Puesto el punto y final a cuarto de Medicina, literalmente hecho «en línea», salvo las prácticas clínicas, os voy a contar, como hago cada año, en qué consiste este cuarto año en la carera de Medicina.
Vives, respiras y sueñas con Medicina.
Ahora ya sí, todo es Medicina. Lejos quedan las tortuosas bioquímicas y demás de los primeros años. Ahora, estás de lleno metido en el mundo de la Medicina. Y cuando digo de lleno, es de lleno. Todas las asignaturas cuentan con un mínimo de 200 páginas por parcial. La mayoría, de hecho, pasan tranquilamente las 300 páginas. Este dato, unido al nefasto reparto de exámenes en el calendario hace que pases el curso con la sensación de estar estudiando perpetuamente. Es cierto que el periodo navideño es algo más tranquilo que en años anteriores puesto que no tienes exámenes nada más acabar las navidades (un par de semanas después, sí). Pero aún así, la impresión de estar todo el curso estudiando sin parar acaba instalándose. Esto es importante porque, tal y como pude constatar con varios alumnos más, a mediados o finales de marzo, llega por vez primera la sensación de estar muy quemado (síndrome de burnout).
Es un hecho que, la inmensa mayoría de estudiantes de Medicina en cuarto curso tienen ya como única meta aprobar por encima de aprender. Un dato alarmante que debería hacer reflexionar a quién corresponda pero que no lo hará. En fin, esto es lo que hay. Cuarto se convierte en una carrera de obstáculos y tu finalidad es sortearlos sin detenerte a contemplar si el estudio está siendo o no eficaz para tu formación; ¿examen aprobado? Estupendo: a otra cosa mariposa y no me vuelvas a hablar de esa asignatura. Nunca. Jamás en tu vida. Una pena.

Primeras rotaciones reales.
En cuarto ya sí, comienzas a rotar por un par de servicios. A integrarte como parte de un equipo médico real. A ver la realidad de los pacientes y de los médicos; en resumen, a degustar lo que será tu futuro profesional y vital en un par de años. Naturalmente aquí la diversidad de opiniones está ligada al servicio que te toque y si éste te agrada o no. Yo he tenido suerte y he rotado por Cirugía General y por Oncología. Dos servicios en los que he aprendido mucho.
Cirugía general.
La primera vez en un quirófano es impresionante. Lejos de la idea cinematográfica de un lugar con una tensión casi insoportable, los quirófanos son lugares de trabajo concienzudo pero ambiente estupendo. Con música de fondo y conversaciones tan banales como las de cualquier otra profesión. Eso sí, un frío espantoso y el deber ineludible de no tocar «lo verde» para no contaminar al paciente. Como anécdota os cuento que, la primera vez que vi a una cirujana rascarse la nariz contra la espalda de un compañero estuve a punto de estallar en carcajadas. La siguiente vez, una enfermera se rascó directamente el apéndice nasal contra la pared de la sala. Otra curiosidad destacable es la escasa cantidad de sangre que, al menos en mi caso, he visto en las intervenciones quirúrgicas. Como le comenté a uno de los extraordinarios cirujanos con los que roté: Oiga, sangro yo más afeitándome que esta paciente. Y se le estaba haciendo una colectomía (extirpando una parte importante del colon). En otra ocasión asistí a una operación bastante común, la extirpación del tiroides (tiroidectomía) y, de nuevo, quedé asombrado por el escaso sangrado. Me he cortado yo con un folio en el dedo y he sangrado más.
En oncología, ya os conté en esta postal. En resumen, ¡me ha encantado! Y creo que no ha sido solo a mí, habida cuenta de lo que se ve en las encuestas que podéis ver al final de esta postal.
Cuarto de Medicina: asignatura por asignatura.
Vamos ya con el desglose de cuarto de Medicina.
- OFTALMOLOGÍA: Sin lugar a dudas, la asignatura «María» del año. Y no porque no haya que estudiarla o porque la materia sea excesivamente sencilla, sino porque los responsables de la misma hacen todo lo posible por ayudar al alumno a superarla. La asignatura te deja un sabor agridulce, como las cebolletas en vinagre. Por un lado se hace excesivamente corta. Te invade la sensación de ¿y esto es todo…?. Y por otro lamentas que no haya más profesores como el doctor Del Río Hermann, que además de ser una eminencia en la materia, tiene muy claro el objetivo de la materia y pone todos los recursos para que nadie se quede atrás. En resumen, que se esfuerza por sus alumnos. Y que, el buen hombre, no quiere que suspendas.
- PATOLOGÍA MÉDICA: Al cargo de los doctores Francisco Fernández-Avilés y Rafael Bañares Cañizares, esta asignatura se caracteriza por ser impartida por un millón de profesores. Al final, y más en modo telemático, acabas por no conocer a nadie. Fernández-Avilés procura que sus clases sean un permanente repaso a la materia que, teóricamente, te has leído la tarde anterior. Algo así como ir repasando el Quijote día a día. La parte de digestivo, llevada con alegría e ilusión por el doctor Bañares, fue entretenida e interesante. También es cierto que es la primera parte de la materia y te coge con fuerza. Afortunadamente dividieron la materia en 3 bloques, digestivo, circulatorio / cardiología y neumología. Algo que, si tuviésemos que hacer en un solo examen sería más jodido que tejer a mano las chanclas de King-Kong. En los exámenes, suelen preguntar lo que explican, lo que es una maravilla. Tienen la costumbre, eso sí, de darte un documento con decenas de preguntas, unos días antes del examen. De ahí te ponen un segundo examen en el que debes sacar un mínimo de 9 para aprobar.
- PATOLOGÍA QUIRÚRGICA: Muy parecida a la anterior. En ocasiones, de hecho, se solapan. La dificultad de ésta radica en que hay que aprenderse cientos de técnicas quirúrgicas y sus nombres; vamos, lo que llamamos «listas de la compra». Un ejercicio puro y duro de memoria. Este año han hecho los exámenes presenciales y, al mismo tiempo, con el ordenador. O sea, ibas a la facultad con tu portátil y ahí hacías el test. La asignatura está a cargo de los doctores González Bayón y Pinto González. Al igual que con patología médica, aquí hay más gente que en la guerra. Y a fuerza de ser todo vía ordenador, ya no sabes quién es quién.
- ORL (OTORRINOLARINGOLOGÍA): Se encarga de la misma el doctor Miguel Arístegui Ruiz. Tal y como podéis apreciar en las encuestas ha sido la asignatura peor valorada por los alumnos (un 52,3%) . Y tengo que reconocer que la encuesta refleja fielmente el desastre. La docencia ha sido de nula utilidad. Resumida en subir presentaciones al campus virtual con mayor o menor acierto y conectarse a la hora de clase para preguntar si había alguna duda. Algunas de esas «clases magistrales» duraron 13 minutos… A eso se le añade la desidia más absoluta para con el alumnado. El desinterés mayúsculo en los mismos, en ocasiones bordeando ya con la mala educación. Correos con dudas sin contestar jamás por parte de algunos profesores como la doctora Aránguez, sumado a las inexistentes ganas de permitir que participásemos en la práctica clínica amparándose en la situación COVID-19 (que parece que solo aplicaba a su departamento y no a ninguno otro). Ser docente en la Universidad Complutense de Madrid debería servir algo más que para engordar su currículo, doctor… En fin, una verdadera calamidad que se coronó haciendo un examen tremendo como respuesta al absentismo general a la asignatura, algo normal cuando la «clase magistral» se resume en preguntar, ¿tenéis alguna duda de lo que colgué ayer?. ¿El resultado? Más de 30 alumnos suspendidos (26,27%) y una miríada de notas bordeando el cinco (21%). En otras palabras, más del 46% de los alumnos con notas entre el 2 y el 5. Esto podría parecer normal de no ser porque, cualquier alumno de Medicina ha llegado hasta aquí con una media de 13 puntos sobre 14. Vamos, que cuando hay una cantidad de «cincos» tan enorme y otros tantos suspensos, obviamente hay que buscar respuestas al otro lado de la pantalla… Resumiendo: una materia que, a mí me parece muy interesante impartida por un departamento a olvidar. Sin lugar a dudas lo peor visto en toda la carrera.
- GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA: Llegamos a la bestia negra de cuarto en el Gregorio Marañón. Un buen amigo mío, médico ya, me dijo hace un par de años: aprobando farmacología y ginecología, la carrera la tienes hecha. Supuse que exageraba, pero visto lo visto, creo que el bueno del doctor Julio Arias estaba en lo cierto, salvo que 5º o 6º me reserven alguna sorpresita. La asignatura es tremendamente interesante. Eso es algo que a la mayor parte de los alumnos nos ha parecido. Pero no es menos verdad que el nivel de dificultad de la asignatura es endiablado. O te lo tomas muy en serio desde el primer día o aprobar es más complicado que aclarar quién mató a Moctezuma. Con una media de 15 repetidores por año, a cargo de la misma, jefe de sección y futuro catedrático, el doctor Juan Antonio León Luis, divide la asignatura en dos partes. Obstetricia, que es apasionante y ginecología. No os dejéis engañar por cantos de sirena respecto a que una parte es más fácil que la otra: las dos son muy complicadas y hay que estudiarlas desde el primer día. De no hacerlo luego llegan los llantos. Ojo, no es imposible aprobar tampoco. De hecho, me mejor amigo, Jesús Lozano, la ha superado con Matrícula de Honor, pero claro, es que el año pasado también sacó Matrícula en Farmacología… Este tío no es normal. Yo hablo de simples mortales. El doctor León oferta una variedad importante de talleres para vivir la asignatura plenamente: parto vaginal, cuantificación hemática, exploración ginecológica… Los docentes son más que competentes, ahí no radica la dificultad. El problema real son las más de 700 páginas de la asignatura. En resumen; o estudias o te la vas a llevar a casa como muchos de los repetidores que hemos visto este año… Ojito.
- ANESTESIA: Mucho cuidado. Nos vendieron que era una «María» y resultó que no. La materia en sí es muy interesante, de eso no cabe duda alguna. De profesores no os puedo hablar por el tema de la docencia en línea. El problema de anestesia ha estado en que nos pusieron el examen final (y único) dos días después del segundo parcial de ginecología con lo que, la inmensa mayoría tuvimos literalmente dos días para estudiar la materia. Algo a todas luces casi imposible. Pero en fin, se produjo el milagro y la inmensa mayoría ha aprobado.
- PRÁCTICA CLÍNICA: La perita en dulce del año. Compartir el día a día con pacientes y médicos. Vivir el sufrimiento y la alegría de primera mano. Irte a casa dando vueltas a un caso. Pensar en la vida de ese paciente que se está apagando. Sonreír cuando a alguien se le dice que está curado del todo. En fin, la vida real de la Medicina. Un placer enorme. Sí, hubo que luchar un poco porque algunos gerentes no estaban dispuestos a que los estudiantes fuesen a prácticas pero al final se impuso el sentido común. ¿De qué sirve aislarnos de la COVID-19 si en un par de años nos vamos a tener que enfrentar?

Consejos si vas a hacer cuarto este año.
¿Es más difícil que tercero? No sé qué decir. Es más intenso. Como digo la materia es casi inabarcable. En los exámenes se suelen dar 45 segundos por pregunta, lo que no es demasiado y algunos criterios para aprobar son, claramente, abusivos. Pero sigo pensando que el peor curso fue segundo. Claro, es mi opinión, de hecho en las encuestas, el 29,5% de mis compañeros creen que el más difícil ha sido cuarto. Igual tienen razón, pero en cuarto, al menos, estás aprendiendo Medicina pura y dura. Es muy exigente, eso sí. O sea, es un curso para no descansar. Y para quemarte.
Libros para cuarto de Medicina.
Sabéis que no suelo recomendar libros pues al final, los profesores acaban preguntando casi exclusivamente sobre la materia que ellos explican. Destacaría, en todo caso, los libros de las distintas academias del MIR. Tienen preguntas y los conceptos están explicados con claridad pero… Esto es la Complutense y, por increíble que os parezca, los libros del MIR se quedan cortos.
En resumen, ya casi en quinto de Medicina, comienzo a atisbar el final del camino. Y la sensación es muy pero que muy buena y reconfortante. Ya soy 2/3 de médico. ¡A por lo que queda!
Unas sencillas estadísticas de lo que opinan los estudiantes de cuarto sobre este curso.