En mi caso, de haber nacido en el siglo XIX, yo NO habría llegado a la edad que tengo ahora. Sin penicilina, sin anestésicos en condiciones, sin tantas cosas… Un servidor llevaría frito seguramente desde los 14 o 17 años. O como dice una amable lectora del blog, llevaría un par de décadas ya mirando las margaritas desde abajo…
¿Te has hecho esta pregunta alguna vez?
Piensa en tu vida, en los achaques de salud por los que hayas pasado. En el siglo XIX, ¿habrías sobrevivido? Os cuento una triste historia…
Consuelo Vello Cano, «la Fornarina»
Según nos cuentan en el blog «Consuelito y otras bellas» Fornarina canta su último cuplé en el teatro Apolo de Madrid, la noche del 20 de mayo de 1915.
Al finalizar la actuación, ya en su camerino, recibe la visita de uno de sus más incondicionales y constantes admiradores. Como todas las noches viene a rendirle tributo con un hermoso ramo de flores. La artista le recibe, cariñosa pero con gesto cansado (en realidad, dolorido) y le hace una pregunta que deja a su admirador estupefacto: «Amigo mío… ¿sería usted tan constante como para llevarme flores a mi sepultura?». El hombre balbucea una respuesta: «¡Pero quién piensa en eso!… Consuelito, por Dios… Pero, no obstante, sí, tendría la misma constancia…»
El sábado 17 de julio de 1915 fallecía en Madrid la modelo y artista Consuelo Vello «la Fornarina». Tenía solo 31 años y era una estrella de la canción de enorme fama en España y Europa.
¿Y de qué murió la Fornarina?
Tras cinco años aguantando molestias ginecológicas, muy a su pesar, se operó de unos «quistes ováricos» (posiblemente una salpingitis o unos miomas), dolencia que hoy tiene un tratamiento quirúrgico sencillo.

La terrible septicemia.

PD: Los antibióticos como tal son descubiertos en 1928, pero para Consuelo Vello ya era demasiado tarde…
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