La verdad es que el trato con los pacientes es un mundo aparte. A mí particularmente, me encanta. Pero es cierto que hay muchos médicos a los que, directamente, no les gusta. No pasa nada, para eso hay especialidades como Anatomía Patológica o forense…
Cinco curiosidades con pacientes.
Os voy a contar cinco curiosidades que he vivido en estos años de Medicina. Y una de ellas, totalmente sexual.
- «A mí es que no me gusta tomar pastillas». Esa es una de mis frases preferidas. ¿Pero es que a alguien le gusta medicarse? Siempre que escucho esto, sonrío y recuerdo a un tipo que conocí en mi mundo cinematográfico. Pues bien, la cosa es que el susodicho se excusó de acudir al tanatorio a acompañarme en el velatorio de mi tío Pepe, diciendo: «Perdona por no ir, pero es que a mí no me gustan los tanatorios». No puede callarme y se lo dije: «A mí tampoco».
- «No, doctor. Esta es la primera vez que me operan de algo». Decía el terrible y televisivo doctor House que, el paciente siempre miente. No estoy de acuerdo. Pero la realidad es que, algunos (¿demasiados?), sí lo hacen. Algo que me resulta incomprensible. Lo más bárbaro que he visto fue que, en mitad de una rinoplastia, el cirujano tuvo que extraer cartílago de la oreja del paciente. Algo que, por cierto, se hace con frecuencia. Cuando abrió nos encontramos con la sorpresa. ¡El tipo se había operado también las orejas y por tanto su cartílago era casi inexistente! Naturalmente, al revisar el historial del paciente, éste había negado todo tipo de intervención quirúrgica. ¿El resultado? Hubo que extraer cartílago también de la otra oreja. Si lo hubiese dicho, directamente no se le habrían abierto las orejas y se habría cogido lo necesario de una de sus costillas. Resumen: no mientas al médico, ¡que es peor para ti!
- «Doctor, no me mande esas pastillas, que ya estoy tomando unas del herbolario». ¿Qué decir en este caso? Pues nada, caballero. Es usted muy libre… O esta, que también me parece maravillosa: «Quería comentarle una cosa, voy a dejar de tomar los antidepresivos. Llevo un mes y desde hace una semana más o menos estoy mucho mejor porque estoy acudiendo a un amigo homeópata que me está tratando«. Os voy a contar algo: los antidepresivos no son de efecto inmediato. Hacen efecto a las tres semanas de tratamiento… Pero oye, que la homeopatía era lo que estaba solucionando la depresión…
- En Urgencias… «Es que esta tarde he comenzado a sangrar por la nariz y he leído en Google que podría ser un síntoma de cáncer o de ictus…». Comprensible, lo reconozco. Pero en un mundo en el que, cada vez más, nos movemos hacia una visión personalizada de la Medicina, leer en Internet solo puede llevarte al desastre. No, entre las miles de causas de una epistaxis (sangrado por la nariz), el cáncer ocupa las últimas posiciones en probabilidad.
- Y para el final dejo una consulta que me dejó perplejo. Una paciente acude a revisión de una dolorosa fisura anal. Tras examinarla y constatar que la fisura presentaba ya buen aspecto, mientras se terminaba de subir los pantalones, la señorita nos confesó algo del todo inesperado para mí: «La verdad es que desde que mi novio me da por detrás, voy mucho mejor de la fisura». Me quedé atónito. No por la confesión en sí; las prácticas sexuales de cada persona son un mundo aparte y muy particular. Lo que me dejó atónito fue que la paciente pensase que, con una fisura en el ano, el hecho de practicar sexo anal estuviese favoreciendo su curación. Naturalmente no dije nada. Asentí con cara de póker mientras me deshacía de los guantes. Al marcharse, miré a la médico con una expresión de, ¡¡¡Pero doctora, ¿qué está diciendo esta mujer?!! Lo mejor estaba por llegar. La doctora, con gesto circunspecto, afirmó. «Sí, la paciente tiene razón, Óscar». Mi cara era un poema. La mandíbula me colgaba hasta casi tocar mi esternón. Ante mi cara de asombro, la mujer sonrió. «Sí, mira. El hecho de practicar sexo anal logra que la zona se irrigue con más frecuencia, lo que hace que la fisura reciba un mayor aporte de sangre y eso contribuye a su curación.» Fue una gran lección. De hecho, según me contó, en ocasiones a los pacientes con ese problema se les introducen dos dedos en el ano, precisamente para provocar esa hiperemia en el ano y acelerar la curación. Ver para creer.
Y a ti, ¿qué es lo más curioso que te ha pasado en el médico?