Ya ha pasado la primera semana en Medicina, ya hemos completado el 1,6% del primer curso. La verdad es que ha sido emocionante e intenso. El primer día fue una breve introducción, tal y como os conté aquí. Pero a partir del segundo, tal y como imaginaba, aquello tomó cuerpo. Empezamos a lo grande: una compañera se desmayó en clase de Anatomía. Y no, no habíamos visto muertos. Como me cogió cerca y el profesor pidió que la sacásemos de allí, pues eso hice. A continuación nos cayó una pequeña bronca porque la pobre chica no había desayunado y, claro, ¡hay que venir nutrido de casa! 🙂 No le volverá a pasar, seguro.
¿Era para tanto Física Médica?
Tengo dos noticias. Una buena y otra mala. La buena es que, tras las primeras clases, ya no me asusta tanto. La mala es que no me asusta tanto porque bioquímica me ha terminado de aterrar… Pero no pasa nada; saldré adelante.
¿Qué tal los profesores?
Francamente, o he tenido mucha suerte o es que el nivel de la UCM es excepcional. No tengo un pero para nadie. Se detecta que tienen interés por enseñar, que se preocupan de que, realmente, aprendamos y que tienen la honestidad como bandera. Unos con más gracejo que otros pero el nivel formativo, que es lo que cuenta, excelente.
Particularmente el profesorado de Anatomía me tiene fascinado. Pero claro, también es que la asignatura está entre mis favoritas.
Y ahora, la pregunta que todo el mudo se hace…
Sí, la respuesta es sí; ya hemos visto cadáveres. Fue el viernes y fue una experiencia bonita. Los profesores Fermín Viejo y Fran Valderrama nos explicaron las normas para acceder a las salas de disección y, posteriormente, las técnicos del Departamento del Centro de Donación de Cuerpos y Salas de Disección (CDC y SD), amablemente nos mostraron todo el proceso desde que llega el cuerpo de un difunto al centro hasta que éste está preparado para su disección por los estudiantes. Es algo que solo se ve una vez en la vida porque, obviamente, aquello no es un parque temático. ¿Me impresionó? Bueno, en lo físico no. Tal vez en lo emocional. Ves a decenas de personas metidas en bolsas de plástico y no puedes dejar de pensar que, un día estuvieron llenos de vida, de ilusiones, de emociones, que amaron y fueron amados…
Me impactó muy positivamente lo pulcro y limpio que estaba todo. El cuidado y el respeto con el que se trata a los donantes, el elevadísimo nivel de higiene que manejan. Vamos, como diría Torrente, que allí se pueden comer sopas en el suelo. Muy, muy contento.
El Museo de Anatomía Javier Puerta.
Y para terminar el viernes tuvimos una visita guiada al Museo de Anatomía Javier Puerta. ¡Un lujo! A destacar la colección de esculturas en cera policromada de finales del siglo XVIII, pertenecientes a la escuela italiana, las colecciones óseas de diferentes etapas de la vida prenatal y postnatal, entre las que destacan los cráneos de la denominada “Colección Olóriz”, de carácter antropológico. Además entre los fondos del museo se encuentran las primitivas mesas de disección del gran anfiteatro del Colegio de Cirugía de San Carlos, algunas labradas con el nombre del profesor que disecó en ellas y distinto material accesorio de aquella época, como el carro de transporte de cadáveres a las aulas para explicar en ellas sobre un cadáver disecado.
Particularmente me llamó la atención la presencia de dos esqueletos perfectamente conservados, uno denominado “gigante extremeño” y otro perteneciente a un granadero francés de la guerra de la independencia, ambos aportados al Museo por Pedro González de Velasco. Y hablando del doctor González de Velasco…
La leyenda del doctor Pedro González de Velasco.
La brillante trayectoria profesional del doctor se vio ensombrecida en lo personal al enfermar su hija Concha, de 15 años de edad, de tifus. Viendo que los tratamientos del doctor Benavente, otro eminente médico y padre de Jacinto, por cierto, no funcionaban, él mismo le administró un purgante (en contra del consejo de Benavente) que finalmente le causó la muerte a la joven. Eran las cuatro y cuarto de la madrugada del 14 de Mayo de 1864.
Según cuenta el periódico ABC, antes de ser enterrada, el Dr. Velasco utilizó todos sus conocimientos técnicos en la materia para embalsamar a la niña. El famoso anatomista, en ese sentido, nunca llegó a superar la muerte de su hija, e inundó su vida de retratos y fotografías de ella. Cualquier rincón de su casa, y de hasta su carruaje, contaba con la imagen de Concha. Una vez terminada la mansión, en 1875, incluso construyó en su interior una capilla en su honor. La obsesión del doctor llegó al punto de exhumar el cadáver once años después y transportarlo a su casa desde el Cementerio de San Isidro, con el absoluto rechazo de su mujer, cosa que ignoró completamente.

Según un relato del Dr. Pulido, uno de los profesionales más reputados de la época, cuando en una mañana de 1875 se abrió el ataúd, se encontraron con un cuerpo perfectamente conservado, de una naturaleza macabra. El Dr. Velasco, dicen, no pudo reprimirse y se abalanzó sobre el cuerpo, que abrazó con cuidado, proyectando una felicidad radiante y extraña.
Una muerta sentada a la mesa.
Velasco, ya lejos de cualquier atisbo de cordura, decidió que no volvería a separarse de su hija, y que ésta le acompañaría el resto de su vida, aunque fuera en ese estado: como una momia. Así, el cuerpo de Concha estuvo expuesto en una de las salas de la mansión, y una vez completado el proceso de momificación de forma efectiva, su padre ordenó que la vistieran, maquillaran, peinaran y adornaran con las más exclusivas joyas. Todo para recobrar un aspecto humano.
Cuentan las crónicas de entonces que el Dr. Velasco hablaba con ella, la sentaba a la mesa y hasta la llevaba a pasear al parque del Retiro. Incluso se dice que fue visto con el antiguo novio de la niña, el también doctor Nuñez Sedeño, subiendo por la noche a un carruaje con el cuerpo de una mujer inerte vestida de novia. ¿Qué os parece el asunto…?
Si te ha interesado la historia del doctor Velasco, echa un vistazo a este interesante artículo de la Revista de la Escuela de Medicina Legal (UCM)
Descargar “Leyenda y realidad de la momia de la hija del Doctor Velasco.”
24052-24071-1-PB.pdf – Descargado 447 veces – 1 MBY eso ha sido todo en esta primera semana. ¡Muy emocionante! ¿Verdad?
Fotografía propiedad del periódico ABC.