2021 (4)
  • febrero 2021 (2)
  • enero 2021 (1)
  • diciembre 2020 (4)
  • octubre 2020 (4)
  • septiembre 2020 (3)
  • agosto 2020 (2)
  • julio 2020 (1)
  • mayo 2020 (3)
  • abril 2020 (2)
  • febrero 2020 (1)
  • diciembre 2019 (3)
  • noviembre 2019 (1)
  • septiembre 2019 (1)
  • agosto 2019 (1)
  • julio 2019 (3)
  • abril 2019 (1)
  • marzo 2019 (2)
  • enero 2019 (2)
  • diciembre 2018 (3)
  • noviembre 2018 (1)
  • octubre 2018 (2)
  • agosto 2018 (1)
  • julio 2018 (3)
  • junio 2018 (6)
  • mayo 2018 (1)
  • abril 2018 (1)
  • marzo 2018 (1)
  • febrero 2018 (2)
  • enero 2018 (1)
  • diciembre 2017 (4)
  • noviembre 2017 (3)
  • octubre 2017 (3)
  • septiembre 2017 (4)
  • agosto 2017 (6)
  • julio 2017 (8)
  • junio 2017 (4)
  • mayo 2017 (10)
  • abril 2017 (6)
  • marzo 2017 (19)
  • enero 2017 (1)
  • diciembre 2016 (1)
  • octubre 2016 (1)

Categorías

  • ADELGAZAR (3)
  • CINE (16)
  • Cuarto de Medicina (23)
  • Divulgación médica (84)
  • Flash (18)
  • Mayores de 25 (16)
  • MEDICINA 6 (3)
  • Medicina Estética (3)
  • Mi Diario (120)
  • Noticias bonitas (5)
  • Primero de Medicina (27)
  • Quinto de Medicina (14)
  • Segundo de Medicina (17)
  • Técnicas de estudio (3)
  • Tercero de Medicina (12)
  • Vídeo Charlas (1)

¿Por qué decidí estudiar Medicina?

Lo cierto es que es un deseo que atesoro desde que era niño. Tan niño que ni siquiera lo recuerdo con claridad. Tal vez tenga algo de «culpa» mi tía Fátima, que me regaló el hospital de Famobil (Playmobil en otros países). O quizás me influyera mi primer médico (entonces se llamaban «médicos de cabecera»), don Ricardo, que me inculcó el amor por la Medicina a base de humor y cariño.

«Sólo el médico y el dramaturgo gozan del raro privilegio de cobrar las desazones que nos dan».
Santiago Ramón y Cajal

Así pues, sin don Santiago lo dice, tiene que ser cierto. De dramaturgo ya ejercí, ¡atento mundo sanitario, que voy!

¿Te gusta lo que ves?

La sal de un blog son sus lectores. ¡Anímate a comentar!

COPYRIGHT © Óscar Parra. El contenido es propiedad intelectual de sus autores.